Florentín Giménez: adiós a un prolífico creador

Este domingo 14 de marzo Florentín Giménez hubiera cumplido 96 años, pero ayer partió a la eternidad. El compositor y director de orquesta paraguayo dejó un vasto legado musical entre canciones y sinfonías, como también por el hecho de haber creado el Conservatorio Nacional de Música y la Orquesta Sinfónica Nacional.

Florentín Giménez dirigiendo la Orquesta Sinfónica Nacional en un concierto realizado en el año 2005.
Florentín Giménez dirigiendo la Orquesta Sinfónica Nacional en un concierto realizado en el año 2005.

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“Así canta mi patria”, “Muy cerca de ti”, “Nocturnal”, entre otras canciones; nueve sinfonías, música popular, de cine, teatro y ópera fueron parte del extenso catálogo musical que avalan las credenciales de Florentín como un inquieto compositor. Tal es así que en 2017 fue estrenada su novena sinfonía “Coral”, con ensayos bajo su supervisión. Florentín, quien dedicó así su vida a la música, falleció ayer en su casa, luego de haber estado internado en el sanatorio San Roque a causa del covid-19.

Giménez es oriundo de Ybycuí, donde nació el 14 de marzo de 1925. En su adolescencia, ya viviendo en Asunción, trabajaba como canillita.

Sus primeros pasos musicales los desarrolló en la Banda de Músicos de la Policía de la Capital, institución donde luego se desempeñó como percusionista hasta el año 1945. En dicho lugar estudió con Salvador Dentice, Manuel Rivas Ortellado y Gerardo Fernández Moreno. Posteriormente, recibió lecciones de armonía y contrapunto de Otakar Platil. Ya en el año 1948 organizó el recordado grupo Florentín Giménez y su Típica Moderna. Formó también Ritmos de América, con Carlos Villagra.

Luego fijó residencia en Buenos Aires, Argentina, en 1955, a donde se vio obligado a emigrar al ser acusado de comunista. En el país vecino continuó sus estudios musicales con el maestro Cayetano Marcolli, y también tuvo la oportunidad de presentarse en destacados teatros. Además, fue en dicho país donde comenzó a componer sus primeras obras eruditas, como la Sinfonía Nº 1 “Desconcertante”, que presentó como tesis en el Conservatorio Nacional de Buenos Aires.

También en Argentina se relacionó con grandes artistas como José Asunción Flores, Herminio Giménez, Francisco Alvarenga, Demetrio Ortiz, Augusto Roa Bastos y otros.

Fue en 1970 cuando se radicó definitivamente en el Paraguay. Fundó la Orquesta de Cámara de Radio Cáritas y en 1972 fue nombrado director adjunto de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción. En 1978 asumió al mismo tiempo la dirección de la Orquesta de Cámara Municipal. Fue director titular de la OSCA hasta 1990. En 1996 crea el Conservatorio Nacional de Música y en 2003 la Orquesta Sinfónica Nacional. Fue también fundador del Conservatorio de la Universidad Católica de Asunción.

Durante su destacada carrera recibió varias distinciones nacionales e internacionales, como el Premio Nacional de Música por su ópera “Juana de Lara”, que fuera estrenada en 1987 y considerada la primera ópera paraguaya.

También ha lanzado libros como “La música paraguaya”, “Rasgos tradicionales del folclore paraguayo”, “Cancionero I y II” y hasta una novela llamada “Indalecio”.

En el mundo artístico, sobre todo en el musical, la noticia se recibió con gran consternación, pero también con mucha gratitud hacia la vida de una persona que cosechó todo lo que sembró.

Las redes sociales fueron las elegidas para que estudiantes, músicos profesionales, docentes e instituciones recordaran con palabras y fotografías a Florentín.

La Secretaría Nacional de Cultura expresó que “Un gran artista paraguayo ha concluido su prolífica vida, dejándonos una obra generosa e invalorable como pocas”.

La Orquesta Sinfónica Nacional realizó un concierto que transmitió por streaming, y agradeció “el invaluable legado” de su fundador. Mientras que en Conservatorio Nacional de Música afirmó que más allá de sus obras, “su mayor legado han sido las instituciones musicales más emblemáticas de país”.

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