La palabra servilleta deriva del francés serviette y es una pieza rectangular elaborada de tela o papel, utilizada para limpiar manos y labios mientras se come. Alrededor del siglo VI a.C. los griegos no usaban servilletas, sino un trozo de masa que llamaban apomagdalia (que deriva de la palabra apomasso y significa limpiar) y era una masa cortada en pedazos pequeños que amasaban en la mesa para limpiarse las manos, Este hábito luego derivó en el empleo de rebanadas de pan para limpiarse la grasa de los dedos después de comer.
Los romanos usaban el mappae, un lienzo de variados tamaños que utilizaban para limpiarse las manos al momento de comer, y también para guardar la comida sobrante, ya que el dejar alimentos era considerado una descortesía hacia el anfitrión.
En la Edad Media se limpiaban manos y labios con lo que había disponible. Antes de comenzar los grandes banquetes, se colocaban grandes vasijas ante los anfitriones para lavarse las manos.
El siglo XV vio el surgimiento del touaille, el ancestro de la servilleta. Era una larga tira de lienzo doblada en dos sobre una varilla y pegada a la pared como una toalla, donde la gente se limpiaba las manos. De hecho, se le atribuye a Leonardo da Vinci la invención de la servilleta, quien al ver el desaseo que reinaba durante las comidas de los grandes señores, decidió retomar el uso del trozo de una tela individual, pero de grandes proporciones. Esta servilleta era en realidad un pequeño mantel que permitía a los invitados mantener dedos y boca en un estado más higiénico. Era elaborada con lino de damasco y pronto se volvió popular su uso.
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Durante el Renacimiento se escribieron manuales de comportamiento en la mesa y allí ya se mencionan las servilletas que consisten en un pliego grande de lienzo.
Para esta época estaba de moda doblar manteles y, particularmente, las servilletas con forma de pájaros, animales y frutas. Esta tradición perduró más de 200 años.
Finalmente, las servilletas fueron aceptadas como signo de refinamiento en un comedor, y se fabricaban en tela de diversos tamaños. El uso de servilletas de papel se hizo popular en los Estados Unidos en la década de 1950.
Reglas de etiqueta
Fue tal la importancia del uso de la servilleta en la mesa que incluso se elaboró un protocolo que sobrevive a nuestros días con muy pocas variantes. Es más, es uno de los protocolos de etiqueta más antiguos que se mantiene vigente, junto con el de la preparación y servicio de la ensalada de fruta.
Aquí van cinco simples reglas para no equivocarse cuando lo inviten a una comida distinguida:
- Cuando el anfitrión, ya sentado a la mesa, toma la servilleta, se considera iniciada oficialmente la comida. Es el momento en el que los invitados extienden la suya, y pueden comenzar a comer.
- La servilleta se coloca sobre el regazo. No se considera apropiado colgar la servilleta de la camisa ni anudarla al cuello ni dejarla sobre la mesa.
- Se puede emplear la servilleta tantas veces como se crea oportuno.
- Es obligatorio limpiar la comisura de los labios antes de ingerir líquidos. De esta forma, no se dejan marcas grasientas o de lápiz labial en la cristalería.
- Está mal visto utilizar la servilleta para sacarse la cera de las orejas, limpiarse o sonarse la nariz, o cualquier otra cosa que no sea limpiarse los labios o las manos.
- La comida queda cerrada formalmente cuando el anfitrión pone su servilleta a la derecha del plato, instante en el que se da paso al café y/o postre.
- Se puede dejar la servilleta a la derecha del plato, ligeramente doblada, pero nunca igual a como estaba al comienzo de la comida.
