Producen en cinco hectáreas

Un matrimonio de Itacurubí de la Cordillera sostiene a la familia con la preparación de carbón vegetal y la cosecha de hortalizas, que cultivan en una chacra de cinco hectáreas. La pareja, de la compañía Caaguy Cupé de este distrito, trabaja la tierra para autoconsumo y comercializa el excedente de la producción agrícola.

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ITACURUBÍ DE LA CORDILLERA, Dpto. de Cordillera (Desiré Cabrera, de nuestra redacción regional). Daniel Báez (55) y Gabriela Santacruz (57) constituyen en un ejemplo de trabajo y perseverancia. Poseen solo unas cinco hectáreas de tierra, pero producen una gran cantidad de alimentos de sustento que venden en su propia casa y en los comercios aledaños.

Residen desde hace varios años en la compañía Caaguy Cupé de Itacurubí y en esta comunidad son conocidos por su laboriosidad. La pareja, que tiene la responsabilidad de mantener y ayudar en sus estudios a sus siete hijos, trabaja de forma incansable en la producción de carbón.

Además, siembra hortalizas de todo tipo hasta en su jardín. También cultivan maíz, maní, batata, mandioca, poroto entre otros rubros. Coloca los productos en diferentes y creativos envases para poder comercializarlos.

Don Báez lamenta que, a pesar de tener buena producción y calidad, no encuentran buenos canales para la comercialización. Explica que los intermediarios pagan precios muy bajos, por lo que muchos labriegos optan por abandonar el noble trabajo de labrar la tierra.

Al respecto manifestó que prácticamente nunca hubo una política seria del Gobierno para el campesinado.

“Hasta hoy se habla de la reforma agraria y del combate a la pobreza en el sector rural. Cada administración inaugura un plan estratégico, y así el agricultor campesino siempre estuvo supeditado a los vaivenes de la política”, lamentó el hombre.

Añadió que la falta de garantía de precios justos promueve el empobrecimiento de los hogares de las familias campesinas. Tampoco hay garantías en el derecho a la salud y esto aumenta los riesgos de muerte en el campo.

A pesar de todos estos problemas esta familia apuesta a seguir produciendo de forma ecológica y natural, ofreciendo un producto de garantía para sus clientes.

Asimismo, don Báez es un talentoso artesano y, para complementar sus ingresos, realiza planteras y adornos de cubiertas de goma. También hace tallados en madera en sus pocas horas libres, en tanto que doña Gabriela tiene una pequeña peluquería para ayudar al sustento familiar.

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