Airbag: Un proyecto de vida

Airbag es una banda que supo abrirse un camino propio, trascendiendo a sus primeros hits. Hoy, los hermanos demuestran su vigencia y la madurez de un sonido propio del hard rock, hablando de inquietudes sociales y tecnológicas.

Guido, Pato y Gastón Sardelli son los hermanos creadores de Airbag.
Guido, Pato y Gastón Sardelli son los hermanos creadores de Airbag.Guido Adler

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Airbag es mucho más que “La partida de la gitana” o “Solo aquí”, canciones con las que “pegaron” en nuestro país cuando las redes sociales o plataformas digitales aún no formaban parte del juego en cuanto a herramientas para promocionar música. También, cuando ritmos latinos se abrían paso hacia comienzos de este milenio, ellos buscaban colarse en el gusto de la gente con un sonido cercano al rock ochentoso.

Entre 13 y 14 años tenía Guido cuando pasó todo. Desde la concepción hasta la salida al mundo de “Airbag”, álbum que contenía ese y otros éxitos de la banda, por lo que para él, quien ahora tiene 31, eso parece haber sucedido como “en otra vida”. “Nosotros éramos una banda que tocaba ya hace unos años y donde podíamos: en bares, cumpleaños de amigos, fiestas, plazas, donde sea, no importaba si hacía el frío de hoy, íbamos a tocar igual a las 10 de la noche”, dice el músico quien habló con ABC Color a través de Zoom, y quien conforma la banda junto a sus hermanos Patricio (35) y Gastón (37).

Los hermanos Sardelli, quien desde la localidad de Don Torcuato, provincia de Buenos Aires, venían tocando bajo el nombre Los Nietos de Chuck, pegaron el gran salto con su primer trabajo ya siendo Airbag. “De repente pudimos grabar un disco y ese disco empezó a sonar en una radio y gustó, y después en otra y en otra, sin Facebook, sin esas cosas. Mis amigos del colegio tenían descargadas las canciones, era una época muy linda. Incluso me acuerdo de tocar en Paraguay por ese entonces. Nos divertíamos muchísimo, viajamos por todos lados, fue como nuestra primera vista al mundo. Imaginate que éramos unos pibes que no salíamos de nuestro barrio y de repente con nuestra banda estábamos tocando en un montón de lados con un montón de gente que nos bancaba. Es buenísimo y acá estamos, es como un proyecto de vida. Uno nace y muere para esto”, es lo que reflexionó el más chico de los Sardelli sobre el comienzo de su carrera.

Hoy, seis discos de estudio después, entre los que su sonido ha ido mutando y madurando, incluso llegando a hacer un álbum donde mezclan el rock con la música clásica; conciertos a sala llena en teatros y estadios de todo el mundo y mucho más, el grupo sigue vigente y creando. Actualmente se encuentran preparando el nuevo disco, el cual aún no tiene fecha de salida pero que Guido confirmó será este año.

Por otro lado, están celebrando a una banda cuya trayectoria les inspira. Se trata de “La Renga”, también Argentina, cuyo álbum “Despedazado por mil partes” cumple 25 años desde su lanzamiento. En dicho marco, Airbag se sumó con una poderosa versión de la clásica “La balada del diablo y la muerte”.

“Es una banda muy especial, muy única. Ellos son muy buena gente, genuinos, son tipos que son lo que dicen ser y lo sostienen. Desde ese lugar tenemos una admiración enorme hacia ellos e hicimos la canción desde ese lugar”, precisó el músico, quien se atrevió a asegurar que la canción “perfila a ser un tema folk, tradicional, así como los irlandeses tienen “Whiskey in the Jar”, o también está “La casa del sol naciente”, que se desconocen autores pero son tan épicos y extraordinarios que perduran en el tiempo. Para mí es una canción de ese calibre”, destacó.

- ¿Cómo abordar una canción tan emblemática sin que pierda la esencia de la “Renga” pero al mismo tiempo introducir el tinte Airbag?

- Es extraño en el sentido que por un lado vos querés hacerlo a tu estilo, que tenga tu impronta, pero por otro lado querés respetar la canción y la identidad del tema. Creo que en algunos lenguajes sonoros coincidimos un montón con ellos, entonces eso puede hacer la transición sea fácil en un punto. Igual no le dimos demasiada vuelta, nos metimos al estudio, empezamos a tocar, dijimos: “lo que salga va a ser”, no es que íbamos a tratar de reversionarlo con otro estilo. Quedó yo creo bastante fiel a lo que es el sonido original del tema con nuestra identidad.

- Canciones como esta se sienten imperecederas ¿Creen que es ese rock del que tanto se habla y que no tiene fecha de caducidad?

