Libro de Mansfield invita a “Una fiesta en el jardín”

Katherine Mansfield (1888-1923), nacida en Nueva Zelanda, vivió apenas 34 años, pero legó a las letras universales una de las obras más originales y bellas en su conjunto, especialmente en lo que a narrativa corta se refiere.

Admiradora del ruso Anton Chéjov, Katherine tuvo poco que ver en lo conceptual y lo estilístico con sus contemporáneos ingleses y estadounidenses. Sus cuentos tienen una textura muy personal y una sutileza que habla de una autora de inteligencia notable y de admirable capacidad para ver la vida desde dentro y transmitirla de un modo casi impresionista, dejando entrever sin mostrar lo total, iniciando una brisa pero no llegando al viento, aunque el lector sienta el viento dentro de él.

Pese a su corta vida, Mansfield escribió mucho. En este libro hallarán una selección de varias de sus obras maestras. Se abre con “Fiesta en el jardín” y continúa con “El canario”, “Felicidad”, “La lección de canto”, “La mosca”, “La mujer del almacén” y “Matrimonio a la moda”.

Katherine escribe con rasgos tenues, delicados sus historias sin historia, sus descripciones de gente común en situaciones sin épica. En algunos casos no hay argumento que desarrollar, y ella simplemente deja volar la capacidad de contemplación, la reflexión, la introspección. Sabía captar como pocos los breves pero intensos destellos de vida que ninguna otra persona captaba.

Algunos de sus cuentos parecen escenas estáticas donde nada pasa, pero en los que pasa la vida en un instante. Katherine aprendió de Chejov que no hacía falta tanto argumento para crear una moderna pieza de cuento literario.

Leerla es un buen ejercicio de la imaginación. Ella escribe una palabra o una frase, y las deja sueltas para que cada cual la ubique o la complete en su mente.