Las tarjetas de crédito ante el desafío de superar la intervención estatal

La aparición de las tarjetas en el mundo se remonta a 1914, cuando la Western Unión realizó la primera emisión de la tarjeta de crédito (TC) al consumidor, pero en particular a sus clientes exclusivos.

Cargando...

El uso del plástico comenzó a ganar terreno después de la Segunda Guerra Mundial y, en 1950, Diners Club, consiguió que su tarjeta sea aceptada por una variedad de comercios. Siguiendo la misma historia, en 1951, el Franklin National Bank de Long Island, Nueva York, lanzó una que fue aceptada por los comercios locales y por más de 100 bancos.

Pocos años más tarde, los bancos locales de los Estados Unidos comenzaron a expedir tarjetas de crédito comunes, surgiendo de esa manera grandes firmas dedicadas al rubro como MasterCard Internacional y Visa Internacional. De esta manera, la práctica comenzó a expandirse hacia países de América Latina, y sus ciudadanos adoptaron este nuevo medio de pago.

La tarjeta de crédito permite acceder a bienes y servicios que son pagados a crédito, si el titular no cancela la totalidad de la deuda al final del periodo. Las instituciones financieras cobran por el servicio de crédito, donde la tasa de interés expresa una idea del riesgo que toma la entidad financiera con los clientes. Por esta razón, los clientes con menor capacidad de pago tienen tasas más altas, es decir, representan un nivel de riesgo mayor.

Para regular la tasa de interés, en varios casos muy elevada, el Congreso Nacional aprobó en el año 2015 la Ley 5476 por la cual se establecieron normas de transparencia y de defensa al usuario en la utilización de tarjetas de crédito y débito, reduciendo considerablemente la tasa de interés a tres veces la tasa pasiva promedio establecida por el Banco Central del Paraguay, que en ese momento era de 4,9%, con lo que la tasa de interés máxima de las tarjetas de crédito no podía sobrepasar el 14,84%.

Pero como toda nueva regla de juego, esta no tardó en impactar como ya se anunciaba en las políticas del sector financiero, que de lanzar baterías de ofertas a sus clientes en convenio con importantes casas comerciales, comenzaron a levantar las promociones, restringir las facilidades en las compras a cuotas, adelanto en efectivo y otras ventajas que ofrecían a sus usuarios.

Solo basta comparar los números para confirmar que la nueva ley impactó significativamente, tanto en el volumen de operaciones como en la cantidad de plásticos que circula en el mercado. En octubre de 2015, cuando entró en vigencia la Ley 5476, la cantidad de plásticos emitida por los bancos era de 973.603 unidades. Si se considera el anual, entre el mencionado año y el 2016, la cantidad de tarjetas en circulación cayó 10,5%, mientras que el importe consumido se redujo 8%.

Si Paraguay había dado señales importantes en cuanto a bancarización, la reducción de las tarjetas de crédito y la caída del consumo significaron cierto retroceso, afectando al sector comercial y de servicios principalmente, así como a los consumidores que debieron modificar sus estrategias financieras.

Enlance copiado
Content ...
Cargando...Cargando ...