Previamente había sido premiada como mejor artista nueva, y por mejor canción y mejor álbum pop. Una desconcertada Eilish y su hermano y principal colaboradora, Finneas O’Connell, de 22 años, agradecieron una y otra vez a los fans, al público y a la Academia de la Grabación al subir reiteradamente al escenario a recibir los gramófonos dorados.
“Principalmente creo que los fans se merecen todo”, dijo. “Siento que no se ha hablado lo suficiente de ellos esta noche porque son la única razón por la que cualquiera de nosotros está aquí. Así que gracias a los fans”, destacó.
La californiana se impuso a artistas emergentes como Lizzo y Lil Nas X, ambos considerados favoritos, así como una lista de veteranos como Vampire Weekend, Bon Iver y Lana Del Rey para mejor álbum.
La joven de 18 años saltó al estrellato el año pasado cuando ya se había forjado un ferviente público en línea con su sonido pop desfachatado que flirtea con melodías inquietantes de graves bajos, con guiños al trap y a la música dance electrónica.
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Eilish fue una de las principales nominadas a los Grammy en la gala de este año. Con apenas 17 años cuando se anunciaron, es la persona más joven nominada en las cuatro categorías principales.
Su éxito rotundo se veía venir: con su tema “Bad Guy”, ya se había convertido en agosto en la primera música nacida en la década de 2000 en alcanzar la cima de Billboard Hot 100, destronando finalmente a Lil Nas X, cuyo éxito viral “Old Town Road” llevaba un récord de 19 semanas encabezando esa lista en Estados Unidos.
Antes del lanzamiento de su álbum en marzo de 2019, ya había cosechado un fervoroso público en línea por su sonido pop audaz y a menudo inquietante con graves pesados y tintes de trap y de electrónica dance.
Eilish, que se viste con ropa holgada para no ser sexualizada y ser juzgada solo por su talento, ha sido una defensora abierta de acciones contra el cambio climático, prohibiendo las pajillas de plástico en sus espectáculos y alentando a los fanáticos a traer sus propias botellas de agua recargables.