Los comunistas ante el proceso de construcción socialista en Cuba. Réplica a Ronald León Núñez

Tras la publicación, el 1 de agosto, en estas mismas páginas, del artículo «La izquierda ante las protestas en Cuba», del historiador marxista Ronald León Núñez, el Partido Comunista Paraguayo (PCP) nos ha enviado este escrito, solicitando derecho a réplica contra lo que califican de «mentiras». Aunque desde la dirección del Suplemento Cultural consideramos que en este caso no se aplica tal derecho, sino que se trata de una diferencia de opiniones sobre un mismo tema, para nosotros es fundamental dar siempre espacio por igual a todas las voces, y por ende nos complace mucho compartirlo con nuestros lectores. Tanto el contenido como la forma son de entera responsabilidad de la autora.

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La decadencia teórica de una de las secciones del trotskismo internacional es tal, que se evidencia en la incapacidad recurrente de hacer justicia al método marxista para analizar los fenómenos sociales, el cual no es otro, que partir de la realidad. Es decir, de analizar la realidad a la luz de la teoría marxista y no intentar “ajustar” la realidad a un cuerpo teórico, en una clara y vergonzosa vulgarización del marxismo.

Al mismo tiempo, esta decadencia teórica se verifica en la manifiesta incapacidad para manejar categorías elementales de la economía política marxista y, por tanto, en la imposibilidad de distinguir entre modos de producción, cuya piedra angular radica en el tipo de propiedad dominante en una sociedad.

Así, León incorpora la definición de “burguesía nacional” para ubicar en ese terreno a dirigentes del Partido Comunista de Cuba, cuando no existen pruebas de que estas personas tengan posesión de medios de producción.

Al mismo tiempo, transitando temblorosamente por los márgenes superficiales de la vulgaridad marxista, coloca la categoría de dictadura a secas, sin tener en cuenta cuál es la clase social hegemónica. Pero no descansa León en su vileza intelectual y entonces caracteriza como “plan neoliberal” el que se desarrolla en Cuba, bastardeando toda comprensión seria desde una matriz que se pretenda marxista y, por tanto, rigurosa a la hora de abordar de manera materialista la historia.

Un análisis marxista de la revolución cubana implica la necesaria comprensión de las condiciones materiales desde las cuales se organizó la revolución, partiendo del lugar que ocupa Cuba en la dinámica de acumulación capitalista mundial en su condición de país atrasado y dependiente.

Entonces, un elemento estratégico que ordena dichas condiciones materiales, es la guerra que envuelve al proceso cubano, con diversas expresiones de terrorismo, tales como el bloqueo, la ocupación de Guantánamo, atentados e incursiones militares, son parte de este escenario de guerra que agudiza la lucha de clases más allá del territorio cubano, involucrando como máximo protagonista a la principal potencia mundial.

Cualquier situación que involucre a seres humanos tuvo, tiene y tendrá contradicciones. Y cuando las mayorías trabajadoras y sus dirigencias, son obligadas a organizar sus formas productivas, sociales, culturales, militares, enmarcadas en una guerra, las posibilidades de error y de contradicciones se multiplican. Dicho esto, a modo de explicación y nunca como justificativo de errores, valoramos la tenaz lucha del pueblo, la militancia y dirigencia del Partido Comunista, así como de quienes están al frente del gobierno, a sabiendas de la profundidad de los debates en clave crítica y autocrítica, que se desarrollan en Cuba.

El triunfo de la revolución abolió la propiedad privada sobre los medios fundamentales de producción, y, en una escala nacional, inició el proceso de construir el socialismo en medio del asedio por parte de los EE. UU, conduciendo a acelerar el proceso de consciencia colectiva empujando a la revolución a definirse como socialista y acercarse al campo de países con dicha orientación para garantizar su supervivencia.