- Yo creo que inclusive las canciones así son más grandes que el género, en mi opinión. Pueden pasar los géneros pero esa canción va a seguir estando como tema folk o como lo que sea, pero yo creo que la buena música trasciende muchísimo al género. “Género” es como más pasajero, pero la buena canción, la buena letra, la buena historia, toman ya otra dimensión y creo que este es un ejemplo. Obviamente a mí me encanta el rock y quiero que jamás termine de estar en el corazón de las masas. Lo especial fue que el video estaba en tendencias de YouTube y cuando vos entras a ver las tendencias son otra cosa, son más otros géneros de música, que está perfecto, pero a mí me encantaba la idea de que haya algo distinto. La canción no está diseñada para las tendencias, no está ni pensada ni concebida para eso. Lo otro capaz está enfocado en eso, y nosotros estamos ahí como peleándola, y a mí me divierte eso. No lo veo como una rivalidad ni nada porque de hecho tengo amigos que pertenecen a otros géneros de música, pero sí lo veo como algo romántico en el sentido de “bueno, empezamos a ser la minoría nosotros”.

- Algo que yo creo que también eleva a las canciones a ese estado de eternas es justamente el conjunto humano detrás ¿Es igual para Airbag cuidar ese aspecto? Porque lo humano es lo que mantiene conectado al artista con la gente.

- Comparto esto que decís porque para mí la magia de nuestra música y del rock en sí son cuatro, cinco tipos interactuando arriba del escenario en vivo, en directo, y eso capaz no es tan característico de los tiempos de hoy en día, en especial en los conciertos. Yo me desconecto, como decís vos, completamente cuando voy a un lugar y veo que capaz están haciendo playback y en realidad no sé qué están haciendo, porque no están ni tocando entre sí. A mí lo que me gusta de las bandas es que hay humanos. Capaz hoy en día hay un cantante solo arriba del escenario con una pista y eso me desanima un poco, me siento deshumanizado. Sin ir más lejos cuando veo a Post Malone con una banda tocando temas de Nirvana me gusta más que cuando lo veo cantando sus temas. Pero verlo solo arriba del escenario cantando sobre un playback, te juro que me resulta (…) Y me parece que mucha gente todavía conectamos con esa parte, no estamos acostumbrados a un sinsabor, no estamos sintiendo, y a mí la conexión entre seres humanos me parece la cosa más hermosa que puede haber. Y el rock y la música tienen mucho de eso, muchísimo.

- Como parte de esta conexión traigo a la charla el jugo que le sacaron a Twitch como herramienta para interactuar con la gente y desde una intención súper descontracturada y honesta ¿Les sirvió como para conocer más a sus seguidores y demostrar que el concepto de ídolo no existe?

- Fue una temporada para mí muy enriquecedora, porque así como estábamos sentados hablando descontracturadamente un montón de tiempo, también estábamos leyendo a toda la gente, entonces fue un proceso de conocimiento mutuo. Quizás nosotros no estábamos expuestos porque estábamos en la pantalla pero de verdad que conocimos muchísimo más nuestro público. Fueron unos meses donde nos divertimos mucho y también fue como un escape al momento más duro. Ahora estamos lamentablemente acostumbrados a la pandemia pero en ese momento era no se podía salir, y fue como un lindo escape que armamos. Creo que fue muy característico de ese momento de pleno encierro.

- Se volcaron de lleno a lo tecnológico en la pandemia como muchos, porque era la forma de mantenerse conectados, pero recuerdo que en el tema “Über Puber” hacen como una declaración sobre el lado negativo de la tecnología, dicen que es una “maravilla que pica carne” ¿Cómo encontrar el balance entre el uso de redes y mantenerse conectados con lo humano?

- Yo creo que el gran desafío o la verdadera batalla que tendríamos que estar dando en este momento para mí tiene que ver con estas grandes empresas tecnológicas que no tienen límites literalmente. Tienen acceso a nuestras vidas de una manera impensada. Nunca en la humanidad hubo un sector que tuvo tanta información, injerencia, datos personales, privados, psicológicos de nosotros. Cuando uno hace una crítica no la hace tanto al consumidor que está obligado a tener mail o WhatsApp, porque si vos querés tener un trabajo, querés comer, vas a necesitar eso seas un abogado o un muchacho que vive del día a día haciendo trabajos cuando puede. Entonces no es que hay una salida. Yo creo que es una charla que no se da y lamentablemente cuanto menos tiempo va a ser cada vez más difícil, entonces yo creo que es una crítica al sistema que a veces se habla mucho de lo capitalista, pero es mucho más profundo el tema. Cada vez está más concentrado el poder en menos manos y cada vez tienen herramientas como estas. Hay que ver cuando se ponen las cosas feas en el mundo qué se hace con esa información. Por eso, en ese aspecto, yo creo que las nuevas generaciones que nacieron y nacen con todo este sistema andando esa va a ser su gran lucha, cuando quieran tomar de nuevo el control de sus datos se van a dar cuenta lo importantes que son. Creo que el tema habla un poco de eso, de esta maravilla que tiene un lado bastante oscuro.

- Yo creo que estos años que estamos atravesando son bastante bisagras en cuanto a esto que hablamos. Aparte me es loco pensar también que estos artefactos en los que nos sumergimos nos comunican pero incomunican a la vez justamente por eso, por estar sumidos ¿Cómo no perder el centro en medio de esta vorágine tecnológica?

