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“Nhandei Zha empieza a finales del año 2008, no con la intención de ser Nhandei Zha”, empezó contando Guillermo González, voz y composición en la banda que se completa con César “Toby” Andrada (bajo), Daniel Mora (guitarra), Paulo Lezcano (guitarra) y Gustavo “Tavo” Silva (batería).
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En aquel entonces Toby recibió una invitación para tocar en un festival en la ciudad de Hohenau. Aceptó, convocó a Guillermo y otros amigos, y se presentaron con covers de Korn, A.N.I.M.A.L., Carajo o Fear Factory, sin saber que años más tarde compartirían escenario con todas esas bandas. De hecho antes de llamarse Nhandei Zha eran “Replica”, como un tema de la banda estadounidense Fear Factory.
“Después de tocar en conciertos con bandas amigas ya nos dimos cuenta que le estábamos tomando muy en serio al grupo, y pasaron los años y seguimos”, contó, explicando que fueron saliendo integrantes pero quedaron o se sumaron los que podrían comprometerse al viaje. Así pasaron 14 años de ese inicio y hoy cuentan con los EPs “13″ y “Efecto”, y el más reciente lanzamiento: su primer álbum largo “Señales”.
Guillermo relató que el proceso compositivo de este disco, que contiene once canciones originales, les llevó mucho tiempo. Se “arriesgaron” a producir artísticamente el material ellos mismos y notaron que para lograr el sonido que querían necesitaban una visión de afuera. Así llegaron hasta Jeff Dune, “un productor norteamericano que está trabajando con bandas de metal que están saliendo ahora y que son como representantes de un nuevo sonido”, explicó el músico.
El lanzamiento del álbum estaba previsto para 2020 pero la pandemia truncó todos los planes. “Decidimos esperar porque para nosotros es muy importante poder presentar nuestra música en vivo. Creo que Nhandei Zha es 50% la música que escuchas o ves en el video y el otro 50% es lo que sentís en el vivo. Es importante que nuestras canciones tengan ese contacto con la gente. No tenía mucho sentido para nosotros sacar un disco en plena pandemia por más que ya haya estado terminado”, afirmó Guillermo.
En ese sentido, profundizó en que a la hora de grabar también siempre se piensa en el vivo. Parte del trabajo con su equipo técnico es, justamente, buscar siempre sonar igual en escena. “Si bien el sonido es nuevo, el disco fue grabado de forma orgánica ya sea en la manera de interpretar la música. Somos muy fanáticos de los 90, entonces queríamos que suene con ese crunch o con ese ruidito de válvula, por eso en el vivo no hay mucho maquillaje. Como banda somos muy quisquillosos y ñoños con nuestro sonido”, expresó entre risas.
Por otro lado, reflexionó que aunque “hoy en día hay mucha facilidad y básicamente cualquiera puede hacer música, pero hay una diferencia entre la exigencia y esa facilidad de creer que porque tenés acceso a internet o a un home studio podés hacer lo que quieras. La facilidad de hacer cosas es fantástica, pero uno nunca debe separar esas ganas de investigar y de estar sobre su música. Creo que eso es lo que hace que lo que grabaste se transmita y llegue al público”, planteó.
Sintiendo las señales
Para la banda “Señales” es un disco conceptual pero que terminó siéndolo sin querer y porque ellos supieron sentir las señales. Acerca de la lírica, Guillermo especificó que no se enfocó en nada personal, por el contrario, plasmaron un sentir colectivo como banda.
“Este disco fue pensado de una manera muy sensorial. No dimos mucha cabida a la presión de de qué tienen que hablar los temas. Nos dejamos llevar por lo que nos hacían sentir los riffs, las melodías, entonces a la hora de tener todo ese material desordenado nos dimos cuenta de que parecían señales, como que las cosas se iban armando. De repente es por eso que el disco lleva ese nombre”, indicó.
Acerca de esa idea, recordó que el proceso estuvo marcado por momentos en lo que estaban conectados haciendo música y ahí bajaban las ideas. “Nosotros nos divagamos que venía de otro planeta la pista de por dónde seguir. Terminó siendo medio conceptual no a propósito sino teniendo un hilo conductor, una cuestión filosofal”, remarcó.
Por ende, confirmó que el orden de los temas fue pensado y arreglado “para que desde que alguien le de play hasta el último segundo del disco pueda sentir ese viaje que nosotros mismos sentimos. Que sientan letras y músicas como señales que pueden significar algo y le den el valor que quieran dar”, planteó.
Además, González recordó que ellos vivieron con pasión la era musical de la década del 90 y el 2000, por lo que “siempre fue un sueño tener el disco” aunque ahora solo salga en formato digital. “Si bien sacar singles es algo que la industria te demanda para estar siempre presente, vamos a seguir haciendo la apuesta por los discos, porque es como contar una etapa”, puntualizó.
Viviendo sueños
Guillermo celebró el hecho de que hoy en día puedan seguir haciendo y publicando música, compartiendo con sus fanáticos y con bandas amigas tanto nacionales como internacionales. Pero llegar a lograr todo esto, para ellos es como vivir constantemente en medio de sueños cumplidos.
