La educación del niño en el hogar

Nuestro hogar es donde habitamos y nos sentimos seguros. Es ese lugar donde se reune la familia, y cada uno de sus integrantes tiene calma, paz y sosiego. Es ahí donde podemos aprender con el ejemplo.

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“En la casa podemos aprender con el ejemplo a amar a los demás, mutuamente nos brindamos apoyo y obtenemos las lecciones de la vida. Ello hace que los desafíos sean más fáciles de afrontar”, opina el licenciado Federico Fretes, psicopedagogo.

“Es en el seno de la familia donde el niño aprende a obedecer mientras crece. Así las primeras nociones que recibe de dominio propio, de obediencia, de generosidad y de veracidad dependen de su familia. Todo esto debe ser enseñado en el hogar durante los primeros años de vida del niño, ya que es la época cuando su espíritu y su mente son más receptivos”.

Debemos tener en cuenta que, por su naturaleza, el niño, al no tener mucho que mirar en sí mismo, mira alrededor suyo, se graba en él las imágenes que encuentra su aguda mirada, las palabras que sus oídos pescan al vuelo y en la primera ocasión utiliza sus observaciones. “Desgraciadamente, como no tiene suficiente juicio para escoger entre el bien y el mal, acepta indiferentemente uno u otro e imita sobre todo lo que más a menudo hiere sus ojos. Afortunadamente, el temor de leer la desaprobación en la mirada de su madre, la confusión con que le llena la censura de su padre, bastarán muchas veces para mantenerlo en el camino correcto. La acción de la familia es lo que mayormente determina lo que la escuela podrá lograr a favor de los niños y los jóvenes”.

Educar a un niño no consiste solamente en que asista regularmente a la escuela y que pase de un grado a otro. “Es necesario que además de los conocimientos teóricos adquiera igualmente sentido práctico y hábitos de trabajo. La familia lleva la responsabilidad en gran parte de esta educación”.

El mejor ambiente

“Un ambiente de felicidad donde reinan la alegría y el buen humor, con palabras agradables colaborará, de modo eficaz al desarrollo de un porte erguido y seguro en el niño. En el problema de la educación de actitudes lo que más influye es que antes de educar a los hijos, el padre y la madre se eduquen lo más posible a sí mismos”.

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