Tres, pero cada cual con dirección propia
Tenía tantas cosas para decirle, pero allí estaba todo un equipo del Estado esperando ganar unos minutos con él. Aún así seguimos la conversación. La segunda confesión que me hizo: “Ingeniero, no tenemos política energética, es bueno que nos critiquen, es parte de la democracia”. Relató además que cuando asumió le presentaron tres planes energéticos, pero que “cada cual estiraba hacia una dirección propia”.
El último reconocimiento trató sobre las muchas opciones energéticas y el potencial que teníamos, tal vez se referían a las eólicas, solares y pequeñas y medianas usinas hidroeléctricas. No pudimos concretar la conversación. Al final remató en una frase: “Ingeniero, ayúdenos”.
Y es exactamente eso lo que venimos haciendo, hace como dos décadas, con estas columnas y pensamientos públicos. Es totalmente desinteresado. No recibimos emolumentos, ni galardones, ni medallas; al contrario, escribir en estas páginas tiene un alto costo: el ataque a la persona y no a las ideas, la segregación, la exclusión laboral y política. El único pago es la satisfacción personal; la búsqueda del bien común es el “postre”.
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De esta breve pero fructífera conversación rescato una idea central: la impresión de que el más alto nivel del Gobierno reconoce nuestras debilidades estructurales, pero está impotente para solucionarlas. Reconoce la indisciplina del sector, pero no tiene una receta propia. Eso nos lleva a un reconocimiento tácito de una cierta anarquía y una debilidad de su equipo energético. Me dio la impresión que no estaba muy contento con la ANDE. De hecho, si hoy tuviera que hacer algunas recomendaciones macro al presidente lo haría en estos puntos estratégicos:
1. La creación de un Ministerio de Energía y Minas. La idea es sencilla y añeja; solo trata de disciplinar el sector y no representa mayores gastos al Estado. Inclusive ya existe un proyecto presentado por el entonces viceministro de Energía, hace unos seis años. Este logró media sanción en la Cámara de Diputados (por unanimidad), pero luego apareció un mamotreto que intentaba fusionar la cuestión ambiental con la energía. Mandaron al tacho el Proyecto.
2. La revisión o mejor, la aplicación del Acuerdo Lugo-Lula, firmado luego de arduas negociaciones con el Brasil. De este Acuerdo bilateral solo se pudo aplicar dos cuestiones, fundamentales pero insuficientes: La línea de 500 KV, con las subestaciones y ampliaciones correspondientes y la multiplicación por tres, el monto por la “cesión energética”. Nunca olvidemos que ese acuerdo contempla la venta paulatina de nuestra energía excedente de Itaipú, al mercado; la construcción de la exclusa de navegación, la paridad y co-gestión plena y otras cuestiones bilaterales fundamentales.
3. La consideración seria, vía Cancillería y un equipo de técnicos patriotas, sobre las recomendaciones de Jeffrey Sach. Es una prueba de hierro para el Brasil. Si acepta un árbitro neutral para revisar la deuda de Itaipú, se evidenciará la tesis de Sachz. Si rechaza, evidenciará nuestro argumento sobre la inequidad del Tratado.
4. La revisión, o mejor dicho, la modificación del Anexo correspondiente a las ventas de energía en Yacyretá. Estamos a tiempo y podremos lograr varias ventajas comparativas en un nuevo Anexo.
5. La construcción de otras líneas de 500 KV, entre Asunción y Ayolas, y entre ésta ciudad e Itaipú. Con este sistema anillado tendríamos garantía y seguridad en el abastecimiento energético a las miles de empresas que, naturalmente, se instalarán en el Paraguay. Esto se debe hacer, independientemente del anillamiento entre los grandes nudos de consumo de la gran Asunción y el Departamento Central que hoy, por una galopante ineficiencia, robo y pérdidas técnicas, trabajan en compartimientos estancos. Convierte a la ANDE en una empresa deficitaria y cuasi fallida. Ninguna empresa del mercado seguiría con una pérdida del 30 %. Si todavía no quebró es por el subsidio tarifario que la Itaipú hace con su energía excedente. Esto nadie puede rebatir usando la razón, solo con la pasión y el fanatismo.
6. Entre las grandes inversiones estructurales se debe considerar seriamente la idea de “sacar” la Subestación Margen Derecha, SEMD, del recinto de la binacionalidad en Itaipú. Hoy la SEMD está bajo gobierno “binacional”, donde el titular de la Dirección Técnica es brasileño. La Subestación del socio condómino esta fuera de la binacionalidad, así como reza originalmente el Tratado. Muchos alegan que es un gasto innecesario; pero, si indefectiblemente se construirá una Subestación de 500 KV en Ayolas, llevemos esta de Itaipú. No habrá pérdida de tiempo, colapso energético, ni sobre-costo. Se monta la definitiva, pero bajo dominio total de la ANDE, en Hernandarias. Una vez concluida y energizada, se desmonta la que está dentro, y se lleva a Ayolas. Nunca olvidemos que, por Tratado, la única y genuina dueña de Itaipú Paraguay, es la ANDE.
7. Achicamiento de la estructura administrativa de las Binacionales. Toda construcción de hidroeléctricas tiene tres etapas: construcción, montaje electromecánico y operación. Esta última se caracteriza por la disminución de costos y la maximización de beneficios. Achicando un Directorio de 12 directores a 6 (tres por margen), y dejando las direcciones de Coordinación y Jurídica al rango de Asesorías, ahorraremos mucho en “gastos operativos”. ¡Ojo! Destinemos lo ahorrado para aumentar nuestro royalties y compensaciones, llegando a precios de mercado.
Por último, en este tema energético mi mente se embotella con tantas ideas. Algunas serán criticables por los políticos, otros por los economistas, algunos por los técnicos del sector; especialmente de aquellos que les conviene el estado actual, así como a nuestros socios; pero, los que usan la razón y defienden realmente los interese del Estado, no podrán rebatir fácilmente estas ideas.
Señor Presidente ... he aquí una forma de ayudar a su gobierno.
Hilito
El déficit en el Chaco, que “depende de un hilito que pasa por Concepción e impide el establecimiento de más inversiones industriales”.
No hay
“Ingeniero (de Horacio Cartes a Luis María Fleitas), no tenemos una política energética, es bueno que nos critiquen, es parte de la democracia”.
(*) Exsuperintendente de Energías Renovables de Itaipú.