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Por momentos, la adaptación de la enormemente popular serie de videojuegos Five Nights at Freddy’s parece presentarse como un ejemplo más que aceptable de una película de terror “de entrada” al género para el público juvenil, pero acaba echando por la borda una gran puesta en escena y momentos de genuina tensión con un guion a medio cocer.
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La película sigue a Mike (Josh Hutcherson), cuyos apuros económicos y su afán de impedir que su hermana pequeña - de quien es tutor legal tras la muerte de sus padres – le sea arrebatada lo obligan a aceptar un empleo como guardia de seguridad en un restaurante infantil abandonado donde los robots animatrónicos que eran su atracción principal cobran vida de noche con sed de sangre.
El mayor problema de la película, el que acaba por hundir el proyecto, es que el guion parece no decidirse entre ser una introducción a la historia de Five Nights para los no iniciados o una exploración del notoriamente complicado “lore” que el creador de los juegos, Scott Cawthon – quien también co-escribió la película - ha ido cultivando a lo largo de alrededor de una decena de títulos.
Al final, la película se queda a medio camino de ambas cosas, cuando quizá la opción uno hubiera sido lo más inteligente y dramáticamente satisfactorio.
Esto resulta en una película dividida en dos partes: las sólidas secuencias de miedo seguidas de trabajosas secuencias en las que los personajes exponen el argumento de la película de forma bastante seca y carente de drama.
La directora Emma Tammi, quien antes firmó la película de terror El viento, trata de ponerle un poco de estilo a esas secuencias de laboriosa construcción de la historia, pero acaba no pudiendo hacer gran cosa para elevarlas a un nivel de más emoción.
Para el final, la película parece habérsele salido totalmente de control, más preocupada en dejar las piezas en el tablero para una eventual secuela – que seguro tendrá, a juzgar por los números de la taquilla – que en cerrar de forma satisfactoria la historia dejando la puerta abierta para más.
Lo triste es que todo lo que rodea al guion es de muy buena factura.
Tammi se las arregla para darle un estilo visual fresco a la gastadísima estética de terror ochentoso con el panorama decrépito y oxidado que se esconde bajo el neón en la pizzería donde trascurre la película; y los momentos de terror en que los robots comienzan a acechar a sus presas humanas son genuinamente tensos, puntuados por violencia que está en el punto perfecto entre ser implícita y explícita.
Además, hay que mencionar el asombroso trabajo del estudio de Jim Henson – creadores de los Muppets – al crear los robots animatrónicos, que se ven espectaculares. Aunque la película en general no sea muy buena, valdría la pena una secuela solo para volver a ver esas creaciones mecánicas.
En los breves momentos en que la película logra levantar la cabeza por encima de la barrera de la mediocridad, Five Nights at Freddy’s no parece estar a un millón de leguas de una película de Joe Dante u otros grandes directores capaces de crear terror para todo público sin perder el filo del género; en especial la primera secuencia con los robots se siente un poco como una versión ligeramente más cruel de Pequeños guerreros cruzada con El juego del miedo.
Pero esos momentos son demasiado breves incluso en una película relativamente corta.
Calificación: 2/5
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FIVE NIGHTS AT FREDDY’S
Dirigida por Emma Tammi
Escrita por Emma Tammi, Scott Cawthon y Seth Cuddeback (basada en una serie de videojuegos de Scott Cawthon)
Producida por Scott Cawthon y Jason Blum
Edición por William Paley y Andrew Wesman
Dirección de fotografía por Lyn Moncrief
Banda sonora compuesta por The Newton Brothers
Elenco: Josh Hutcherson, Elizabeth Lail, Piper Rubio, Matthew Lillard, Mary Stuart Masterson, Kat Conner Sterling, David Lind, Christian Stokes, Joseph Poliquin, Grant Feely, Tadasay Young, Michael P. Sullivan, Theodus Crane