El Paraguay a inicios del siglo XX: cambios y revoluciones

Los primeros años del siglo XX encontraron al Paraguay sumido en una profunda crisis. Los modelos imperantes, operados desde el Gobierno, bajo la influencia del Partido Colorado, no dieron los frutos esperados. La inestabilidad económica, la venta de las tierras públicas y la situación de la masa campesina, sumado a la disidencia interna en los partidos, generaron un ambiente propicio para los enfrentamientos.

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Las diferencias internas

La fundación de los partidos tradicionales del Paraguay se realizó en el año 1887. Con el correr del tiempo, en cada uno de ellos fueron apareciendo diferentes puntos de vista que generaron posturas contrapuestas.

En el seno del Partido Colorado se formaron dos sectores, uno liderado por Bernardino Caballero –con una postura más radical- y otro, con Juan Bautista Egusquiza a la cabeza. Ambos militares participaron en la Guerra Contra la Triple Alianza en las tropas de López.

Desde el Partido Colorado —liderando el Gobierno— Egusquiza propuso una política aperturista, que permitiera la participación de los sectores de la oposición liberal. Sin embargo, el sector caballerista seguió siendo el más influyente.

Entretanto, entre los liberales también se formaron facciones con diferentes intereses. Mientras uno de los sectores propició la participación conjunta con los colorados —sector reconocido con el nombre de Cívico— el otro grupo se opuso rotundamente. A este último se lo conoce como la facción radical del Partido Liberal, entre quienes se encontraba Manuel Gondra.

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La revolución de 1904

En torno a la figura del liberal Benigno Ferreira se unieron las dos facciones del Partido Liberal —cívico y radical— para organizar la revolución en contra del Gobierno colorado del Cnel. Escurra. Inclusive, los sectores cívicos del coloradismo apoyaron la causa revolucionaria. Como ejemplo, basta citar el caso de Manuel Domínguez, quien fue el vicepresidente colorado de Escurra.

En agosto de 1904, se inició entonces «una revolución campal para apoderarse del poder. Los revolucionarios establecieron su cuartel general en Villa del Pilar y el movimiento se extendió rápidamente por todo el país» (Cardozo, E. 1987:291).

Esta revolución terminó en 1904, con la firma del Pacto del Pilcomayo y la mediación de los representantes de Argentina y Brasil, y Juan Bautista Gaona, de Paraguay, quien fue el primer presidente de la denominada «era liberal», que, lejos de traer paz y armonía, dio inicio a una época de revueltas, revoluciones e inestabilidad que se mantuvo por más de 10 años.

Fuentes

BREZZO, L. (2010). El Paraguay a comienzos del siglo XX (1900-1930). Colección La Gran Historia del Paraguay. Ed. El Lector. Asunción.

CARDOZO, E. (1987). Paraguay Independiente. Ed. Carlos Schauman. Asunción.

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