Contracturas y dolor

Los dolores y las contracturas pueden agravarse con los diferentes cambios climáticos y la humedad invernal. Las molestias y rigidez afectan a tendones, músculos, articulaciones y huesos.

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El invierno suele bajar la intensidad de las rutinas de ejercicios y caminatas. Ante el frío, la primera reacción es encogernos con movimientos involuntarios y bruscos del músculo que se contrae como defensa, como cuando nos ponemos en posición fetal para dormir o inmóviles por la intensidad del viento.

El doctor Eduardo Barrios, médico cirujano y docente de fisiología humana y deporte, informa que con la llegada de la estación de invierno y durante los meses fríos, las bajas temperaturas juegan un rol importante en diversas patologías sobre todo las respiratorias, pero el aparato osteomuscular también se ve afectado en determinadas situaciones. En especial en cierto tipo de pacientes durante los días fríos y húmedos como los característicos de nuestro país.

“El dolor por frío afecta las articulaciones, músculos, tendones y huesos, tanto que algunas veces generan impotencia funcional, dificultad para movilizar una parte del cuerpo, lo que genera que las personas tengan dificultades para realizar actividades de la vida diaria. Esto depende de la sensibilidad al dolor y a los cambios de temperatura ambiental y de humedad, así como también las condiciones clínicas previas del paciente”, agrega.

Por su parte, el doctor Mario Porro, traumatólogo deportólogo, refiere que las enfermedades articulares, como la artrosis y algunas patologías reumatoideas como la artritis, agravan sus síntomas con las bajas temperaturas, especialmente el dolor y el entumecimiento.

Recuerde que “las articulaciones son las más afectadas, ya que en ellas se asienta la enfermedad inflamatoria crónica, como, por ejemplo, la artrosis”.

¿Por qué duelen las articulaciones y músculos en estas condiciones climáticas? El doctor Barrios menciona que “las causas son por múltiples factores y entenderlos nos ayudaría a prevenir que estos dolores aparezcan o, por lo menos, a que sean menos intensos”.

El profesional lo explica de este modo: “durante las bajas temperaturas los músculos incrementan el metabolismo y generan calor para mantener nuestra temperatura corporal, a expensas de un aumento del tono muscular”.

El facultativo añade que “esto produce un estado mayor de contracción muscular, que si rebasa los límites fisiológicos generaría una contractura muscular patológica, hecho que aumentaría el estímulo de los sensores del dolor”.

“Además, el frío produce una vasoconstricción a nivel muscular que disminuye el riego sanguíneo a estos tejidos y con ello también la llegada de nutrientes y eliminación de toxinas, contribuyendo aún más a que ese estado de tono muscular se vuelva mayor. Y como estos músculos están asociados a los ligamentos, tendones y huesos, sobre todo a nivel de las articulaciones, se produce una rigidez en ellas, que en algunas situaciones impide la movilidad normal o se hace dolorosa”, explica el galeno.

Modalidad articular

El doctor Barrios dice que “la tonicidad puede estar exacerbada en pacientes con fracturas óseas previas, cirugías traumatológicas con materiales de osteosíntesis, lesiones musculares o enfermedades sistémicas que afecten el tejido conectivo, rico en colágeno. Es por ello que antes de la actividad física se recomienda durante los días frescos un buen calentamiento muscular y activación de la movilidad articular para evitar el dolor y mejorar así las condiciones de entrenamiento”. Las personas que no realicen actividades físicas, ya sea por sedentarismo o condiciones clínicas que lo impidan, están en riesgo de sufrir estos dolores, por lo cual se recomienda realizar actividades en lugares cerrados o cuando el clima sea agradable, es decir, alrededor de los 20 o 22 °C”, aconseja el galeno.

En tanto, el doctor Porro señala que “los dolores se acentúan en personas de la tercera edad, en hombres y mujeres”.

El doctor Barrios recomienda “la protección con ropa adecuada durante los fríos intensos, uso de guantes, medias de lana o los calentadores de ambientes para evitar este aumento de la tensión muscular y prevenir así los dolores articulares. Si bien en nuestro país no existen climas fríos intensos, hay una alta prevalencia de pacientes con múltiples afecciones osteoarticulares, sobre todo en el grupo de la tercera edad”, culmina.

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