Uno de los criminales más sanguinarios del Paraguay

Agustín Ramón Martínez Martínez, de 56 años de edad, es tal vez uno de los criminales más sanguinarios que produjo el Paraguay. Se lo conoce como Soldado israelí, porque existe una versión un tanto fantasiosa de que combatió como mercenario en la Guerra del Golfo, en 1991. En el último ataque que le atribuyen, y que de hecho confesó parcialmente, un abogado fue secuestrado, acribillado, quemado y enterrado. Tiene otros casos similares.

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Su cédula de identidad paraguaya, número 3.545.233, lo identifica como Agustín Ramón Martínez Martínez, nacido el 28 de agosto de 1961 en la ciudad de San Patricio, departamento de Misiones, a 250 kilómetros de Asunción.

El mismo Agustín, luego de sus primeros arrestos, instaló entre los policías que lo perseguían el mito de que supuestamente actuó como un mercenario contratado por el Ejército de Israel en la Guerra del Golfo, que fue un conflicto bélico desarrollado entre 1990 y 1991 contra el gobierno de Iraq por la invasión y anexión del Estado de Kuwait.

En aquel entonces, Soldado israelí se hacía conocer también con los motes de “Yahel Yamil Oskiski” o “Fresmann”.

En Argentina 

Su primer crimen conocido data del 31 de mayo de 1993, en la provincia de Santa Fe, Argentina, donde asesinó a tiros al capataz de estancia Pascual Pedro Bianco y dejó herida a la mujer de este, Nélida Elena Borsatto.

Un dato no menor: el cuerpo de Bianco fue quemado y enterrado. Así recordó el comisario general inspector retirado Teodoro Martínez, quien capturó a Soldado israelí en 1998, cuando trabajaba en el departamento de Interpol.

Por este homicidio e intento de homicidio, el paraguayo fue condenado a ocho años de cárcel, pero a mediados de 1994 escapó de la prisión donde estaba recluido, siempre en la Argentina, tras desarmar y tomar de rehén a un guardiacárcel.

En Caapucú 

En la noche del 25 de agosto de 1994, el Paraguay se conmocionaba con un horrendo crimen descubierto en el kilómetro 137 de la Ruta 1, en la zona de Caapucú, departamento de Paraguarí. En dicho lugar, ardió en llamas un camión repartidor de la empresa Argos. Un camionero que pasaba por el sitio, aún mientras el incendio estaba activo, rescató de adentro al chofer del rodado siniestrado, Miguel Ángel Flores García. En principio, se creyó que fue un accidente, pero después se comprobó que el empleado fue acribillado a tiros y quemado dentro del vehículo que conducía. El entonces prófugo Agustín Ramón Martínez Martínez fue señalado como principal sospechoso, pero nunca se pudo comprobar su participación, ya que el suceso no se investigó a fondo.

En Quiindy 

Otro asesinato “típico” del criminal Soldado israelí fue perpetrado el 11 de abril de 1995, cuando el ganadero Ignacio Antonio Vargas, conocido como Nene, fue ultimado a balazos y su cuerpo quemado y enterrado parcialmente en Quiindy, departamento de Paraguarí. La víctima era dueño de una estancia denominada “Ypoa”. Agustín Ramón Martínez Martínez, coincidentemente, fue el último que estuvo con el ganadero, para quien trabajaba como secretario-guardaespaldas, según los antecedentes que obran en la Policía.

Primera captura y sentencia 

Agustín Ramón Martínez Martínez, alias Soldado israelí, fue capturado por primera vez en Paraguay el 7 de noviembre de 1998, tras enfrentarse a balazos con policías de Interpol que lo ubicaron en la zona del Mercado 4 de Asunción.

Para cuando eso, el delincuente ya tenía incluso un pedido de extradición de Argentina, para cumplir el resto de su condena por el homicidio en Santa Fe, aunque su primera sentencia, de seis años de encierro, fue dictada por el atroz asesinato del ganadero de Quiindy, Nene Vargas.

Extradición

Para hacer más interesante su estadía en prisión y ganar popularidad, Soldado israelí comenzó a difundir la versión de que él tenía datos sobre el atentado contra la Asociación Mutual Israelí Argentina (AMIA), ocurrido en 1994, cuando murieron 84 personas y 300 resultaron heridas al explotar un coche-bomba estacionado frente al edificio de Buenos Aires.

Este falso rumor hizo que las autoridades argentinas aceleraran su extradición, que se concretó que se concretó el 30 de junio de 2001, cuando fue entregado a la Policía Federal, por un lado para cumplir su sentencia por el homicidio en Santa Fe y, por el otro, para ser investigado sobre el recordado atentado explosivo.

El regreso y un macabro hallazgo en un horno 

Luego de completar su condena en Argentina, y al quedar descartada su participación en el atentado contra la AMIA, el paraguayo Agustín Martínez regresó a Paraguay, pero como es un delincuente incurable e incorregible, recayó en su espeluznante vicio: matar y quemar personas.

El 23 de mayo de 2009, fueron rescatados de un horno para carbón los restos aún humeantes del político colorado Cecilio Ricardo Cabello y de los peones Hilario Marecos y Alberto Medina Blanco. Ocurrió en Ybycuí, departamento de Paraguarí. ¿Quién fue detenido como sospechoso? Agustín Ramón Martínez Martínez. ¿Por qué? Porque trabajaba como secretario-guardaespaldas de Cabello y fue el último que estuvo con las víctimas.

Falencia de la justicia facilitó su liberación

El criminal fue arrestado inmediatamente y pasó seis años en Tacumbú, hasta finales de 2015, pero salió libre debido a una negligencia de la Fiscalía, que nunca pudo cerrar el caso ni conseguir una condena. 

El homicida fue beneficiado con un hábeas corpus reparador, por compurgamiento de la pena mínima establecida para este tipo de casos.

Desde que salió en libertad en 2015, Soldado israelí se mantenía en silencio, hasta el miércoles último, cuando reveló dónde estaban enterrados los restos del abogado Lucilo Nicolás Cardozo Salina, quien fue secuestrado, acribillado y quemado, en una modalidad idéntica a la de los otros tremendos casos que le atribuyen.

¿Su último homicidio?

Agustín Ramón Martínez Martínez, alias Soldado israelí, confesó haber participado en el espantoso homicidio del abogado Lucilo Nicolás Cardozo Salina, quien fue secuestrado, acribillado, quemado y enterrado. El cuerpo fue recuperado el miércoles último, en Yaguarón.

Sin embargo, el sanguinario delincuente negó haber sido el autor material, sino que argumentó que “solamente” hizo el trabajo de inteligencia previa para acercarse a la víctima y que entregó al abogado a un grupo de narcotraficantes de Salto del Guairá. Supuestamente, no sabía que iban a matarlo.

Sea cierta o no su versión, es claro que está metido en el homicidio, que se llevó a cabo de la misma forma que los otros crímenes que él cometió anteriormente.

¿Será que este fue su último homicidio? ¿Será que esta vez ya no va a salir por fallas de la justicia? Solo el tiempo lo dirá.

ileguizamon@abc.com.py

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