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Recordó que desde sus inicios siempre se movieron desde la autogestión de sus propios shows o gracias a la invitación de otras bandas. “Empezamos así, haciendo amigos, haciendo nuestros conciertos, invitando a otros, siendo invitados por otros, y creo que el modo de trabajar de la banda no cambió en ese aspecto”, señaló.
En ese marco, pensó que así como ellos fueron una banda que en algún momento empezó, es importante dar oportunidad en sus conciertos a bandas nuevas. “Así como a nosotros también las bandas que ya estaban establecidas nos dieron esa oportunidad y pudimos mostrarnos”, manifestó.
Esos eventos autogestionados fueron creciendo y se convirtieron en conciertos más grandes. Los seguidores se acercaban y cada vez los conciertos se hacían más grandes y arriesgados. “Eso también nos obligaba a nosotros a mejorar en todos los aspectos: a nivel musical y a nivel producción. Así fue creciendo nuestra carrera, todo nos enseñó bastante y eso se refleja ahora mismo en el nuevo disco”, aceptó.
Pero todo ese trayecto en aquella época donde también estaba creciendo una escena de bandas de rock, fue como una escuela para ellos. “El primer EP grabamos con la ayuda de Juan Andrés Colmán, Walter Cabrera y Diego Serafini. En en ese tiempo no teníamos idea de cómo entrar a un estudio, pero también la curiosidad nos dio esa posibilidad de aprender al estar mirando cómo se hace, cómo se ecualiza, cómo se usa el programa, entonces para el EP “Efecto” ya pudimos desarrollarlo y nosotros solos nos arriesgamos a grabar”, rememoró.
Disfrutar del camino, de la música y los amigos
“Yo antes que considerarme músico y miembro de una banda me considero fan del metal, del rock, del hip hop. Obviamente también de bandas de Paraguay. Siempre veía a Flou, a NOD, a Ripe Banana Skins, y de repente, de un día para el otro estás tocando con ellos. Es gente que veías y admirabas y después estás en el mismo afiche con ellos. Esas son cosas que te hacen querer seguir adelante, porque estoy tocando con mis ídolos. Y con las bandas internacionales te da la misma sensación”, dijo en otro punto el vocalista, sobre el poder vivir disfrutando de lo que les da la música pero sin conformarse con esto porque tienen “el sueño de que todo esto sea más grande y poder salir a tocar afuera”.
Pero si hay un secreto a voces de qué es lo que les mantiene hasta ahora con ganas de seguir, son los seguidores. “El mayor combustible que siempre tuvimos para lograr cosas es la gente que está ahí agitando, que lleva su bandera, que te cuenta que vino de lejos para verte, que busca estar compartiendo contigo, porque yo también fui ese pibe que estaba afuera del concierto agitando”, subrayó.
Al respecto, puso como ejemplo que muchas veces se encuentran con seguidores desde el comienzo de la banda, pero hoy ya llegan con sus familias. “Hay gente que le hace remeras de Nhandei Zha a sus hijos, se van con ellos a los conciertos. ¿Cómo voy a parar o hacer el menor esfuerzo sabiendo que esto te regala la gente?”, dijo con mucha emoción.
Una banda positiva
“Como recibimos un montón, para nosotros el dar es importante”, dijo en otro tramo el cantante sobre el sentimiento de gratitud que tienen y cómo esto afecta a su forma de ver la vida. En ese caso, Nhandei Zha siempre fue una banda comprometida con causas sociales, ya que se han presentado en festivales benéficos, solidarios y de generación de conciencia.
“El agradecimiento por todo lo que nos pasa siempre está presente, entonces ayudar a quien también nos ayuda o meter conciencia cuando podamos es importante. En toda nuestra música siempre está presente una buena onda, una buena vibra, entonces por más que suene pesada y ‘ñaña’ queremos dejar un mensaje positivo. Este nuevo disco tiene mucho de eso, te deja algunos regalitos y riffs que te recargan las pilas. Por eso ayudar, estar pendiente del entorno y ser agradecidos es fundamental, es parte de la energía que nos hace seguir y crecer”, reflexionó.
Ahora Nhandei Zha se encuentra ocupada promocionando el disco, planeando conciertos por todo el país y cerrando shows en el exterior. “Vamos a tocar por Asunción y por el interior, porque para nosotros siempre fue importante llegar a todos lados”, adelantó.
En diciembre irán a Argentina, volviendo en enero y febrero del año que viene y sumando a Uruguay entre sus paradas. “Hay también materiales que estamos esperando ansiosos a que salgan. Entonces queremos llevar el disco a la mayor cantidad de lugares posibles. Lo lindo de soñar es que si te ponés un plan trazado, eso se va cumpliendo”, pronunció.
Además, tienen planeado hacer un lanzamiento oficial del disco en vivo y que para la gente implique “toda una experiencia ir a ver el show”. “Siempre somos un grupo de amigos que sueña y que quiere hacer cosas muy locas. Por suerte tenemos amigos que nos apoyan en hacer esas locuras. Guardamos este disco dos años para poder tocarlo en vivo como siempre quisimos, por eso queremos dar al público una nueva experiencia. Aparte de saltar y meterse en el pogo queremos darles algo más”, cerró.