Inspiración barroca en San Ignacio

El objetivo es culminar la pintura para el novenario del santo patrono, San Ignacio de Loyola, cuya fiesta patronal será celebrada el 31 de julio.

El artista Koki Ruiz explicó que el diseño y la ornamentación del templo parroquial de esta ciudad está inspirado en el arte barroco de los jesuitas.

Añadió que en esta primera etapa de la obra realiza la pintura de las 12 columnas de la Iglesia y que representa a los 12 apóstoles. “Utilizamos elementos de la naturaleza, pero la idea está inspirada en el arte barroco”, dijo Ruiz.

Explicó que una vez terminada la pintura de las 12 columnas de la nave del templo, se dedicará a pintar las paredes y el retablo del altar.

Koki Ruiz dijo que además de la obra de arte, la idea es formar a los jóvenes en las artes plásticas. “Estamos creando una Escuela de diseño artístico, con la finalidad de que los jóvenes también tengan un oficio”, manifestó.

Recordó que el templo parroquial de San Ignacio tiene su historia. Aclaró que si bien se construyó en el año 1932, es considerada una iglesia emblemática, situada en el casco histórico de San Ignacio, donde están la Casa de la Cultura, el Museo y las casonas de la época de las reducciones jesuiíticas”, dijo.

Dentro de la historia describió que en los años 50 del siglo pasado se construyó la torre y que los escolares, como parte del recreo, traían los ladrillos de las olerías para la obra de construcción de la torre del campanario.

“En la obra participó toda la comunidad. La gente colaboró para la construcción de la Iglesia”, expresó Koki Ruiz.

Color y esperanza

El artista dijo que el objetivo de la pintura es darle color a la Iglesia en este tiempo difícil de la pandemia y transmitir esperanza, dar vida basado en el arte que siempre está presente también en la religión.

San Ignacio se encuentra sobre la ruta PY01 Mariscal Francisco Solano López, a 226 kilómetros al sur de Asunción.

Fue fundada como Ignacio Guasu, el 29 de diciembre de 1609, por los jesuitas Marcial de Lorenzana y Francisco de San Martín, acompañados por el cacique Arapysandu, siendo la primera reducción de los jesuitas en el Paraguay. Tras la expulsión de los jesuitas por orden del rey Carlos III de España, en el año 1767, se perdieron muchas obras barrocas. Pero quedaron algunas casonas y obras de arte que se exhiben en el museo de San Ignacio.