La desaparición de la Unión Soviética significó para Cuba la destrucción del 85% de su comercio exterior y una caída del PIB del 35%. A pesar de la compleja situación vivida entre los años 1990-1994, la revolución no recurrió a privatizaciones y continuó manteniendo el monopolio sobre el comercio exterior tal como ocurre en la actualidad.

Sin embargo, esto no implicó la “restauración capitalista” como erróneamente señala el autor, lo que sí ocurrió fue la diversificación de los socios comerciales y la apertura a la inversión extranjera. Pues, como es sabido, para cualquiera que entienda algo de economía, un país requiere disponer de recursos monetarios para impulsar las actividades productivas.

El turismo ha sido históricamente el motor de la economía en un país que no cuenta con grandes recursos naturales, como ríos caudalosos, grandes reservas de hidrocarburos o, incluso, suelo fértil para impulsar al sector agrícola y ganadero. La ubicación geográfica de la isla, así como la salinidad del suelo han dificultado la producción nacional de alimentos.

En el artículo se menciona la ausencia de una “auténtica política socialista”, como si la construcción del socialismo consistiera en seguir una “receta” para que, con justeza, se adquiera el rótulo de “socialista”, cuando nos encontramos ante procesos sociales que se encuentran condicionados y, hasta cierto punto, determinados por las condiciones histórico-concretas que impone la lucha de clases a escala mundial.

La socialización de los medios de producción, el desarrollo de una política productiva, el manejo de diversas formas productivas, la política monetaria, el movimiento de la ley de valor en economías planificadas, la cuestión de los estímulos materiales, fueron y son parte de la discusión crítica y autocrítica permanente, atendiendo al carácter global del capitalismo y a la necesidad de construir una estrategia revolucionaria común rigurosa en términos marxistas. Aquello conocido como “El Gran Debate”, entre 1963 y 1964, fue una importantísima síntesis de ese intercambio realizado a la luz pública entre militantes y cuadros cubanos, soviéticos y de otras latitudes, liderado con una genialidad poco conocida, por Ernesto “Che” Guevara.

El autor sostiene, además, que el “relato castrista no resiste la prueba de los hechos”, refiriéndose al bloqueo y sus impactos como catalizadores de las penurias que aquejan al pueblo cubano, obviando el peso que ha tenido el histórico y actual cuadro de situación en el que la revolución cubana resiste y se proyecta.

El conjunto de medidas coercitivas hacia Cuba implica un complejo entramado jurídico que viola las normativas del derecho internacional y socava la soberanía y el derecho del pueblo cubano a la autodeterminación dada la extraterritorialidad de las sanciones.

La ley Helms-Burton sancionada por el congreso de los EE. UU en 1996, amplia y profundiza las sanciones que ya contemplaba la Ley Torricelli sancionada en 1992. Esta ley limita el comercio de Cuba con el resto del mundo al prohibir que las subsidiarias de compañías de EE. UU establecidas en terceros países comercien con la isla, al mismo tiempo en el que establece la imposición de sanciones a los países que violen las regulaciones establecidas en esta ley; al mismo tiempo, prohíbe que los barcos que hayan embarcado en puertos cubanos, con propósitos comerciales, puedan llegar a puertos estadounidenses con los mismos propósitos durante los 180 días siguientes a la fecha de haber abandonado puertos cubanos (1).

Asimismo, establece la prohibición del financiamiento a Cuba de manera directa, o a través de organismos financieros internacionales. A la vez que excluye a Cuba de la OEA.

Al mismo tiempo, esta ley habilita a los EE. UU a exigir informes de los países que comercian y asisten a Cuba, en tanto que, autoriza el financiamiento de organizaciones no gubernamentales que “luchan por la libertad”. De hecho, el presidente Biden autorizó el pasado mes de mayo 20 millones de dólares para financiar a las organizaciones subversivas que operan en territorio cubano (2).

Así también, el Título III autoriza a ciudadanos cubanos y extranjeros que se hayan visto “afectados” por la política de confiscaciones durante la revolución, que establezcan juicios en contra del Estado cubano en tribunales estadounidenses (3).

