Evaluación por competencias (38)

Recordemos que sin la actividad evaluativa difícilmente podríamos asegurarnos de que ocurra y progrese algún tipo de aprendizaje. Habitualmente utilizamos pruebas escritas entre los instrumentos aplicados para recoger información sobre los educandos; por ello refrescaremos la memoria sobre algunos aspectos importantes referentes a las pruebas o exámenes escritos.

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Las pruebas o exámenes podemos definir en su forma típica, como aquellas situaciones controladas en las que se intenta verificar el grado de rendimiento o aprendizaje logrado por los estudiantes.

Los exámenes altamente estructurados o cerrados son recursos que han aparecido en el ámbito educativo con la intención de lograr una evaluación «objetiva», libre, lo más posible, de interpretaciones subjetivas del evaluador. Otra característica adicional asociada al examen escrito es la posibilidad de cuantificar el grado de rendimiento o aprendizaje, a través de calificaciones consistentes en números.

Los exámenes escritos están construidos por medio de un conjunto de reactivos, cuyo nivel de estructuración influye de manera importante en el tipo de procesos cognitivos y aprendizajes significativos que logran los estudiantes.

En las pruebas escritas podemos utilizar reactivos que requieren de algún tipo de respuesta por parte del estudiante como el ensayo, que se clasifica en restringido y extensivo.

Ensayo restringido: contiene preguntas o planteamientos que el estudiante debe responder en congruencia a unos límites establecidos en términos de contenidos (qué aspectos) o su forma (extensión, número de palabras).

Ensayo extensivo: contiene preguntas o temas en los que el alumno debe construir las respuestas con total libertad y según su propio estilo.

Así también, reactivos que requieren de la selección de algún tipo de respuesta, como:

• alternativa constante

• opción múltiple.

• pareamiento y ordenamiento.

Alternativa constante: consiste en el planteamiento de una situación problemática que está enunciada de manera que tenga solamente dos respuestas, de las cuales, solo una será la correcta. Las respuestas se pueden presentar en varias formas como: Correcto - Incorrecto, Sí - No, Igual - Opuesto, Verdadero - Falso, Causa - Efecto, Hecho - Opinión, entre otros. 

Opción múltiple: este tipo de reactivo contiene una serie de situaciones problemáticas que se le presenta a los estudiantes. Cada una de ellas contiene de cuatro a cinco respuestas o soluciones posibles, pudiendo ser una sola la respuesta correcta o haber varias. En el primer caso, se denomina selección simple y, en el segundo, selección múltiple. También puede ser que todas las respuestas sean correctas; en este caso, se deberá seleccionar la mejor respuesta. 

Pareamiento: consiste en la presentación de dos o más columnas de palabras, símbolos, números, frases u oraciones, los cuales deberán ser asociados o relacionados por el estudiante de acuerdo con las instrucciones dadas en el enunciado. La primera columna «A» se denomina premisa o pregunta y la segunda columna «B», respuesta (incluye las respuestas correctas y los distractores).

Ordenamiento: consiste en presentar un conjunto de elementos, una serie de hechos, fenómenos de un todo en forma desordenada. El estudiante deberá ordenarlos según las instrucciones, pudiendo indicar estas un orden numérico, cronológico, lógico, entre otros.

Fuentes:

CASTILLO ARREDONDO, S. y CABRERIZO, D. (2003). Evaluación educativa y promoción escolar. Madrid. PEARSON EDUCACIÓN. Pág. 384 .

FALIERES, N. y ANTOLÍN, Marcela. (2004). Cómo mejorar el aprendizaje en el aula y poder evaluarlo. Buenos Aires. Argentina. Codiex Internacional SA. Pág. 400.

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