Cuentas secretas en suiza

La web española que escapa a crisis de la prensa

En una prensa española desangrada por la crisis, una web de información registra un crecimiento y una independencia insolentes: El Confidencial, que participa en la investigación internacional “SwissLeaks” sobre las prácticas del banco HSBC en Suiza.

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MADRID. En 2014, elconfidencial.es realizó una cifra de negocio de más de 9 millones de euros (10,25 millones de dólares) y su beneficio debe superar el millón, una progresión de 30% en un año, según su editor y consejero delegado, José Antonio Sánchez.

Un resultado excepcional en la prensa española, que desde el inicio de la crisis en 2008 ha registrado más de 11.000 despidos y el cierre de un centenar de cabeceras, según la Federación de Asociaciones de Periodistas.

Por el contrario, El Confidencial, fundado en 2001 con un puñado de periodistas que trabajaban en el sótano de una casa, sigue contratando. Hoy son más de cien periodistas, además de unos 40 colaboradores externos.

“La crisis ha ralentizado el crecimiento, sin la crisis hubiera sido exponencial”, considera el editor.

El Confidencial se define como “el diario de los lectores influyentes”.

“Tienen una sección económica que es muy leída, muy comentada, muy respetada”, analiza Juan Luis Manfredi, profesor de periodismo en la Universidad de Castilla-La Mancha.

Pero se amplía progresivamente para hacerse más generalista. A la información política y económica se le agregaron secciones de deportes, tecnología, gente, cultura y tendencias.

La web tiene más de un millón de lectores, detrás de las de los grandes diarios españoles El País y El Mundo, según la clasificación de Comscore. “Entre 12 y 18 meses seremos el primero”, afirma Sánchez, que prevé duplicar su cifra de negocios y su número de lectores en los próximos tres años.

Es “un producto informativo que tiene una audiencia muy concreta, de la clase media-alta, urbana, en torno a los 35 años, que leen diarios y tienen poder adquisitivo, eso es un caramelo para los anunciantes”, comenta Manfredi.

Pero ¿cómo conciliar publicidad e independencia?

La web no negocia solamente con los grandes anunciantes sino que evoluciona en un mercado abierto, explica Daniel Toledo, de 39 años, responsable de la sección de empresas y comunicación.

Antes de entrar en El Confidencial, “en mi trayectoria profesional he vivido de una manera a veces dramática el acuerdo anual con grandes multinacionales de publicidad, que condiciona radicalmente las líneas editoriales de la prensa”, afirma.

Y agradece una libertad de escribir que nunca antes había tenido: los periodistas proponen los temas que les interesan, aunque sea al precio de molestar a un anunciante.

Para resistir a las presiones, “hay mucho dinero en la caja que está previsto para pagar los sueldos de los empleados durante seis meses”, aun si “todos los anunciantes se ponen de acuerdo ahora mismo y deciden que a partir de ahora no hay publicidad”, afirma Alejandro Laso, de 32 años, director de proyecto.

El Confidencial fue invitado en 2013 a unirse al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, junto a las más grandes cabeceras de la prensa mundial. Esta semana publicó, en paralelo con la cadena de televisión La Sexta, artículos sobre las cuentas secretas de personalidades e instituciones españolas en la filial suiza del banco británico HSBC.

Van desde el poderoso banco Santander al Instituto de Religiosas de San José de Gerona, que tenía 2,7 millones de euros ingresados en 2006 y 2007.

“Muy pocos medios de comunicación pueden hablar abiertamente de algunas empresas importantes, de algunas personas importantes en este país, sin que les tiemblen las piernas”, insiste Laso.

Contrariamente a sus grandes rivales de la prensa escrita, El Confidencial no tiene deudas. “Nunca he pedido crédito”, dice orgulloso Sánchez, de 54 años.

Para encontrar un equivalente en la prensa mundial, Sánchez alude al medio estadounidense Politico, especializado en la política de Washington pero gratuito como El Confidencial, a diferencia de la influyente web francesa Mediapart, que funciona por subscripción.

Tras entrar en el periodismo a los 16 años, Sánchez pasó después al mundo de las telecomunicaciones, donde descubrió internet y vio la oportunidad de volver a la prensa con una tecnología poco costosa que permitía crear un diario digital.

Con seis amigos, reunió 360.000 euros para lanzar un proyecto que desde entonces tiene imitadores en España y América Latina, como la web colombiana La Silla Vacía.

“Como noticias diarias El Confidencial es el referente”, afirma Manfredi, aunque en ocasiones cometan errores. “Quieren ser líderes todos los días y todos los días no se puede hacer buen periodismo, pues a veces fallan”.

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