La economía de Alto Paraguay y el déficit de infraestructuras

El auge de la ganadería, alimentada principalmente por los precios atractivos de la carne en el mercado mundial así como por el bajo costo de la tierra ha convertido al departamento de Alto Paraguay en una zona de creciente producción bovina, con inversiones provenientes de distintas regiones y países. En efecto, la llegada de ganaderos uruguayos, brasileños, europeos e inclusive algunos inversores de la Región Oriental, han modificado el paisaje productivo del Alto Paraguay, logrando la activación de extensas zonas que no se encontraban integradas. Una mención especial merecen los ganaderos uruguayos que comienzan a adquirir tierras en el Alto Paraguay luego de haber vendido sus parcelas en dicho país a agricultores argentinos que pretendían huir de las retenciones aplicadas a la soja en Argentina, a partir de los últimos años de la década pasada. De esta forma, una suerte de reestructuración productiva regional, a escala del Mercosur, entre agricultores argentinos y ganaderos uruguayos terminaba por impactar en la estructura inmobiliaria y productiva de Paraguay.

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El hato ganadero del departamento de Alto Paraguay ha experimentado un incremento muy notorio, pasando de 750.000 cabezas en 2005 a más de 1.750.000 en 2015, es decir, un incremento anual promedio de 100.000 cabezas. Además, más allá de crecimiento cuantitativo, se produjo una intensificación productiva, mediante la incorporación de pasturas de mejor calidad así como a manejos productivos más eficientes que terminaron por convertir a la ganadería en una actividad productiva suficientemente rentable para justificar las costosas inversiones. No debe olvidarse que Alto Paraguay se encuentra muy alejado de los frigoríficos, a excepción del de la cooperativa Chortitzer ubicado en la zona de Loma Plata, donde el costo de transporte se lleva una buena parte del margen obtenido.

La instalación de las nuevas explotaciones fue posible gracias a los servicios y a la logística existente en el Chaco Central, proveyendo además la tecnología y el conocimiento apropiado para la habilitación de parcelas, construcción de tajamares, provisión de pasturas, instalación de alambrados, entre otros. De esta forma, el Chaco Central, desde las plataformas logísticas y de servicios disponibles en las ciudades de Loma Plata y Filadelfia, permite, facilita y vuelve posible la activación económica de una parte importante del Alto Paraguay.

La agricultura también aparece como una actividad productiva, innovadora en este departamento tradicionalmente ganadero. Algunas empresas han iniciado inversiones sostenidas en los últimos años. El ejemplo emblemático es el de la Agropecuaria Faro Norte, ubicada en la zona de Agua Dulce, al oeste de Bahía Negra, donde para complementar el desarrollo ganadero la empresa cultiva soja, sorgo y algodón, entre otros. En el caso de la soja, los rendimientos son aceptables, llegando inclusive a los 3.200 kilogramos por hectárea, pero que por los costos de transporte debido al muy mal estado de los caminos, no resulta rentable su comercialización tradicional, es decir su salida por los puertos situados sobre el río Paraguay. Ante esta situación la empresa ha instalado silos y ya ha comenzado a elaborar aceite de soja para la generación de energía.

La agricultura en la zona aún se encuentra en etapa experimental pero se demuestra y confirma el potencial productivo de la zona.

Tanto la ganadería como la agricultura precisan de vías de comunicación que logren integrar la porción oeste del departamento a los poblados ribereños. Otro eje vital de comunicación es el existente entre el Chaco Central y Agua Dulce, pasando por Montanía. Otra necesidad imperiosa para todo el departamento, sobre todo para los nuevos ejes productivos, como Agua Dulce, es la provisión de energía eléctrica.

Las políticas públicas necesarias

A pesar de contar con poca población, el departamento de Alto Paraguay percibe montos importantes en concepto de royalties y de Fonacide y que son incluso comparables con los montos percibidos por los otros departamentos del país, mucho más poblados. Sin embargo, la superficie del Alto Paraguay es consecuente (más de 82.000 kilómetros cuadrados), lo que vuelve difícil la administración territorial. En este contexto, el débil peso poblacional puede ser visto como una oportunidad, a condición de que se construya una estrategia de desarrollo adaptada a la estructura territorial del departamento.

