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Hace aproximadamente ocho semanas atrás eran apenas seis niñas las que se interesaron y fueron hasta el local denominado Punto Joven, al lado de la parroquia Santa Cruz en el Bañado Norte. El sábado último a pesar de la tormenta eran casi 30 y de todas las edades, contó Rosario Luna, voluntaria y educadora del colegio Cristo Rey.
“El proyecto se inició con ánimos de dar alguna actividad a las niñas del Bañado Norte, en un intento de aprovechar su tiempo libre e instruirles sobre una actividad que puede convertirse en una opción laboral por más que sea secundaria. También queremos tenerlas ocupadas en actividades constructivas, ya que el bañado presenta un ambiente poco favorable para estas niñas y con la inundación esto se acentuó”, afirmó.
En principio las primeras clases trataban sobre la fabricación de alfombras a partir del reciclaje de las bolsas de plástico, conforme pasaron los fines de semana el interés fue aumentando y fueron las propias niñas que sugirieron actividades que permitan un lucro diario y a partir de ahí se incluyó el crochet.
“Hoy tenemos planificado continuar con esta actividad de forma más organizada, creando más módulos de manualidades en la medida que el interés vaya creciendo, también le daremos la posibilidad en otras que no se circunscriban solamente al crochet, proyectamos hacer nuestra primera exposición el próximo mes de octubre, creemos que es interesante que se den a conocer ante la comunidad, más aún que se acercan las fiestas de fin de año, entonces se puede colaborar con una buena causa”, relataba la voluntaria.
El entusiasmo es notorio a juzgar por el aumento de alumnas, las asiduas trajeron a sus madres y hermanas adolescentes, esto indica que hay una necesidad sentida de la gente de encontrar alguna salida a la situación que tiene, las madres que en su mayoría realizan trabajos domésticos se hacen de tiempo para acompañar a sus hijas cada sábado.
Entre el abanico de posibilidades también está la posibilidad de abrir los talleres hacia la población masculina del Bañado Norte, con talleres para reciclado de palets de madera que sirven como materia prima para fabricar muebles.
A través de estas habilidades, los beneficiados tendrán las habilidades manuales y la oportunidad de comercializar sus productos, sin ser explotados por inescrupulosos, refiere la voluntaria.