“Raya y el último dragón”

Divertida, conmovedora y engalanada con el esplendor visual que uno espera de una película animada de Disney, esta aventura de acción entretiene pero no alcanza a ser tan inmediatamente memorable como otras de las producciones recientes del laureado estudio de animación.

Kelly Marie Tran pone voz a la protagonista de "Raya y el último dragón".
Kelly Marie Tran pone voz a la protagonista de "Raya y el último dragón".Disney

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(Disponible en cines y Disney+)

Disney abre de manera sólida la nueva década con un filme de aventuras con admirable ambición tanto en su argumento como en sus temas, y aunque al final no explora esos aspectos en la profundidad que podría, seguramente satisfará a grandes y chicos por igual.

La historia de Raya y el último dragón trascurre en el reino místico de Kumandra, dividido en cinco naciones distintas tras una invasión de criaturas oscuras que acabó con el sacrificio de una poderosa raza de dragones para salvar a la humanidad. El último rastro de magia de dragón en el mundo es un cristal que es resguardado por uno de los reinos hasta que una traición e intento de robo acaba rompiendo el cristal y permitiendo el regreso de las criaturas malignas, que convierten en estatuas de piedra a gran parte de la población.

Seis años después de ese incidente, Raya (Kelly Marie Tran), la princesa del reino que guardaba la gema, recorre el mundo hasta que encuentra al último dragon, Sisu (Awkwafina), y ambas deciden juntar todos los trozos del cristal para poder hacer desaparecer de nuevo a los monstruos y devolver a la vida a las personas convertidas en estatuas.

Raya es un personaje interesante en el panteón de las “princesas” de Disney porque lo que la define no es un optimismo esperanzado o una ingenuidad sobre el mundo, sino todo lo contrario: Raya fue víctima de una traición en la noche en que el cristal se quebró, perdió su reino y a su padre, y eso la ha convertido en alguien desconfiada que mira al mundo como un lugar corrupto y egoísta en el que todas las personas, incluida ella por admisión propia, actúan en razón de sus intereses propios.

Esto hace que su relación con Sisu sea particularmente interesante, ya que la dragón adopta una perspectiva totalmente distinta de esperanza en una bondad inherente en la humanidad que Raya ve como casi un mito. Es una inversión de la dinámica entre Mulan y Mushu en Mulan o la de Moana y Maui en Moana, filmes en que el acompañante místico era el pragmático y la protagonista humana era la idealista.

Y aunque la película se siente un poco sobrecargada debiendo hacer malabares con esas cuestiones filosóficas al mismo tiempo que debe balancear también el mundo del filme con toda su historia, sus naciones en conflicto al estilo Avatar: La leyenda de Aang y la nutrida cantidad de personajes que acaban siendo relevantes para la historia mientras Raya y Sisu recorren los reinos recolectando aliados y fragmentos del cristal, esa idea central de desconfianza y la necesidad de romper con el ciclo dando un salto de fe se mantiene sólida a lo largo del filme y se resuelve de una forma que resuena emocionalmente aún sobre toda la parafernalia mística y impresionantes duelos de artes marciales.

La idea de que parece plantear el filme del egoísmo como producto del miedo y el trauma en vez de la malicia – algo que se expresa tanto en la relación entre las naciones de Kumandra como en el conflicto personal entre Raya y la princesa rival Namaari (Gemma Chan) se siente un poco ingenua en el mundo actual o en nuestro país específicamente, pero el mensaje de que se pueden romper ciclos viciosos con fe y valentía no deja de ser uno admirable.

Visualmente hablando la película tiene ese esplendor impactante al que Disney siempre nos tuvo acostumbrados, y la combinación del veterano director de animación Don Hall y el cineasta independiente Carlos López Estrada (autor de la excelente película de 2018 Blindspotting) en la dirección se traduce en emocionantes y creativas escenas de acción.

El hecho de que tenga tantas cosas que meter en su hora y cuarenta y tantos minutos de duración hace que Raya y el último dragón carezca de la concentración y claridad que permitió a filmes como Frozen o Moana ser tan memorables como son, pero se trata de otra respetable adición a la filmografía del estudio de animación de Disney.

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RAYA Y EL ÚLTIMO DRAGÓN (Raya and the Last Dragon)

Dirigida por Don Hall y Carlos López Estrada

Escrita por Qui Nguyen y Adele Lim

Producida por Peter Del Vecho y Osnat Shurer

Edición por Fabienne Rawley y Shannon Stein

Banda sonora compuesta por James Newton Howard

Elenco: Kelly Marie Tran, Awkwafina, Gemma Chan, Izaac Wang, Benedict Wong, Daniel Dae Kim, Sandra Oh, Thalia Tran, Lucille Soong, Alan Tudyk

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