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Desde hace unos años, los ledes (diodos emisores de luz) se han colado en los teléfonos inteligentes, las televisiones y computadoras.
Su escaso consumo eléctrico y fuerte intensidad seducen a los fabricantes. El problema es que muchos contienen un elevado porcentaje de luz azul, la parte más energética pero susceptible de ser dañina para la salud.
“Es un tema de hace tiempo y los estudios científicos se multiplican”, resume el director de marketing Stefan Sommer, de Philips, durante el reciente Salón de la electrónica IFA de Berlín.
Él vende una pantalla de computadora equipada con tecnología “SoftBlue”, supuestamente mejor para la retina.
Philips comercializa con éxito tres monitores de esta gama desde febrero, sobre todo en los países nórdicos sensibles a los temas de salud, para “ampliar la gama” , explica.
Otras marcas, como las taiwanesas Asus y BenQ, o la estadounidense ViewSonic, proponen pantallas específicas.
La tecnología “es un placer que culpabiliza: cuando éramos muy jóvenes nuestros padres nos dijeron que pasar demasiado tiempo delante de la televisión o del ordenador era malo. Por eso una pantalla segura podría ser del agrado de los consumidores”, considera Paul Gray, analista del gabinete IHS.
Serge Picaud, investigador del Instituto de la Visión de París, realizó un estudio en 2013, que exponía las células de la retina de los cerdos (parecidas a las del ser humano) a diferentes longitudes de onda y demostró que la luz entre 415 y 455 nanómetros mataba células. Dicho de otra manera, el color azul oscuro, cercano a los ultravioletas, es nocivo.
“Pero no hay que tener miedo de las pantallas, lo que plantea problema es la sobreexposición” , añade el oftalmólogo Vincent Gualino. Y añade que sí se hace necesario protegerse en función al uso.