Como una manera de reducir la sensación de inseguridad se dispuso el despliegue de unos 300 efectivos de las distintas reparticiones policiales en las calles de Asunción y del departamento Central el pasado 17 de setiembre para intensificar los controles de personas y vehículos mediante la instalación de barreras policiales en algunos puntos estratégicos.
El objetivo principal fue desmentir los rumores de que los agentes de la Policía Nacional actúan de “brazos caídos”, en represalia por la política asumida por el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor. El secretario de Estado es uno de los que mayor rechazo genera entre los miembros del gabinete del presidente de la República, Mario Abdo Benítez.
A esto se suma el descontento generalizado que dejó la emboscada tipo comando concretada por los miembros del grupo criminal brasileño “Comando Vermelho” para rescatar a uno de sus principales líderes en el país, el poderoso narcotraficante badeño Jorge Teófilo Samudio González (47), alias Samura.
El suceso aconteció el pasado 11 de setiembre en la Costanera Norte, cuando atacaron el móvil penitenciario que lo transportaba junto con otros internos hacia la cárcel de Emboscada, con la única escolta de una patrullera de la comisaría 1ª de Asunción. El subjefe de la citada agrupación policial y conductor de la patrullera policial, el comisario Félix Antonio Ferrari Yudis (43), cayó abatido de un disparo en la espalda.
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La trágica desaparición del jefe policial caló hondo dentro de las filas policiales y no faltaron duras palabras de indignación contra las autoridades nacionales, principalmente contra el presidente, el ministro del Interior y el entonces comandante de la Policía Nacional, Crio. Gral. Gregorio Vázquez. El triste episodio costó el cargo a este último e inmediatamente fue sustituido por Resquín.
Nuevo operativo
Dos días después del primer operativo, el nuevo director de Policía de Asunción, comisario principal Silvino Leguizamón, ordenó la movilización de casi 200 efectivos en los bañados Sur y Tacumbú de la capital con el objetivo de montar barreras como medida de prevención contra la delincuencia en esos lugares.
Participaron en el procedimiento de seguridad agentes de varias comisarías de la capital, apoyados por sus pares del Grupo Lince, Grupo Aldo, la Agrupación Montada y la FOPE.
No obstante, varios ciudadanos se mostraron disconformes sobre el operativo implementado, sosteniendo que este tipo de operaciones deberían hacerlo “todos los días” y no cuando sucede un acontecimiento que deja al desnudo las falencias en las medidas de seguridad.
Más allá que si estos procedimientos resultan efectivos o no, la Policía Nacional tiene la misión de reconciliarse con la ciudadanía, que demanda mayor seguridad y estar siempre alerta con el refuerzo de los controles en las calles, principalmente durante los horarios nocturnos, que es cuando más acechan los delincuentes a la pesca de cualquier transeúnte incauto.
El objetivo principal fue desmentir los rumores de que los agentes de la Policía Nacional actúan de “brazos caídos”, en represalia por la política del ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, uno de los que mayor rechazo genera entre los miembros del gabinete.
Varios ciudadanos se mostraron disconformes por el operativo implementado, sosteniendo que este tipo de operaciones deberían hacerlo “todos los días” y no cuando sucede un acontecimiento que deja al desnudo las falencias en las medidas de seguridad.
