Seguridad por mano propia

Ante la recurrente inseguridad, cada vez son más los grupos de vecinos que se organizan para evitar que los delincuentes ganen terreno en sus barrios. Desde sistemas de alarmas y cámaras hasta aplicaciones de celulares se usan para reducir los delitos.

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Unas 1.000 comisiones vecinales ya implementaron alguno o varios de los tres tipos de sistemas de alarma que facilitan la reacción policial y, con ello, se logra un mayor índice seguridad en barrios organizados, afirma César Luna, presidente del Consejo de Seguridad y Participación Ciudadana, una de las entidades que asesoran a las comisiones vecinales para mejorar el control en sus barrios.

“Esas comisiones tienen varias herramientas para la lucha contra la inseguridad, que es, por ejemplo: uno, el tema de la implementación de sistemas con cámaras; dos, las alarmas vecinales, que son con sirenas; y tres, estamos trabajando con la aplicación “Vecinapp” en todo el país (que es un sistema de alerta por celulares)”, explicó Luna.

Agregó que en algunos lugares, como en San Antonio, incluso se utilizan los 3 sistemas y, con ello, los vecinos lograron bajar del 45 al 15% el índice de inseguridad. “En lo que es la alarma vecinal, hay unas 95 comisiones en el Paraguay; con Vecinapp ya llevamos a 120 agrupaciones vecinales, y de las 1.000 comisiones a nivel país, unas 950 están usando las cámaras; el resto son comisiones nuevas” para las cuales se están gestionando, afirmó Luna.

Pero la infraestructura y los sistemas modernos no servirían si no existe una correcta reacción y organización por parte de los vecinos. Este es otro aspecto que desde la organización trabajan con los líderes vecinales. “Nosotros trabajamos con la comisión directiva, no con el ciudadano directamente; entonces, al tener líderes preparados, y al entender cómo funciona el pedido a las autoridades y los procesos, y al tener una forma de asociación, se logra bajar los índices de inseguridad”, remarcó.

Además de los sistemas de alarma, la organización en sí de los vecinos ya es algo disuasivo para que los delincuentes no merodeen esos barrios. “A nivel de seguridad el delito nunca va a acabar, sino que va a migrar a donde puedan proceder; en los barrios organizados los motochorros saben bien que la gente les va a detectar y se dan cuenta de que vienen a delinquir, entonces ellos buscan los lugares oscuros y donde los pobladores no estén organizados”, refirió.

La idea también es mejorar la capacidad de reacción de las autoridades, ya que “al organizar las comunidades los policías reconocen más rápido el lugar y los vecinos tienen contacto directo con las patrulleras, con los jefes y subjefes de comisaría. Eso da una respuesta de menos de 5 minutos a un evento que se ha disparado”.

Existen sistemas de alertas vecinales en varias zonas de Asunción y Central y ahora existen proyectos para extenderlos a ciudades como Caacupé e incluso la violenta ciudad de Pedro Juan Caballero. 

¿Cómo funcionan las alertas?

La base de todos los sistemas tiene un principio en común: que lo más rápido posible, una vez que se detecta el delito, esto se comunique a la Policía y a otros vecinos para que tomen intervención; la forma en que se difunde el mensaje es un poco lo que varía.

En el caso de los sistemas con sirena, una familia puede llegar a registrar hasta 5 números que están habilitados para llamar a la Central de Alarmas, lo cual activa los sistemas, activando así las sirenas en el barrio, a la vez de enviar un mensaje a la policía y un grupo de vecinos en específico.

Por su parte, la aplicación “Vecinapp” utiliza un sistema de “botón de pánico”; en este caso, la alerta es silenciosa y se activa apretando un botón en la pantalla del celular. Esta envía un reporte de alerta a todos los usuarios de la aplicación registrados en esa comisión vecinal y a la Policía.

El sistema de cámaras de seguridad es de los más conocidos; ellas están distribuidas en el barrio y sirven para monitorear y detectar delitos de manera remota.

La seguridad ¿cuesta caro?

El Consejo de Seguridad y Participación Ciudadana, en realidad, trabaja con base en proyectos, en los que eligen a las comisiones vecinales donde desarrollar los sistemas, según una diversidad de criterios como el nivel de desempleo, niveles de estudios, tipos de jefes de familia, etc., ya que, por lo general, los sistemas como cámaras de seguridad suelen ser donados.

“En cuanto a donación de cámara, es costo cero, gracias a la Fiscalía; en cuanto al botón de pánico, a través de la aplicación Vecinapp, también es gratuito de smartphone a smartphone, y la alarma vecinal que tiene sirenas, por ejemplo, como instaló una comisión de Fernando de la Mora, tuvo una inversión de G. 6 millones, porque es un producto de seguridad que vino del Perú, pero las comisiones eligen: si vivís en una comunidad, G. 6 millones te sale monedas prácticamente”, explicó Luna.

Cuidarse de los delincuentes

Los programas tienen un fuerte énfasis en capacitación en cómo actuar ante delitos flagrantes y, sobre todo, insisten en no exponerse ni aunque se posea un arma. “Si los ciudadanos están armados, sugerimos que no actúen, porque pueden tener problemas. En cuanto a flagrancia, si llegan a reducir a algún delincuente, una vez reducido, ponerlo a disposición de las autoridades”, expresó Luna.

“Portación fuera de la casa y fuera de la legítima defensa, nosotros no recomendamos. Tampoco que salgan a la calle si no están preparados. Y las armas que tengan en las casas las registren, que sean todas legales, porque ya tenemos casos de acciones con armas que se tuvieron que autoproteger, y tienen proceso”, remarcó, además de poner fuerte énfasis en educar sobre derechos y obligaciones del ciudadano.

Otra pata importante de la acción ciudadana es que los delitos que se concretan se traduzcan en denuncias formales ante las autoridades, a fin de tener un nivel de subregistro lo más reducido posible. “Trabajamos mucho también sobre el tema seguridad con las denuncias: que lleguen a las comisarías para que se tenga un registro, porque el Ministerio (del Interior) y la Municipalidad te hablan de un índice científico, que son los números por comisaría, pero tenés los índices reales, que son de campo, que es otra realidad”, dijo.

Además de simplemente sumar a las cifras generales, las denuncias aportan importantes datos específicos. “Hay asaltos que no llegan por robo de un celular o una cartera, pero que son importantes para un análisis para nosotros, porque a un km de donde están asaltando los motochorros, sabemos que sí o sí hay un lugar de tráfico de droga”, explicó Luna.

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