“Sin nada que ocultar”: cuatro miradas de fotógrafas sudamericanas en el Salazar

En las salas Goya 1 y 2 del Centro Cultural de España “Juan de Salazar” (Herrera c/ Tacuary) hoy se habilitará la exposición “Sin nada que ocultar”, que reúne obras de cuatro fotógrafas de Argentina, Bolivia, Perú y Ecuador. La exposición está enmarcada en el Festival de fotografía “El Ojo Salvaje”.

Obra de la fotógrafa argentina Natacha Pisarenko que integra la muestra "Sin nada que ocultar".
Obra de la fotógrafa argentina Natacha Pisarenko que integra la muestra "Sin nada que ocultar".Natacha Pisarenko

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Sara Aliaga (Bolivia), Ángela Ponce (Perú), Johis Alarcón (Ecuador) y Natacha Pisarenko (Argentina) son las fotógrafas cuyas obras protagonizan esta muestra, que podrá ser visitada con agendamiento previo y estará disponible hasta el próximo 16 de octubre.

“Esta es una narrativa de mujeres. Una realidad que se percibe y otra que sigue costando. La que se encuentra en la sección de policiales y la que ilumina un rayo de sol en la tarde. Es sobre la capacidad de construcción de la imagen femenina que escriben con fotografías, Natacha, Sara, Johis y Ángela, en circunstancias tan multiplicadas en Latinoamérica y tan necesaria de decirla sin nada que ocultar”, señaló la historiadora Ana Barreto, en relación a la propuesta de esta muestra.

En su texto alusivo a los cuatro ensayos fotográficos que se combinan en esta exposición colectiva, Barreto señaló que estos trabajos le recordaron a “A room of one’s own” de la escritora inglesa Virginia Wolf, y “la necesidad de que las mujeres hablen de mujeres” y de “documentarse a sí mismas para una historia en la que no deberían seguir estando ausentes”.

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El trabajo de Ángela Ponce se enfoca en las niñas, adolescentes y mujeres de la región de Ayacucho, Perú; marcadas por el conflicto armado entre el Estado peruano con la facción guerrillera Sendero Luminoso, durante los últimos años de la Guerra Fría.

“Presentes en la detención, tortura y desaparición de los varones de su familia, han sido obligadas, enmarcadas por la imposición estatal al silencio, a resignarse. A no preguntar. A rociar con lágrimas flores blancas o amarillas, de esas que uno lleva a una tumba, pero sin tener dónde dejarlas. Por eso Ángela ha decidido que esa voz debe bajar de la cordillera. Una voz peruana, femenina, con faldas coloridas, y trenzas escondidas bajo el sombrero. No como un lamento oído a través de la brisa, sino con la fuerza de la búsqueda de la verdad y de la justicia”, detalló Barreto.

El ensayo de Natacha Pisarenko recorre diferentes espacios, algunos más íntimos y otros con multitudes y bulliciosos. “Ha hecho un esfuerzo ante el silencio y ha cerrado los ojos ante el aturdimiento del bullicio. Ha celebrado como suyas, alegrías y ha sentido en las manos, demasiado dolor ajeno”, añadió la historiadora.

La obra de Johis Alarcón, en tanto, apunta a reflejar a las mujeres afrodescendientes del Ecuador. “Su cámara actúa como un espejo y esa es una invitación desafiante. A situarse ‘frente a’ pues el reflejo son las mujeres afrodescendientes en el Ecuador como un sujeto histórico activo, en camino a la deconstrucción del pasado esclavizado en sus cuerpos, en las subjetividades, en su vida íntima”, acotó.

En tanto, las fotografías de Sara Aliaga buscan retratar la resistencia del pueblo Yuqui, el último pueblo que mantiene su herencia tupí-guaraní en Bolivia, que ha resistido al contacto y la colonización durante siglos. “Parecería estar frente al testimonio final de la extinción o aculturación total de un pueblo, si no fuera porque está cargado de esperanzas depositadas en la misma, compleja tierra que los cerca. En la forma primitiva de tejer; en las risas de las criaturas, en una nueva vida gestándose; en el vínculo íntimo con el agua”, añadió Barreto.

Las visitas a la exposición se pueden agendar al (0981) 443-891.

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