Enfoque centrado en el desarrollo profesional

Enfoque centrado en el 
desarrollo profesional
Enfoque centrado en el desarrollo profesionalArchivo, ABC Color

El modelo actual de desarrollo profesional considera que los docentes son profesionales reflexivos, que a lo largo de su práctica producen un saber clave que debe ser explicitado, revisado y analizado.

Es decir, desde este enfoque se considera que, en el transcurso de su práctica y trayectoria, los docentes construyen saberes relevantes que deben ser formalizados.

Sin embargo, poner la experiencia en palabras para comunicarla a otros es todo un aprendizaje. Por eso, los procesos de reflexión y sistematización que los docentes realicen sobre estos saberes deben ser guiados por referentes con algún tipo de formación, conocimiento y/o experticia que facilite esta compleja tarea.

El modelo centrado en la idea de desarrollo profesional propone la articulación, mutua retroalimentación entre teoría y práctica.

Considera a la enseñanza como una fuente de problemas y saberes relevantes.

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A su vez, sostiene que la teoría permite cuestionar esos saberes y rutinas, brindando herramientas para desnaturalizarlos e interpretar, ordenar y organizar la práctica y los ambientes escolares, fundamentando las acciones.

Propuesta de formación centrada en la institución

Esta propuesta de formación considera que:

La escuela es el lugar en el que se originan los problemas o desafíos y desde donde deben proponerse soluciones; los desafíos o problemas de la práctica son significativos y tienen que ser objeto de análisis, formación y reflexión; la formación debe proporcionar herramientas, saberes y competencias en las diferentes áreas para construir alternativas, nuevas estrategias de enseñanza que superen dichos problemas; el carácter situado del conocimiento y del aprendizaje, porque los contenidos de la formación deben relacionarse con las preocupaciones y desafíos de los docentes; se debe contar con la mediación de formadores y asesores pares o externos a la escuela, porque asumir el cambio y la transformación de las prácticas supone cuestionarme y confrontar con el docente que soy; generándose procesos de crisis que no pueden ser efectuados en soledad; la formación implica realizar un trabajo colaborativo y horizontal entre los equipos docentes; las innovaciones deben ensayarse con apoyo y colaboración de pares y de colegas más experimentados.

Desde esta perspectiva, el formador, especialista o mentor pasa a colaborar de una manera más horizontal con los docentes, «tanto en las etapas de diagnóstico y definición de problemas educativos, como en la de formulación de proyectos y modalidades de trabajo que permitan superarlos» (Vezub, 2010: 18).

En este proceso aprenden tanto el docente como quien lo asesora, ya que, al acompañar, este, también revisa sus concepciones de enseñanza, cuestiona sus creencias, analiza su práctica y se apropia de nuevas herramientas.

El modelo centrado en el desarrollo profesional, además de estar centrado en la escuela y en el aprendizaje situado, invita a que los docentes adopten una posición y actitud de indagación para poder manejarse adecuadamente en las cambiantes culturas de las reformas escolares y asumir nuevos desafíos pedagógicos.

Fuente: - PONCE CEBALLOS, S., GARCÍA - CABRERO, B., ISLAS CERVANTES, D., MARTÍNEZ SOTO, Y. (2018) De la tutoría a la mentoría. Reflexiones en torno a la diversidad del trabajo docente.