Desde el Banco Itaú son conscientes de la necesidad de desarrollar la cultura del ahorro. Por eso proponen en este día especial de la conmemoración internacional, algunos pasos para que ese hábito se haga una realidad en el día a día de las personas.
El paso de la decisión
El primer paso tiene que ver con la decisión, y para este paso la persona tiene que hacerse algunas preguntas. Ejemplo, ¿qué se quiere ahorrar?, ¿cuán importante es eso que se quiere lograr al punto que te mueve a dejar de gastar para lograrlo?
Como esta decisión es personal, los expertos indican que ya depende del momento de vida en que la persona se encuentre: si es padre o madre de familia probablemente le motive acompañar a los hijos en esos momentos importantes, como lograr los fondos para la colación, para inscripción en el colegio o preparativos para el nacimiento.
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En el caso en que la persona que quiera ahorrar es joven, probablemente quiera seguir una buena carrera, ver un lugar de vacaciones o comprar un auto. Lo importante siempre, en todo caso, es encontrar ese punto que le motive a la persona a animarse a dar ese paso, señalaron los directivos del Banco Itaú.
Hacer un presupuesto
El segundo paso para saber qué tan lejos está de lograr su sueño y dónde están las oportunidades, tiene que ver con la elaboración de un presupuesto. Se debe tomar nota de cuántos son los ingresos que se perciben y en qué cosas se gasta normalmente el dinero y clasificarlo por conceptos: alimentación, traslado, refrigerios, salidas, cuotas, etc.
Es importante dedicar unos minutos al día para saber dónde va el dinero, por eso el banco dispone en su página web (en www.itau.com.py/usoconscientedeldinero) un formato de presupuesto.
El siguiente paso consiste en reorganizar los gastos una vez terminado el presupuesto.
Esto busca en esencia encontrar dónde hay oportunidad de gastar mejor y ver otras opciones más convenientes de compra ya sea en alimentación, transporte u otra área donde la persona encuentre esas oportunidades de recortar.
Una vez que se encuentre ese espacio, no importa cuanto sea el monto (G. 10.000, 20.000 o 50.000), se debe destinar al ahorro, porque una vez que se empieza, eso impulsa a seguir ahorrando.
El último paso será definir que ese ahorro generado vaya al objetivo esperado y ese monto sea el primero en separar de los ingresos.
Denominarlo como una cuenta especial para que mes a mes vaya sumando y finalmente se pueda llegar al objetivo trazado.
Lo que marcará la diferencia, según los directivos de Itaú, es empezar, y no importa la cantidad. Esto demuestra que se pueden cambiar hábitos y derribar mitos que frenan la posibilidad de ahorrar.
