Se debe aclarar que no se trata de una imposición resuelta de la noche a la mañana, sino de gestiones que ya se venían analizando en el país vecino, incluso desde el mes de abril del año 2022, cuando ya se anunciaba el establecimiento del correspondiente peaje por parte de la Administración General de Puertos Sociedad del Estado, la Secretaría de Planificación de Transporte y la Subsecretaría de Puertos, Vías Navegables y Marina Mercante de la Secretaría de Gestión de Transporte, en su carácter de concesionario, en el tramo Santa Fe-Confluencia del Río Paraná.
Con tanta anticipación han estado trabajando con respecto a esta tarifa –desde Argentina–, que resulta una vergüenza que las autoridades paraguayas, a más de tres días de la aplicación de este peaje simplemente invoquen la necesidad de dar cumplimiento a un acuerdo y escuetamente señalen que “todo cobro que se pueda hacer en el tránsito en la hidrovía tiene que tener contraprestación”. Ninguna de estas manifestaciones representa una salvaguarda para aquellos exportadores que desde ya tendrán que lidiar con este pago adicional. No existe una garantía, una planificación, una solución real al caso, ante una decisión claramente unilateral por parte del país vecino, que perjudicaran gravemente al Paraguay, a los productores y exportadores.
Nuestras autoridades no “vieron” este peaje a pesar de su anunciada creación y, posiblemente tampoco estén previendo las consecuencias para el sector productivo del país, que desde ya está siendo golpeado diariamente con los costos, competencias desleales, contrabando, incluso contra los fenómenos naturales, por lo que indirectamente tendrá que cargar con parte de este pago adicional. Es necesario y urgente romper con la hegemonía de nuestros pares limítrofes, quienes siempre se ven beneficiados con los acuerdos internacionales o directamente con decisiones unilaterales como las que se trata en esta ocasión. Necesitamos de autoridades que puedan prever este tipo de situaciones y no esperar a que el conflicto estalle, porque cuando esto sucede es el pueblo el que lo padece.
Ahora la cuestión está en determinar cuánto dinero terminará por percibir la Argentina en concepto de peaje por el trasporte internacional, hasta que desde Paraguay puedan efectivamente proteger a los exportadores y productores, hasta que el manifiesto popular de estos últimos termine por reclamar a las autoridades lo que desde ya debía ser su prioridad. Como normalmente pasa en Paraguay, terminamos tratando de apagar los incendios antes que preverlos.
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Hegemonía
Es necesario y urgente romper con la hegemonía de nuestros pares limítrofes, quienes siempre se ven beneficiados con los acuerdos globales.