El asedio político, económico y militar hacia Cuba junto a las 243 (4) nuevas sanciones impuestas por Trump, entre las que destacan la incorporación a la lista de países patrocinadores del terrorismo y las consecuencias que de esta inclusión se derivan, se añade la prohibición del envío de remesas, así como de los viajes de ciudadanos estadounidenses hacia la isla, entre otras tantas, impactando negativamente en la economía, destruyendo el aparato productivo e imponiendo severas condiciones de vida a la población. Y, es, por tanto, en este contexto en el que debe entenderse la revolución, sus avances, desafíos y los últimos acontecimientos que han tenido lugar en la isla (5).

El 10 de diciembre del 2020 Miguel Díaz Canel anunció el inicio de la “Tarea de Ordenamiento”, con la que el gobierno proyectó desarrollar a corto plazo la unificación monetaria, cambiaria, de tarifas y salarios, así como la eliminación gradual de subsidios excesivos y gratuidades indebidas, aun en medio de la compleja situación económica que presenta el país, agravada por la pandemia, la crisis mundial y el bloqueo.

Colocado a precios corrientes, los daños acumulados por el bloqueo en casi 60 años de aplicación de esta política, ascienden a más de 147 mil millones de dólares que, al ubicarlos como recibidos, incrementaría la capacidad de pago de Cuba, permitiendo resolver significativamente la situación de obsolescencia de gran parte de la infraestructura cubana y, en particular, transformar la matriz energética del país.

El primero de Enero de 2021 inició oficialmente el proceso de eliminación del peso convertible cubano (CUC), concebido como una respuesta táctica de defensa de la economía del país, frente a una posición extremadamente hostil de la administración norteamericana de turno que ordenó una persecución implacable de las operaciones en dólares norteamericanos que realizaba la economía cubana, diversas situaciones conllevaron a que la superación de esta anomalía pudiera suceder solo en este momento, 27 años después (6).

La existencia de varias monedas y tasas de cambio en la economía, tipifica una situación absolutamente anormal, que debe ser superada, este es un tema de consenso en la academia cubana, en la que desde hace mucho tiempo circulaban diversas propuestas sobre cómo realizar esta reforma, muchas de ellas fueron finalmente consideradas e incluidas en los lineamientos de la política económica y social.

Por otro lado, se diseñaron mecanismos para conocer inmediatamente la opinión de la población y dar respuesta a los reclamos de modificación discutidos y aceptados. De modo a evitar que una política gradual de unificación monetaria se traduzca en una terapia de choque que perjudique a sectores importantes de la población.

Así se han anunciado correcciones a la baja para los nuevos precios aprobados por el Estado para la electricidad, el gas, los comedores obreros, espectáculos culturales etc., que generaron grandes desacuerdos por parte de la población y cuyas discusiones estuvieron lideradas por la Central de Trabajadores de Cuba.

Asimismo, se ha diseñado un amplio programa de divulgación sobre la implementación de la tarea de ordenamiento que incluye el intercambio directo con la población por parte de las principales autoridades del país. Se trata de un proceso que, sin embargo, entraña numerosos riesgos, no todo puede ser previsto.

Se ha dedicado gran atención a la necesidad de controlar la inflación, asimilables en los incrementos de salarios, sueldos y pensiones que se han realizado. Será difícil evitar que la devaluación y consiguiente pérdida del poder adquisitivo que tendrá lugar al unificarse el tipo de cambio entre dos monedas que tenían una brecha tan marcada, pueda contenerse completamente.

Durante el 2020, en respuesta al empeoramiento de la situación económica, el gobierno creó establecimientos comerciales donde son vendidos productos en divisas a través del pago electrónico, se trata de una medida que estaba en debate desde hace bastante tiempo, en aquel momento se esperaba que, cerca de 2000 millones de dólares que eran extraídos del país por agentes privados, pudieran ser captados internamente y utilizados en función del desarrollo económico y social.

