Berta Rojas cautivó con la Camerata Bariloche

La guitarrista clásica Berta Rojas y la argentina Camerata Bariloche compartieron escenario en un emotivo concierto en el Teatro Lírico José Asunción Flores, del Banco Central del Paraguay (BCP).

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La intimidad del Teatro Lírico del BCP sirvió para reunir en la noche del jueves a unas mil personas que disfrutaron de la calidez de un repertorio. Recibida con aplausos, la Camerata Bariloche –dirigida actualmente por Freddy Varela Montero– abrió el concierto con Cantilena N° 6, “Juanita” y Romance en Colastiné (para orquesta de cuerdas); ambas obras de Carlos Guastavino.

La guitarrista paraguaya –recientemente nominada por su disco Salsa roja al mejor álbum de música clásica para los Grammy Latinos–, recibió el afecto del público, para dar inicio a su repertorio con una serie de tangos de autoría del bandoneonista y compositor argentino Astor Piazzola: obras como Oblivion, Bordel 1900, Café 1930, Nightclub 1960 y Concert d’Aujourd’hui.

Siempre acompañada por la orquesta argentina, Rojas interpretó El día que me quieras, un clásico de Gardel y Le Pera; para seguir con Nocturna, de Julián Plaza. La primera parte del concierto contó con los arreglos del compositor y arreglista argentino Carlos Franzetti.

El recital siguió a cargo de la Camerata Bariloche, que –con delicados arreglos de cuerda– ofreció una Suite Paraguay, con arreglos a cargo de Mauricio “Pinchi” Cardozo Ocampo. Desde allí, obras como Pájaro campana, de Carlos Talavera; Che trompo arasa, de Herminio Giménez; Asunción, de Federico Riera y Recuerdos de Ypacaraí, de Zulema de Mirkin y Demetrio Ortiz, lograron motivar al público más sensible.

La guitarrista paraguaya regresó al escenario para interpretar una obra que “no necesita presentación”, según ella misma expresó. Se trataba de Danza paraguaya, aquella obra magistral de Agustín Pío Barrios “Mangoré”.

Entre aplausos y flores, la guitarrista paraguaya y la orquesta argentina despedían una noche que servía para afianzar los lazos culturales de frontera; mientras sonidos, paisajes y candidez de ambas patrias dejaban un testimonio de riqueza instrumental.

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