"Al menos vamos acercándonos a nuestra franja horaria", afirmaba Simón (Barcelona, 1986), en un encuentro con medios españoles, previo a la ceremonia de esta noche en el auditorio Harpa de la capital islandesa. "Alcarrás" acude como nominada al premio a la mejor película del año y mejor guión.
La diferencia horaria respecto a España en el gélido país europeo es de una hora, frente a las seis de Nueva York o las ocho de Los Angeles, dos de las ciudades por las que ha llevado estos días "Alcarrás" -"muchas proyecciones, muchos coloquios, muchas entrevistas internacionales...", resume la directora.
En paralelo a su campaña entre representantes de la Academia de Hollywood está Londres -sede de los premios Bafta-, más la "vorágine de sensaciones" que rodea los Goya, con 11 nominaciones para "Alcarrás".
"Al final resulta que todos tenemos un pueblo en nuestra vida", afirma la directora. Sigue encontrando "muchas cercanías" ahí donde viaja -"de pronto te encuentras en Estados Unidos a gente que te cuenta que creció en una zona rural, cosechando uvas...", relata.
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La recepción de su cinta en torno a la última cosecha melocotonera de una familia de agricultores de Lleida es así "muy parecida", sea en Estados Unidos o en Alemania, el país que la catapultó con el máximo premio en su festival internacional.
"Berlín es nuestra ciudad talismán", explica Simón, quien recuerda que, antes del Oso de Oro de este 2022 ganó en la Berlinale el premio a la mejor ópera prima por "Estiu 1993" (Verano 1993), en 2017. A la capital alemana acudió en febrero pasado embarazada, mientras que a Reikiavik viajó en formato familiar, con su bebé y su pareja.
Simón no considera que su filme tenga mejores opciones en Reikiavik por el peso del "voto alemán" -los premios de la Academia del Cine Europeo (EFA) surgen del voto de sus 4.400 miembros-. "Lo bonito del cine europeo es que todos nos co-producimos unos a otros. Al final todos sentimos las películas como algo nuestro", dice, para recordar que la suya tiene participación italiana.
"Alcarrás" fue nominada como mejor película junto con la sueca "Triangle of Sadness", de Ruben Östlund, la franco-belga "Close" de Lukas Dhont, la austríaco-alemana "Corsage" de Marie Kreuzer y la danesa-alemana "Holy Spider", de Ali Abbasi.
Que dos de esas cinco finalistas sean dirigidas por mujeres es un motivo "de felicidad" para Simón. Significa que se ha "normalizado" una presencia que, unos años atrás, era algo casi excepcional.
Independientemente a dónde se vaya finalmente el premio de la EFA, para Simón acudir a Reikiavik es muy importante en la carrera de su película también de cara al sector en Estados Unidos.
"Berlín queda ya muy lejos. Tras ese festival vinieron Cannes, Venecia... Estar aquí significa subrayar de nuevo nuestra película", argumenta.
La proyección internacional de "Alcarrás" obliga a aparcar su siguiente proyecto. Una película que, explica, se apartará un poco del tono realista de sus dos anteriores, pero que considera debe tener, como éstas, la oportunidad de ser trabajada "a ritmo lento".
Simón es uno de los tres nombres del cine español incluidos entre los nominados a los premios de la EFA. En la categoría de mejor comedia compite "El buen patrón", de Fernando León de Aranoa, mientras que la actriz Penélope Cruz opta al premio a la mejor actriz por "Madres paralelas", de Pedro Almodóvar.
Desde su fundación en 1989, impulsada por cineastas como el alemán Wim Wenders y el sueco Ingmar Bergman, la EFA ha seguido la norma de la descentralización. Sus premios anuales se entregan con periodicidad bianual en Berlín, sede de la academia, mientras que en los años alternos se traslada de forma rotatoria a distintas ciudades europeas.