Esta medida, contradictoria desde el punto de vista social, fue implementada junto con otras como la autorización para los agentes privados de importar y exportar a través de las empresas estatales establecidas que brindan este servicio. Frente a la expansión de esta red de mercados a los cuales tiene acceso solo un sector de la población, se generaron dudas y preocupaciones que llegan hasta hoy. Esta situación que puede ser comprensible, ha llevado a varios economistas a hablar de que en realidad la dualidad monetaria no desaparece, ya que existe una “dolarización cautiva” a medida que se avanza con la unificación de los tipos de cambio.

Cualquiera que tenga los más elementales conocimientos de economía, reconoce que la aplicación de cualquier tipo de política económica tiene costos, tanto políticos como sociales. Sin embargo, el gobierno ha hecho todo lo posible por preservar las conquistas sociales de la revolución aun en las condiciones hostiles.

El recrudecimiento del bloqueo durante la pandemia es criminal y así observamos que, por ejemplo, las empresas alemanas Sartorius y Merck, así como de Cytiva y otros proveedores habituales de material de laboratorio, reactivos e insumos, debido al recrudecimiento del bloqueo detuvieron sus suministros hacia Cuba en 2020. De ese tiempo a esta parte, el país no pudo acceder a un total de 32 equipos e insumos relacionados con la producción de candidatos vacunales contra la COVID-19 o con la ejecución de etapas que permiten la culminación de los estudios clínicos de la vacuna, entre éstos, equipamiento para la purificación de los candidatos vacunales, aditamentos para equipos de producción, tanques y cápsulas de filtración, solución de cloruro de potasio, timerosal, bolsas y reactivos. Cuba tuvo que recurrir a otros proveedores como intermediarios, generándose un incremento del precio entre el 50% y el 65% del establecido históricamente, dada la imposibilidad de contratar directamente al fabricante (7).

A pesar del recrudecimiento del bloqueo, la revolución ha logrado exitosamente contener durante un año el avance de la pandemia en su territorio, al tiempo que ha desarrollado 3 vacunas y dos candidatos vacunales. Siendo el único país latinoamericano en producir su propia vacuna e inmunizar a su población con ella y, a pesar de la escasez de insumos médicos, la pandemia fue gestionada de una manera eficaz valiéndole el reconocimiento internacional.

En este sentido, sin ninguna duda, los acontecimientos del 11 de julio se enmarcan en el contexto del deterioro de las condiciones de vida del pueblo. Sin embargo, no resulta ajustado a la verdad que el gobierno haya criminalizado las protestas, sino, todo lo contrario, el propio Diaz-Canel se presentó ante los manifestantes y reconoció las legítimas demandas del pueblo.

En la misma línea, falta a la verdad el hecho de establecer relaciones entre el desempleo y las protestas en Cuba, tal como lo realiza el autor del artículo. En la isla, el desempleo cerró el 2019 con un 1.3% según datos de la CEPAL. Durante el 2020 el incremento en la tasa de desempleo ocurrió en el segmento del sector no estatal de la economía, debido a la contracción del sector turístico como resultado de la pandemia.

Sin embargo, a pesar de la pandemia y de las difíciles condiciones generadas, el Estado no ha cercenado los derechos de los trabajadores, como sí ocurrió en el resto del mundo, en donde millones de personas perdieron sus puestos de trabajo. En Cuba, el Estado garantizó el cobro del 100% del salario para los trabajadores que fueron cesados durante el primer mes y el 60% durante los meses siguientes. Además de impulsar la modalidad del teletrabajo con el 100% del salario.