En otras palabras, se debe apuntar a la instalación de equipamientos y servicios públicos en sitios claves, cuya accesibilidad deberá ser privilegiada. En mismo tiempo, será imprescindible dar un impulso al desarrollo económico del departamento, apostando quizás por sectores claves pero poco comunes en estos confines del país (turismo, logística, actividades agropecuarias…). Estos deberán enmarcarse dentro de un proyecto territorial coherente y sustentable. Sin embargo, aún no se ha avanzado lo suficiente en la construcción de este proyecto. Al respecto, el hecho de que una parte de las oficinas de la gobernación del Alto Paraguay operen en Asunción señala indefectiblemente una falta de estructuración institucional a nivel local. Además, por el momento, el Gobierno Central no ha concentrado suficientes esfuerzos en esta zona rezagada del país. En estas condiciones, no es sorprendente constatar la inexistencia de una política estratégica de desarrollo para el departamento.

Por otra parte, un nuevo contexto parece dibujarse en el departamento de Alto Paraguay. Primero, la acción del hombre sobre el medio se intensifica debido a las crecientes inversiones productivas que tuvieron lugar durante la última década. En mismo tiempo, existen proyectos públicos que revisten un carácter inédito y que son susceptibles de generar un impacto transformador en el departamento, tal como la ruta que irá de Carmelo Peralta hasta Loma Plata, en el Chaco Central. No obstante, estas intervenciones públicas o privadas aparecen como desordenadas y no se inscriben dentro de una propuesta integral, es decir dentro de un proyecto que apunte a un escenario territorial deseado pero realista para el futuro.

Además de la construcción de la ruta asfaltada entre Carmelo Peralta y Loma Plata se tiene prevista la construcción de un puente entre Puerto Murtiño (Brasil) y Carmelo Peralta, en la ribera paraguaya del río. Al permitir un acceso más directo al Pacífico para toda la producción del Mato Grosso, este tramo agilizará también los flujos entre dicho Estado brasileño y el Chaco Central. De este modo, es de esperarse que los vínculos entre el Alto Paraguay y el Chaco Central cambien de intensidad y de naturaleza. Si se puede predecir que esta infraestructura intensificará los vínculos productivos, menos predecible son los impactos en materia de flujos migratorios. Efectivamente, la emigración desde el Alto Paraguay hacia el Chaco Central podría incrementarse, lo que podría representar también un efecto adverso. La necesidad de anticipar la llegada de esta ruta será entonces indispensable. Visto de otro modo, el Alto Paraguay tiene una gran oportunidad de generar proyectos (económicos, de servicios, de infraestructura, etc.) que permitan instalar las condiciones para vigorizar todo el sur del departamento, reteniendo o incluso atrayendo población.

Además, la llegada de la ruta entre Concepción y Vallemí (en el departamento de Concepción) facilitará los flujos e intercambios entre la Región Oriental y el sur del Alto Paraguay, en especial con la ciudad de Puerto Casado. Sin embargo, es preciso reflexionar acerca de otros tramos que deben ser intervenidos para potenciar los beneficios que podría tener esta ruta sobre el departamento de Alto Paraguay. Por ejemplo, el tramo entre Carmelo Peralta, Puerto Sastre y Puerto Casado merecería ser atendido y optimizado. Esta opción gana relevancia si se toma en cuenta que los gobiernos de Paraguay y de Brasil se encuentran realizando acuerdos para ejecutar proyectos de puentes sobre el río Apa y sobre el río Paraguay, vinculando el Mato Grosso con el departamento de Concepción y de Alto Paraguay. Aun así, los departamentos paraguayos de Concepción y de Alto Paraguay no contarían con infraestructuras que permitan vincularlos el uno al otro.

Además de aprovechar las posibilidades que podrían generar las obras de infraestructura proyectadas a corto y mediano plazos, se debe construir una visión de futuro para todo el Alto Paraguay.

Antes que nada, será de crucial importancia orientar (o cuanto menos anticipar) la evolución demográfica del departamento. Sin embargo, los escenarios poblacionales para el futuro aparecen inciertos y la construcción e obras de infraestructura no garantizan sistemáticamente un crecimiento demográfico sostenido. Asimismo, el simple hecho de fijar “objetivos demográficos” constituye, de por sí, uno de los principales componentes de un proyecto territorial.

