Chirola: en el hemisferio de Roberto

El vocalista de Kchiporros revela su faceta más sensible y personal: “La de Roberto”, un proyecto paralelo en el que explora canciones sin más pretensiones que emocionarse.

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Un día se encontró en la punta de una montaña de Tepoztlán, un pequeño pueblo en el estado de Morelos, en México, lugar que eligió para terminar de escribir un puñado de canciones más puras y personales. Fue durante una pausa en medio de la gira que emprendió con Kchiporros, que lo llevó junto a sus compañeros a presentarse en el Vive Latino, uno de los festivales de rock más importantes de esa región.

Se trata de Roberto Ruiz Díaz, más conocido como Chirola, vocalista y compositor de una de las bandas más populares del país, y que hoy da a conocer “Hemisferios”, primer corte del que será el primer disco de “La de Roberto”.

“Es una canción que fue compuesta en un momento de muchísima pureza creativa, de muchísima introspección en soledad en la punta de una montaña en México”, comenta. “Terminé de encontrar el tipo de canción que quería sacar en este disco. Fue en marzo pasado, en Tepoztlán, un pequeño pueblito de montañas muy lindo porque tiene una pirámide arriba, el punto energético más fuerte de todo México. Estaba con mi guitarrita, unos cuantos libros de Juan Rulfo, un escritor mexicano que tenía ganas de descubrir… me quedé a escribir y terminar el disco”.

Luego de grabar “Señor Pombero”, el exitoso y más reciente álbum de Kchiporros, Chirola busca revelar sus emociones en un plano tal que ellas mismas sean las protagonistas; tanto, que ni pretende mostrarse en el video. “Muy pronto voy a estar grabando el video. No me interesa mucho salir en el video, estoy buscando alternativas a tener que hacer un videoclip actuado; probablemente sea ilustrado”, calcula.

El disco –que podría editarse en formato físico o digital, y quizás hasta distribuirse gratuitamente– estará compuesto por once canciones escritas por él, con colaboraciones de artistas amigos. Entre ellos, Mauricio Román, Diego Mieres, el reconocido productor El Chávez en producción; y la participación de Javier Zacher, voz de Salamandra, entre otros. “Un disco que tiene un espíritu muy casero, pero suena tremendo”, adelanta.

-Entre la vorágine de Kchiporros, ¿cómo surgió este proyecto?

-“La de Roberto” es un proyecto que comenzó para mostrar canciones, en su momento me inventé como un proyecto para poder cantar “Señor Pombero”, “En la punta de la lengua”… que eran canciones que la gente que me conoce y nos conoce saben que ya existían un poco antes que el disco anterior. Pasó eso: crear un espacio para proyectar estas canciones que fueron creciendo en algo más.

De alguna manera fue muy positivo poder mostrar estas canciones antes porque generaron en Kchiporros este disco que creó una nueva movida totalmente renovada y fresca, y con una proyección muchísimo más amplia. Quedó este proyecto, que para mí era muy importante hacerlo, casi una necesidad, porque había muchas canciones que no quería que se pierdan y, de alguna manera, se diferenciaban mucho unas de las otras.

Desde nuestra editorial y sello discográfico decidimos que lo más lógico era no dejar que se pierdan las canciones y generar contenidos para el cancionero nacional y para nosotros mismos.

-¿El disco ya está terminado?

-El disco entero de “La de Roberto” en realidad está terminado, pero me faltan algunos detalles, la mezcla y la artística. Aparte de ser muy especial fue muy importante para mi año (2013), porque me ocupó todos mis ratos libres, todos mis pensamientos más sensibles, toda mi música –que es mía–, sin tener que ser pretencioso ni tratar de generar nada…

En realidad lo que quería generar era eso, la música mía… inclusive fue terapéutico porque fue ocupar mucho tiempo en descubrir cuál era la esencia de este proyecto.

-¿En qué aportó El Chávez en la producción?

-Es muy bueno a la hora de grabar un disco, de rescatar el sonido adecuado para las canciones o para el estilo del disco, y la confianza hacia disco, el sentido de una canción con otra. Este disco tiene como más de un año y medio de producción.

-¿Qué géneros explorás en este ‘Lado B’ de Chirola?

-Me siento cómodo con el género pop; eso me parece interesante, pero busco que no me encasillen en rockero, cumbiero, reggae… Tiene aires de rock, porque la banda es bastante poderosa; tiene mucho de reggae que a mí me gusta, mucho más pop; también hay guiños tropicales… pero me parece que es un proyecto bastante poderoso, incluyendo esta balada (“Hemisferios”), es algo que realmente está bueno poder conseguir una canción que tenga un contenido lirico pero también un gancho para que suene.

-¿Hay planes de cruzar fronteras con esta música?

-Es la idea. Los Kchiporros son más grandes, internacionales, y evidentemente me abre muchísimas puertas más para seguir mostrándome y que esto siga creciendo. Yo no creo que pueda parar de componer canciones y hacer discos; es lo que más me gusta en mi vida. No le veo como un fin a esto; cada vez parece más grande, y cada vez la inspiración es más generosa también porque estamos todo el día encima de producciones, de canciones, de inspiraciones, un montón de cosas… y, al estar todos los días encima de algo, se genera una onda especial y salen cosas especiales.

-¿Considerás que esta apertura puede afectar el rumbo de Kchiporros?

-Sabemos bien que los Kchiporros es lo más importante del mundo para nosotros y que le debemos un montón de cosas a la banda y queremos verla cada vez más grande. Después del disco que hicimos tenemos una súper responsabilidad, que es demostrar que no fue una casualidad; que realmente la banda adquirió un vuelo y una fuerza en el escenario y de historia para llegar a un circuito internacional, como seguimos pretendiendo.

Aún sin fecha de lanzamiento, Chirola trabaja entusiasmado con el proceso de “La de Roberto”, que culminará con la presentación de “Hemisferios” en algún momento del verano. De todas formas, los fans de Kchiporros pueden quedarse tranquilos, porque hay al menos unas 30 canciones inéditas escritas especialmente para la banda. “Es un momento muy lindo para una banda, sensible también, porque se pone en tela de juicio qué es lo que uno quiere proyectar, y eso se une al pensamiento de otro y hacemos una obra colectiva, que es algo súper difícil de lograr”.

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