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SALTO DEL GUAIRÁ (Rosendo Duarte, corresponsal). La decisión del Gobierno brasileño de implementar la baja de la cota de compras a partir del 1 de julio sigue firme, a pesar de la movilización de comerciantes y autoridades de las ciudades fronterizas del lado paraguayo y brasileño. De no haber una medida contraria, el comercio de Salto del Guairá podría entrar en serios apuros. Últimamente también se unieron a la preocupación argentinos y uruguayos, que también serán perjudicados por la medida, ya que se trata de una decisión tomada a nivel Mercosur.
El representante del comercio local, Juan Alberto Tito Rojas, dijo que de no lograrse un cambio de postura del Gobierno brasileño en los próximos días, se vendrá una segunda gran crisis en el comercio local. La primera fue producto de la cotización monetaria. Según el vaticinio de los comerciantes locales, en los primeros tres meses de la disminución se podría perder por lo menos 7.000 puestos de trabajo más, similar cantidad a lo que ya costó la crisis en lo que va del año en esta ciudad.
La cantidad de comercios que se cierren también aumentaría a niveles preocupantes, ya que las condiciones para mantener un negocio irán desapareciendo. Según Tito Rojas, la preocupación que en principio era solo paraguaya, hoy moviliza también a los propios brasileños e incluso argentinos.
“Se dieron cuenta ellos de que esto es una cadena donde el perjuicio de uno tendrá consecuencia en todos”, resaltó Rojas.
La principal aliada que tiene los fronterizos ante el gobierno federal brasileño es la senadora Helena Hoffmann, del estado de Paraná. La mujer defiende la necesidad de mantener la cota de 300 dólares para evitar una grave secuela económica en la zona fronteriza, incluyendo a las mismas ciudades del lado brasileño.
De entre las tres ciudades fronterizas que dependen de los compristas brasileños, el más afectado por el reajuste de la cota de compras sería Salto del Guairá, pues a diferencia de Ciudad del Este y Pedro Juan Caballero, la capital de Canindeyú vive exclusivamente del comercio. La ciudad no tiene industrias ni turismo.
Según datos que maneja la Municipalidad local, unas 1.000 familias ya emigraron de Salto del Guairá en los primeros cinco meses del año, situación que podría empeorar de no evitarse la reducción del monto de compra permitido a los brasileños.