Se refieren a un conjunto de capacidades que no solo abarcan los procesos cognitivos, sino también las respuestas afectivas que permiten la actividad dirigida a la solución de problemas, en situaciones nuevas y complejas; las funciones ejecutivas rebasan el ámbito de las conductas habituales y automáticas, y se definen como una serie de procesos que facilitan la adaptación a situaciones nuevas.
Así pues, en el momento en que el educador entiende cómo usa el estudiante su atención es cuando ha empezado el camino para aprender a gestionar las funciones ejecutivas.
Una lista de las funciones ejecutivas podría incluir:
- Atención.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
- Control emocional.
- Gestión del tiempo.
- Relevancia.
- Iniciativa.
- Resolución de problemas.
- Memoria.
- Planificación.
Lea más: Neurociencias (8)
- Inhibición.
- Actividad cognitiva.
- Automonitorización.
- Establecimiento de objetivos.
- Flexibilidad.
- Organización.
Russell Barkley (2005) define la función ejecutiva centrándose explícitamente en la atención, refiriéndose a esta como la relación entre los sucesos del entorno y nuestro comportamiento. Los sucesos del entorno son cualquier suceso o acontecimientos que experimentamos con nuestros sentidos, y el comportamiento incluye acciones físicas, actividad cognitiva (pensamiento) y actividades interiores, incluyendo los sentimientos.
En este contexto, la atención puede ser vista como una relación entre un suceso y la respuesta a ese suceso. En el lapso de tiempo que media entre el acontecimiento y la respuesta, se activa nuestra función ejecutiva, y nuestro comportamiento es el resultado de cómo respondemos a ese suceso.
La relación del estudiante con su entorno se vincula directamente con su proceso individual de maduración, por lo que es importante entender el desarrollo de sus funciones ejecutivas en el contexto del desarrollo de su infancia y del desarrollo de su consciencia.
En ciertos momentos deberíamos esperar resultados y una conducta más específica de un niño o de un joven adulto, pero su capacidad para entender esas expectativas no está desarrollada del todo. Entonces al niño le solemos acusar de que no se concentra, de que es poco trabajador, de que está desmotivado, de que es indisciplinado o desorganizado; y con ello solo logramos incrementar sus sentimientos de frustración, decepción y desánimo.
Es natural que ajustemos nuestras expectativas de acuerdo con la madurez o el desarrollo del niño, pero en muchos casos el desarrollo cerebral o su conducta no va al mismo ritmo que su edad biológica.
EJERCITARIO 9
Completa las siguientes oraciones.
1. Las…………………………………………… son las funciones de nuestro cerebro que controlan la atención y el comportamiento.
2. La relación del estudiante con su entorno se vincula directamente con su proceso individual de …………………………………
3. En muchos casos el desarrollo cerebral no va al mismo ritmo que la edad………………………........
Fuente: CUDA, M. 2018. Neurociencia, didáctica y pedagogía. Aportes a la escuela de hoy. Ciudad autónoma de Buenos Aires.