- Es increíble porque también obviamente hay cosas buenísimas como la conectividad, pero también tiene otras cosas que son bastante insalubres. Creo que hay cosas que en verdad no ayudan ni un poco, ya que por ejemplo dan ansiedad. Pero lo más preocupante para mí es la acumulación de datos de gente que en realidad no tenés por qué saber. Me parece que eso está fuera de lugar. Si antes en los 90 te pinchaba el teléfono la policía ibas a decir: “pero yo no hice nada malo”. Esto es lo mismo. Antes era un escándalo pero ahora lo naturalizamos tanto que somos una raza muy especial. Después vemos un documental de Netflix y nos horrorizamos, en el día a día pasa esto.

- Cambiando un poco de tema y hablando de ustedes ¿Cómo fueron creciendo o madurando a la par que las canciones? O sea ¿sienten que su crecimiento personal se ve reflejado en lo que fueron lanzando a lo largo del tiempo?

- Hay cosas que no cambian y hay otras que obviamente van creciendo. Vas como evolucionando más que cambiando. Pero hay veces que digo: “nosotros siempre fuimos así”. Tenemos mañas o ciertas ideas, pero desde antes que salga el primer disco ya teníamos esta maña y es increíble. Pero sí, con los años vas creciendo. Mi banda ideal siempre fueron los Beatles y ellos son los reyes de la evolución, de pensar “hoy es momento de esto, mañana de otra cosa”. Siempre fueron nuestra inspiración entonces nunca tuvimos miedo a los cambios o a lo nuevo. De hecho cuando empezamos a hacer un disco pensamos: “somos una banda nueva, tenemos todo por hacer”. No tenemos una mochila o un estilo que debemos respetarlo de manera estricta y nuestro público también es muy abierto. Yo creo que tenemos la suerte que se permiten sorprender y nos permiten que hagamos ese juego, no nos exigen que seamos de tal manera. Yo veo bandas como aprisionadas en lo que su público les demanda o que les quieren ver haciendo tal cosa o no. Creo que no sé si los acostumbramos nosotros, que cambiamos un montón todo el tiempo, pero eso me parece que está buenísimo, cuando querés hacer algo está bueno sentirte libre y podés hacer lo que quieras, de eso se trata, porque si tenés que hacer lo que se espera que hagas siempre no te estás expresando. Tenemos el mejor público que podemos tener; los mejores compañeros que podemos tener son ellos, de eso no tengo dudas.

- Por otro lado, pensando en lo mucho que pasó desde el lanzamiento de “Mentira la verdad” en 2016 y habiendo leído en una entrevista que Patricio había como anticipado que se viene un disco con muchas canciones ¿Se fueron agregando temas creados en este periodo?

- Es increíble que ya pasó un montón de tiempo de “Mentira la verdad”. La idea era salir un poquito antes, pero empezamos como a quererlo forzar y de repente nos dimos cuenta que no iba a ser posible. Dijimos que podíamos seguir grabando y remezclando, y eso para un músico es un peligro porque somos adictos a reconsultar la canción; es como una tortura y una adicción. Depende tanto del estado de ánimo porque que capaz un día la escuchas de una manera y decís: “está terminada” y otro día en otro estado de ánimo decís: “mmm no, esto puede ir para acá ahora”. Entonces nos relajamos y dijimos: “bueno, sigamos trabajando”. Sí es un disco re largo, son muchas canciones, mucha música, muchos sonidos distintos entre sí, entonces dijimos: “bueno, es nuestro séptimo disco, no nos vamos a apurar”. La gente lo pide hace años ya, pero les digo que va a ser un disco muy especial. Para mí sería una nueva etapa, un nuevo comienzo por decir de alguna manera. Yo estoy súper conforme y contento con los temas y al lugar donde llegamos como banda me entusiasma mucho. Depende de varias cosas pero creo que para este año sí o sí vamos a estar con el disco publicado. No veo la hora, porque la otra tortura es sacar el disco y no poderlo tocar, eso para el músico es un proceso re difícil porque lo primero que querés es hacer un concierto.

- Bueno Guido, antes de terminar esta entrevista y agradeciéndote por el tiempo, me gustaría preguntarte ¿Qué cosas sentís que ha cambiado la pandemia en vos?

- Ufff. Qué buena pregunta esa ¿Qué cambió de mí? Sabés que no sabría decirte muy bien. No sé. Qué buena pregunta. Lo voy a averiguar y en la Navidad de este año voy a hacer un balance del año y me voy a dar cuenta. No sé si cambió demasiado en mí. Soy un tipo medio testarudo, soy difícil de cambiar para bien y para mal. Voy para adelante y me llevo todo por delante o no, pero voy. No sé si la pandemia me cambió. Espero que la pandemia no nos cambie tanto, porque tampoco es que veníamos tan mal, tampoco es un evento muy alegre, seguro si te cambia es para peor. Sí definitivamente nos va a cambiar a todos de alguna manera, no sabemos bien con qué pero nos va a cambiar a todos este fenómeno. Capaz en los más chicos se puede ver más el cambio.

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