El doctor Carlos Arbo Oze de Morvil, neurólogo, refiere que el cuadro clínico de la narcolepsia es bastante característico, se trata de ataques de sueño irresistibles y compulsivos, que se producen a lo largo del día y son de duración variable, se acompañan con frecuencia de gran relajación muscular (cataplexia).
“Además se observa una importante somnolencia diurna que perturba severamente la calidad de vida del paciente, comprometiendo así la atención, memoria y concentración”, añade.
Por su parte, el doctor Luis Taboada Renna, especialista en medicina del sueño, señala que la narcolepsia es una enfermedad del sistema nervioso central, caracterizada por una excesiva somnolencia diurna. Se trata de una hipersomnia de origen central. Afecta a ambos sexos por igual.
“Es una enfermedad poco diagnosticada, y entre el inicio de los primeros síntomas (somnolencia diurna) y el diagnóstico de la misma, suele existir un retraso de 10 a 15 años o más, es decir, se diagnostica de forma tardía”, agrega.
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El doctor Arbo afirma que el afectado presenta fenómenos oníricos (sueños), a veces muy vívidos, puede estar convencido de que el contenido de su sueño es real. Contrariamente a lo que se piensa, estos pacientes duermen muy mal durante la noche.
“El tratamiento no farmacológico consiste en el fraccionamiento del sueño con un régimen de breves siestas regulares de 15 a 20 minutos cada una. Desde el punto de vista dietético se aconseja evitar todo lo que pueda producir depresión del sistema nervioso central (como alcohol por ejemplo)”, acota.
El doctor Taboada informa que es una patología menos frecuente que la esclerosis múltiple y más que la miastenia gravis, comparando con otras enfermedades.
Enfatiza el profesional que “lo más importante en esta enfermedad es la hipersomnia, que se caracteriza por ataques de sueño de comienzo brusco durante el día, que llevan a la persona a hacer sueño en períodos de un minuto a media hora o más. En esta situación influyen la actividad monótona, el calor, la ingesta de alimentos o la mala calidad del sueño nocturno”.
Subraya el neurólogo Arbo que desde el punto de vista farmacológico actualmente se propone el modafinilo (droga estimulante del sistema nervioso central) como una opción, aunque no eventualmente la única; una alternativa en desarrollo es el de las hipocretinas sintéticas (neurotransmisor con acciones sobre el hipotálamo en funciones como hambre y sueño).
Sí puede trabajar
“El afectado con narcolepsia puede trabajar; sin embargo, el tipo de actividad que realice se deduce de las características de la patología, es decir, nada que apeligre su integridad física o la de otras personas”, informa el doctor Arbo.
¿Causa genética?
El doctor Arbo dice que las investigaciones recientes han mostrado una base genética en esta enfermedad, y en muchos se han descrito familias con esta patología. Pueden pasar muchos años antes de que se haga el diagnóstico; el inicio de los síntomas se produce con mayor frecuencia después de la segunda década de vida, más raramente en la segunda infancia y después de los cuarenta años.
Indica que el diagnóstico es esencialmente clínico, asociando los síntomas con los datos epidemiológicos. La corroboración se lleva a cabo mediante el test de latencias múltiples del sueño (es un estudio que se realiza a las personas que sufren de excesiva somnolencia durante el día) y la polisomnografía (consiste en el registro de la actividad cerebral, de la respiración, del ritmo cardíaco, de la actividad muscular y de los niveles de oxígeno).
“Durante el día varios episodios de sueño de duración variables son inesperados e irresistibles, por ello es peligroso para las personas que trabajan en industrias o que conducen vehículos”.
Disminuir la discapacidad
El doctor Taboada resalta que la clínica de la narcolepsia incluye además de la hipersomnia (somnolencia), la cataplejía (pérdida del tono muscular, no siempre presente), alucinaciones hipnagógicas (visiones o distorsiones auditivas que se producen cuando uno está a punto de dormirse), parálisis del sueño y alteraciones en el sueño nocturno.
“Es una enfermedad en la que el tratamiento se enfoca en disminuir la discapacidad que produce y al mismo tiempo mejorar la funcionalidad y calidad de vida del paciente. No se habla de curar. Ante los primeros síntomas se deberá acudir a la consulta con el especialista, y posteriormente hacer los estudios para el diagnóstico precoz y tratamiento oportuno”.
Añade además que es importante mencionar que existen otros trastornos del sueño y psiquiátricos que cursan con somnolencia diurna y son diagnósticos diferenciales. Si la enfermedad no se diagnostica y se trata en forma, tiene consecuencias sobre la funcionalidad, por ejemplo, en el rendimiento escolar, académico, laboral e inclusive físico, así como también se relaciona con mayor riesgo de accidentes laborales y de tránsito.
