Los juegos de cooperación

En un juego cooperativo no existen ganadores, perdedores, excluidos ni eliminados, no hay equipos temporales o permanentes. El juego cooperativo es aquel en el cual el simple placer de jugar está puesto en avanzar dentro del logro de un objetivo de grupo, que será alcanzado gracias a la ayuda mutua.

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El girasol

Nos ponemos de pie, en círculo, agarrados de las manos. La profe explica que el girasol es una flor muy grande y redonda como el círculo que hemos formado. 

Al girasol le gusta mucho mirar al sol y levanta la cabeza para verlo (lo hacemos). Pero, a veces, vienen nubes y no se ve el sol; entonces, el girasol no mira al sol, baja la cabeza y mira al suelo. Miramos al sol, miramos abajo, pero se van las nubes y miramos al sol de nuevo. Levantamos la cabeza y viene una nube gris y no vemos el sol. Miramos hacia abajo.

Hablamos de que podemos dar palmaditas con las manos, pero con cuidado, sin hacernos daño, con suavidad y sin golpearnos. Cuando la profe ve que lo hemos entendido repite la poesía dando palmaditas suaves y nos anima para que lo hagamos también. La profe recalca sobre la importancia de jugar sin hacernos daño.

La cuerda tensada

Elegimos una pareja para realizar la actividad. Ambos se ponen de pie mirándose frente a frente. La profe proporciona una cuerda que sujetará a cada niño con una mano. Explicamos a los niños qué es estirar y les pedimos que lo hagan. Después les explicamos lo que es encoger y luego lo representan. Ahora les pedimos que den una vuelta a la clase con la cuerda estirada. Pedimos a otra pareja que también haga la actividad. Pueden desplazarse, levantar los brazos o bajarlos, siempre con la cuerda estirada.

Caravana de orugas

«El domingo estuve en el parque. Había orugas caminando sobre la arena», (la profe les cuenta y les pide que caminen por la sala de clase como si fueran orugas en el parque). «Caminamos bajo el sol y respiramos el aire puro. Pero a las orugas les gusta caminar juntas y, cuando se encuentran, se agarran de la mano (animamos a los chicos a que caminen agarrándose de la mano). «Y disfrutan del aire, del sol.  Las orugas son muy amigas, se agarran por la espalda como si fueran en tren y cierran los ojos porque confían mucho unas en otras. Les gusta ir juntas agarradas en fila. Respiramos, sentimos el aire, sentimos los rayos del sol, caminamos por encima de la arena, por encima del pasto, escuchamos el canto de los pajaritos», (solo la profe lleva los ojos abiertos). Les costará tener los ojos cerrados, pero se les indica que si los abren los vuelvan a cerrar.

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