No debe olvidarse que el departamento de Alto Paraguay sufre también de un “olvido estadístico”, puesto que las Encuestas de Hogares que se realizan anualmente no se aplican en este departamento, privando de datos sobre una sociedad que con esfuerzos se mantiene en la zona.

Algo es seguro, el crecimiento económico y demográfico no son una finalidad en sí mismo. Sin embargo, los actores del territorio (los institucionales en primera instancia) deben consensuar las grandes metas económicas, sociales y ambientales para el Alto Paraguay: esto determinará inexorablemente los objetivos demográficos. Luego, se deberá reflexionar acerca de la configuración territorial deseada: esta deberá guiar los proyectos de infraestructura, de instalación de servicios y de desarrollo económico. Al respecto, el fortalecimiento de los centros urbanos será sin dudas de fundamental importancia si se pretende atenuar los flujos migratorios hacia el Chaco Central: la inauguración de una nueva sede de la Universidad Nacional en Fuerte Olimpo va en ese sentido.

Sin embargo, se deberá también reforzar la provisión de servicios públicos en otros puntos estratégicos del departamento, como en Agua Dulce, en Cruce Paragro o en Toro Pampa, por ejemplo. Las inversiones en infraestructura vial y energética será acompañada de nuevas instalaciones de actores privados, que solo necesitan una base mínima, para seguir generando dinamismo.

La movilización que ha generado el controvertido proyecto de explotación del Cerro León es reveladora de que el Alto Paraguay cuenta con recursos naturales y turísticos de gran potencial, lo que posiciona al sector turístico como un nicho a desarrollar. Además, se debe recordar que el departamento de Alto Paraguay es el que dispone de mayor superficie de parques naturales en todo el país, y que el recorrido sobre el río Paraguay representa un itinerario de ensueño para los turistas extranjeros que lo realizaron. Sin embargo, el cuidado del medio ambiente, aunque absolutamente necesario, no puede constituir por sí solo un proyecto para el Alto Paraguay.

Parece claro que las debilidades estructurales de las instituciones locales y regionales (gobernación y municipalidades) no podrán impulsar las obras de infraestructura vial y energía. El Ministerio de Obras Publicas y Comunicaciones podría liderar la materialización de las rutas y otras infraestructuras y servicios que sirvan como soporte mínimo pero vital al departamento.

Definitivamente, Alto Paraguay debe integrarse de forma urgente y definitiva al proceso de crecimiento económico que experimentan otras regiones del país. Por último, se recuerda la ecuación del impacto de las obras viales, donde por cada dólar invertido en rutas, el retorno es de 3 dólares, es decir, el sector privado se encargará de alimentar y sostener el dinamismo económico, generando inéditas posibilidades de empleo local y la oportunidad de ascender socialmente sin migrar.

Hato ganadero

El hato ganadero del departamento de Alto Paraguay ha experimentado un incremento muy notorio, pasando de 750.000 cabezas en 2005 a más de 1.750.000 en 2015, es decir, un incremento anual promedio de 100.000 cabezas. Además, más allá de crecimiento cuantitativo, se produjo una intensificación productiva.

Nuevas explotaciones

La instalación de las nuevas explotaciones fue posible gracias a los servicios y a la logística existentes en el Chaco Central, proveyendo además la tecnología y el conocimiento apropiados para la habilitación de parcelas, construcción de tajamares, provisión de pasturas, instalación de alambrados, entre otros.

Se deberá también reforzar la provisión de servicios públicos en otros puntos estratégicos del departamento, como en Agua Dulce, en Cruce Paragro o en Toro Pampa, por ejemplo. Las inversiones en infraestructura vial y energética serán acompañadas de nuevas instalaciones de actores privados.

* La movilización que ha generado el controvertido proyecto de explotación del Cerro León es reveladora de que el Alto Paraguay cuenta con recursos naturales y turísticos de gran potencial, lo que posiciona al sector turístico como un nicho a desarrollar.

* No debe olvidarse que el departamento de Alto Paraguay sufre también de un “olvido estadístico”, puesto que las Encuestas de Hogares que se realizan anualmente no se aplican en este departamento, privando de datos sobre una sociedad que con esfuerzos se mantiene en la zona.

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