Toshiie Maeda, señor de la guerra

La vida y los tiempos de uno de los grandes generales de Oda Nobunaga durante la Era de Sengoku, Toshiie Maeda (15 de enero de 1538-27 de abril de 1599), con cuya muerte concluyó una era, y cuyo aniversario de nacimiento se cumple hoy.

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Durante la Era de Sengoku, generalmente conocida en nuestro idioma como «la Edad de los Reinos Combatientes», y bajo la primera luna del mes de mutsuki, como entonces se hubiera dicho, o, de acuerdo al calendario gregoriano –que desde 1873 también se usa en Japón–, el 15 de enero del año 1538, nacía el futuro primer señor del que sería el poderoso Clan Maeda, Toshiie, cuyo aniversario de nacimiento recordamos hoy.

Debido a que ese género temático de época que es el jidaigeki está tan presente en mangas, animés, juegos, literatura tradicional, series de televisión, películas, etcétera, y debido a que suele tener preferencia por el Japón feudal de los períodos Edo o Sengoku, y también, aunque un poco menos, el período Meiji, no es raro que muchos conozcamos a Maeda Toshiie como personaje de videogames desde su aparición en Samurai Warriors 2 Xtreme Legends. Pero en la vida real Toshiie fue un daymio, un señor feudal históricamente importante.

Toshiie, el poderoso Señor de Kaga, dominio que, después de él, pertenecería a sus descendientes durante catorce generaciones, nació en la aldea de Arako, distrito de Aichi, provincia de Owari, y fue el cuarto hijo de Maeda Toshiharu. Entró como kosho, como paje, al servicio de Oda Nobunaga en 1551, antes de convertirse en samurái.

Luchó en Okehazama (1560) y en Moribe (1561). Luchó en Anegawa (1570) y en Nagashino (1575). Recibió un feudo en la provincia de Echizen en 1575. Recibió toda la provincia de Noto en 1581.

Ayudó a Shibata Katsuie a librar la guerra contra los Uesugi y, durante la Campaña de Shizugatake, también apoyó inicialmente a Shibata Katsuie, pero después decidió cambiar de bando, y le ofreció su lealtad a Toyotomi Hideyoshi.

Se sumó entonces la provincia de Kaga a sus dominios. Su riqueza, ganada toda ella en combate, ya enorme de por sí, aumentó en 1584 con el hallazgo de oro en la provincia de Noto.

Toshiie apoyó a Toyotomi Hideyoshi nuevamente en la Campaña de Komaki. Se enfrentó ese año con Sassa Narimasa en los alrededores de Kanazawa, en sus dominios de la provincia de Kaga. Conquistó al año siguiente el Castillo de Toyama, propiedad de Narimasa, en Etchû.

En 1586 un terrible terremoto sacudió las tierras de Toshiie en Etchû y causó la muerte de Maeda Hidetsugu, su hermano menor, y de la esposa de Hidetsugu, en el Castillo de Kibune, propiedad del Clan Maeda. Nadie sospechaba que diez años más tarde, en 1596, un nuevo terremoto destruiría también su Castillo de Fushimi.

Toshiie peleó en 1590 en la Campaña de Odawara, y después en Kyushu, durante las campañas coreanas (1592-93 y 1597-98). El Clan Maeda era ya muy poderoso, y enormes y muy valiosos sus dominios, cuando, en 1595, Toshiie fue nombrado miembro del Consejo de los Cinco Regentes, encargados de gobernar el reino mientras Toyotomi Hideyori llegaba a la mayoría de edad.

Además de eso, Toshiie fue nombrado guardián de Hideyori, por Toyotomi Hideyoshi, moribundo, que le suplicó que cumpliera esa tarea. Y Toshiie honró la promesa hecha a Hideyoshi en su lecho de muerte, pero por poco tiempo, pues en 1599, el mismo año en que nacía Sumiyoshi Jokei, cayó enfermo y murió.

Su muerte coincidió con el final de un tiempo heroico y bárbaro, y el comienzo de la prolongada paz del periodo Edo, de sus largas décadas ricas en aventuras y en asombros de otra índole, y que nos dejarían el esplendor misterioso de los mundos flotantes en los ukiyo-e, el florecer polimorfo de escuelas artísticas como la que crearía, justamente, Sumiyoshi, la vida congelada por arte de magia en incontables escenas de caminos, de campos, de ciudades, las infinitas formas del aire y de la altura en las mil vistas del Fuji. Faltaban unos cuarenta años para que naciera Matsuo Basho, y más de un siglo para que el mundo asistiera al prodigio de la aparición del enorme Hokusai.

En vida, Toshiie también fue llamado Matazaemon, «Guardián de la Puerta del Oriente», y Yari no Mataza, «Guardián de la Puerta del Este con Yari»: el yari, la lanza, era su arma preferida en batalla, desde su juventud.

Pétreo, hoy la empuña, vuelto ya estatua ecuestre, en la vasta explanada que se extiende frente al templo de Oyama, consagrado a él. Después de muerto, Toshiie fue elevado a kami shintoísta. Y como, aunque el shogunato de los Tokugawa no estaba aún establecido, deificarlo podía parecer una amenaza a la autoridad, su conversión en deidad del shinto se consumó clandestinamente, en una ceremonia secreta.

El templo de Oyama, templo del shinto –ese abigarrado y fabuloso culto animista de fantasmas amables, locos espíritus de las tormentas, espectros venerables y demonios feroces–, lo construyó el primogénito de Toshiio, su sucesor como jefe del Clan Maeda y señor de Kaga, Toshinaga Maeda, daymio y samurái que acrecentó su poder y sus dominios en combate, como su padre –de hecho, ya habían peleado juntos en Odawara, ambos del lado de Hideyoshi–, y sumó a su heredad un vasto feudo después de luchar en la Batalla de Sekigahara.

A poca distancia del santuario de Oyama se encuentra la que fuera residencia principal de los jefes del otrora poderoso Clan Maeda, los señores de Kaga. Es el Castillo de Kanazawa. Luego de la victoria de Shizugatake, cuando Sakuma Morimasa, que hasta ese momento había dominado la provincia, fue derrotado, Toshiie comenzó a levantarlo, sobre una edificación ya existente, para desde allí contemplar sus nuevos y crecientes dominios.

Con el tiempo, cuando ese mundo se fue quedando en el pasado, el viejo gigante empezó su decadencia: fue demolido en la segunda mitad del siglo XIX, y sus estructuras descarnadas albergaron una base militar durante la Segunda Guerra Mundial. Hoy, tras su reconstrucción, realizada a comienzos de este tercer milenio, la austeridad aerodinámica, afilada, escueta, la agresiva elegancia de sus secas líneas desnudas –una elegancia acerada, de arma– observa inmóvil a sus visitantes, inescrutable, impertubable, y calla.

juliansorel20@gmail.com

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