Finalmente, las falacias respecto a la “dictadura del partido único” encabezada por el PCC, da cuenta del desconocimiento absoluto del sistema político cubano y la mala fe de quien escribió dicho artículo. Con el triunfo de la revolución se inició un proceso de unificación de las organizaciones políticas de la clase trabajadora. Se crearon así las Organizaciones Revolucionarias Integradas, las mismas que en 1959 aceptaron constituir conjuntamente el Partido Comunista de Cuba.

El autor obvió deliberadamente –o en razón de su ponderable ignorancia– que el Partido Comunista de Cuba no es un partido electoralista, es decir, no participa en elecciones ni propone candidaturas. Es el pueblo organizado desde sus barrios quien postula a sus candidatos y en donde el único requisito es la idoneidad.

La valoración, a secas, de dictadura es otra expresión liberal que omite el carácter de clase de los procesos inherentes a sociedades clasistas. La democracia que existe Cuba es la que se construye como democracia obrera, no sin las contradicciones propias de la condición humana arropada en las circunstancias históricas, geográficas y geopolíticas particulares.

La Revolución Cubana se construyó en el marco de una guerra de múltiples dimensiones. Asumir el edificio teórico desarrollado por Marx, obliga a realizar valoraciones con las dimensiones que los sucesos, acontecimientos y expresiones, tanto subjetivos como objetivos, demandan y contienen.

La existencia de represión, violencia, encarcelamiento, por parte de quienes detentan el poder, debe ser valorada en razón de los intereses que en concreto se explicitan como defendidos. Claro que hay varias personas apresadas en el marco de esta crisis y las manifestaciones generadas. Varias de ellas tienen probadas relaciones con agencias norteamericanas de cooperación. Y seguramente, en el marco de dicha guerra, existirán personas que deben estar libres, así como existirán grados muy altos de dudas respecto a la honestidad de muchos cubanos en sus reclamos, teniendo en cuenta esas múltiples dimensiones de la guerra. Y sobre esta es importante insistir: el proceso cubano es contradictorio, tiene errores, como también es crítico y autocrítico. Lo que no tiene ese proceso es el grado de corrupción, mezquindad, concentración de riquezas y criminal expresión de desigualdad, como sí tienen los procesos envueltos en la dominación capitalista.

La crisis estructural del capitalismo, así como la crisis en Cuba, envuelta por aquella, son cosas muy serias. De modo que abordar la problemática y aportar propuestas superadoras exige una aproximación rigurosa que se sacuda de toda armadura caballeresca simuladora de una fortaleza crítica que, en realidad pretende disimular las enormes lagunas y los tupidos velos de la falsa consciencia.

Notas: (1) Ley Torricelli https://www.fgr.gob.cu/es/la-ley-torricelli-un-engendro-juridico-para-esclavizar-cuba-ii-parte Acceso: 01-08-2021

(2) Subversión en Cuba http://www.cubadebate.cu/noticias/2021/05/31/otros-20-millones-para-la-subversion-en-cuba-ahi-si-hay-prioridad-para-la-administracion-estadounidense/

Acceso: 01-08-2021

(3) Ley Helms-Burton https://instituciones.sld.cu/facultadfinlayalbarran/files/2019/06/Ley-Helms-Burton.pdf Acceso: 01-08-2021

(4) Trump aumenta sanciones a Cuba https://elpais.com/internacional/2021-01-02/donald-trump-aumenta-las-sanciones-a-cuba-antes-de-marcharse.html Acceso: 01-08-2021

(5) Informe del Bloqueo a Cuba http://www.cubaminrex.cu/sites/default/files/2020-10/Informe%20de%20Cuba%20vs.%20bloqueo%202020.%20Espa%C3%B1ol.pdf Acceso: 01-08-2021

(6) El bloqueo prohíbe a Cuba la utilización del dólar en sus transacciones internacionales.

(7) Adendum de Cuba al informe del Srio Gral sobre la resolución 74/7 de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Junio 20, 2021 http://misiones.cubaminrex.cu/sites/default/files/archivos/editorargelia/articulos/a_75_ 81_add_1_spanish.pdf

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