Las fiscalas fundamentaron el pedido en el artículo 50 inciso 13 del Código Procesal Penal, que refiere textualmente: “Los motivos de separación de los jueces serán los siguientes: ...13) cualquier otra causa, fundada en motivos graves, que afecten su imparcialidad o independencia”.
Para las fiscalas, son tres los motivos por los cuales se recusa al juez Sosa: el primero tiene que ver con el maltrato del que fue objeto la fiscala Celeste Campos Ross por el procesado Luciano Garbellano en el careo con el joyero y denunciante Armando Benítez.
Esa diligencia judicial se realizó en el juzgado de Luque y el juez permitió los excesos, lo que generó la reacción de distintos estamentos de la sociedad.
Otro motivo de la recusación tiene que ver con la aparente preopinión en la que incurrió el juez Sosa, al señalar que si Moria se presentaba iba a ser eximida de prisión.
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El tercer y último punto tiene relación con la filtración de información que se dio para el allanamiento de la casa de Garbellano, responsabilidad que las fiscalas atribuyen al juzgado.
El juez Alberto Sosa rechazó la recusación. Sostiene que el comportamiento grosero de Luciano Garbellano, en desmedro de la fiscala Celeste Campos Ross, fue en su ausencia.
Indicó que al enterarse de lo ocurrido a través de los medios de comunicación, citó a Garbellano para escucharlo antes de imponer una sanción disciplinaria.
Sin embargo, esta audiencia quedó fuera de contexto con la orden de captura internacional,
Sosa señaló que no dijo a medios argentinos que Moria Casán quedaría eximida de prisión si se presentaba ante la justicia paraguaya.
“Lo que dije es que se daban dos posibilidades: la de ir a prisión o la de obtener medida sustitutiva a la prisión si es que presentaba caución suficiente”, manifestó el juez.
En cuanto a la supuesta filtración del allanamiento a la casa de Garbellano, señaló que fueron los medios los que difundieron la información, atendiendo a la presencia policial en la zona, momentos antes del allanamiento.