La curva de Phillips relaciona la inflación con el desempleo y sugiere que una política dirigida a la estabilidad de precios promueve el desempleo. Por tanto, cierto nivel de inflación es necesario a fin de minimizar este. A pesar de que esta teoría fue utilizada en muchos países para mantener el desempleo en cifras bajas mientras se toleraba una inflación alta, la experiencia ha demostrado que un país puede tener simultáneamente inflación y desempleo elevados, fenómeno conocido como estanflación, promovido por perturbaciones en la oferta agregada, como ocurrió en la crisis del petróleo de 1973.
Esta curva describe en forma acertada la experiencia de los EE. UU. en los años 1960 donde la política de control de la inflación originó una contracción en la economía, incrementando el desempleo.