Dolores de espalda

La doctora Nelly Colmán McLeod, reumatóloga, apunta que el dolor musculoesquelético en ancianos es multifactorial y, por ende, puede obedecer a diversas causas, como procesos mecánicos y metabólicos.

“El envejecimiento tiene sus efectos sobre el aparato locomotor, se presenta por ejemplo una disminución de la masa y la resistencia en los huesos, y aparecen entonces enfermedades como la osteoporosis, que predisponen a fracturas, con mayor incidencia en algunas zonas como columna y caderas”, añade.

Informa la profesional que además se encuentra con frecuencia una disminución de la masa muscular conocida con el nombre de sarcopenia, que también favorece la aparición de debilidad o dolor, y a veces, limitaciones al realizar movimientos.

En tanto, la doctora Yanira Yinde, reumatóloga, menciona que al llegar a la tercera edad, en especial en las mujeres menopáusicas, la capacidad de fijación de los huesos se resiente por el déficit hormonal. Esto desencadena pérdida de la masa ósea y, como resultado, se genera un hueso pobre en calcio, con mayor riesgo de fracturas. De esta manera se inicia la enfermedad conocida como osteoporosis.

“Por lo general y por diversos factores, los ancianos ingieren poca cantidad de leche, y este es un factor que contribuye aún más al desgaste de los huesos, además predispone a la presencia de otras enfermedades descalcificantes como el cáncer, que es más frecuente en la tercera edad”, resalta.

Añade la doctora Colmán que la osteoporosis en sí misma es asintomática hasta el momento en que se presentan las fracturas, y cuando ocurren en la columna ocasionan aplastamientos en los cuerpos vertebrales, que producen dolor brusco e intenso, y que pueden durar entre dos y tres meses.

“Pero en muchos casos las fracturas son mínimas y, por tanto, no se acompañan del dolor intenso inicial, pero conducen a deformidades de la columna, como las llamadas jorobas o la escoliosis, que generan dolores crónicos de espalda por las alteraciones en la postura”, enfatiza.

El frío incide

La doctora Yinde señala que los huesos parecen doler más con el frío y se supone que esto se debe a la presión atmosférica que estimula a unos receptores de dolor que se encuentran en los músculos y articulaciones, lo que desencadena una articulación enferma, es decir, con más dolor.

La doctora Colmán refiere que las personas mayores son más sensibles a los cambios de temperatura, y los dolores a nivel de huesos y articulaciones pueden empeorar con la exposición a temperaturas frías, como sucede en invierno, o con el uso del aire acondicionado en días de calor.

Desgaste articular

La doctora Colmán dice que la artrosis, que es consecuencia del desgaste articular por el paso de los años, se da con más frecuencia en rodillas, caderas y columna. Ocasiona dolores al caminar o estar en una misma posición por tiempo prolongado, en general mejoran con el reposo, pero reaparecen al hacer las actividades. 

En tanto, la doctora Yinde afirma que la acumulación de calcio sucede durante los primeros 30 años de vida, y es óptima gracias a la suficiente ingesta de leche y sus derivados, y más su fijación al hueso, que se hace posible por factores hormonales, es decir, estrógenos en mujeres y testosterona en varones. 

Algunos dolores pueden ser más intensos por las noches, en especial cuando existe inflamación como en las tendinitis o las artritis. 

La mala postura y la exagerada carga

Las lesiones de espalda y el consiguiente sufrimiento no son exclusivos de la tercera edad, mucha gente joven puede tener lesiones severas por mantener una postura incorrecta frente a la computadora e incluso por levantar pesas en el gimnasio de manera inadecuada. 

Consulte con el especialista en espalda, quien le dirá si necesita realizar algún tipo de fisioterapia y hacer algunas correcciones en su vida diaria. Es posible que le indique una resonancia magnética y una radiografía para observar mejor la estructura de los huesos.