Dentro de la violencia familiar existen diferentes tipos. Y es necesario diferenciar entre dos conceptos: la agresividad y la violencia. La primera es una reacción innata y necesaria para la supervivencia. Es instintiva. La segunda tiene el único objetivo de dañar. La violencia es una conducta y, como tal, se aprende. Es la forma de demostrar su poder los que la ejercen.
Tipos de violencia
Género o de pareja: sin duda, las más sonadas en la actualidad, y cada vez más en aumento, son las denominadas violencia de género o pareja, para la cual han de darse tres factores: que exista o haya existido una relación de afectividad, que se den diferencias de poder y que la víctima sienta que no tiene posibilidad de salir de esa situación.
Padres contra los hijos: que incluye negligencia, no atenderlo en condiciones, impago de pensiones, no llevarlo al colegio.
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Filio-parental: aparece cuando a los hijos se les da todo lo que quieren desde pequeños y no se les pone límites. Esto es conocido como síndrome del emperador, desarrollado por el psicólogo criminalista Vicente Garrido. Se da cuando los hijos no toleran la frustración porque no han oído un «no» en su vida. No saben esperar y lo que quieren, lo quieren ya. Entonces, reaccionan con violencia.
Tecnológica: en los últimos años se han detectado nuevos tipos de violencia, basada en el control a través de las nuevas tecnologías, que se da sobre todo en parejas jóvenes. Tienen que estar conectados todo el tiempo, decir dónde están y con quién. Pierden la intimidad y se llega a producir un aislamiento social.
Fenómeno iceberg: se trata de una de las violencias más invisibles en nuestros días. Son casos de violencia ejercida sobre personas mayores que no se detectan. En la sociedad actual las personas mayores son olvidadas o, todo lo contrario, y se ven obligadas a volver a ejercer de padres manteniendo a sus familias con sus pensiones o cuidando de otros miembros de su familia.
Síndrome del cuidador: son personas que se ven obligadas a cuidar de otras porque no les queda otra alternativa y que provoca un profundo desgaste emocional y físico de la persona que asume esta responsabilidad.
Maltrato sicológico: es el gran olvidado y el más dañino en materia de violencia intrafamiliar, ya que es el más difícil de detectar y el que primero empieza, porque antes de ponerte una mano encima te han vejado y es como la previa de que prepara para aceptar todo lo que vendrá después. La herida que provocan estos daños también es más difícil de curar. Una fractura se cura y es fácil de probar, mientras que con el daño sicológico lo que se persigue es destruir la autoestima y anular la personalidad de la víctima.
Capacidad
Analiza las causas y consecuencias de los actos de violencia intrafamiliar.
Fuente: https://www.heraldo.es/
