“‪Rush”: corriendo en círculos

Expertamente filmada con estilo, espectáculo y atención al detalle, e impulsada por dos excelentes actuaciones protagonistas, “Rush” compone un emocionante viaje en el tiempo.

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El director Ron Howard se mueve en terreno familiar para él en Rush, presentando una historia centrada en personas extraordinarias en medio de odiseas personales, vistiendo lo que es en su centro un relato bastante simple con grandes dosis de fanfarria hollywoodense y espectáculo visual -y auditivo- de gran factura.

El guión no será nada de otro mundo, y de hecho por momentos entra en fases lentas que chocan -con el perdón de la palabra- con los momentos más llenos de adrenalina en vez de encajar suavemente. Pero el buen ojo de Howard para la acción y el trabajo estelar del dúo protagonista hacen de esta película deportiva un vibrante espectáculo digno de verse, y en especial escucharse, en una sala de cine.

Rush es un retrato de la rivalidad que enfrentó a dos pilotos de carreras en la década de 1970. Desde su primer incidentado encuentro en un circuito de Fórmula 3 hasta sus impresionantes duelos de velocidad alrededor del mundo como pilotos de Fórmula 1, el británico James Hunt (Chris Hemsworth) y el austriaco Niki Lauda (Daniel Brühl) fueron pasando de ser amargos rivales a la razón por la cual el otro se obligaba a sí mismo a ir más rápido y más lejos.

Personalmente solo puedo imaginarme cómo sería ir a ver la película habiendo vivido en la época en la que los eventos del filme se desarrollan y habiendo seguido el enfrentamiento de Hunt y Lauda en la vida real. Lo cierto es que la atención al detalle puesta a la hora de recrear visualmente el mundo de la Fórmula 1 en los '70 salta a la vista y es impresionante.

No esperen, sin embargo, un realismo absoluto en la presentación. Es Ron Howard de quien estamos hablando, no Paul Greengrasss. Las carreras están filmadas usando prácticamente cada truco en el manual; la dirección de fotografía en la fatídica carrera del 1 de agosto de 1976 pinta el mundo de un poéticamente adecuado tono gris azulado que le da un ligero tono de surrealismo, como si de un sueño se tratara. En el clímax el director se ocupa de que veamos con lujo de detalles la interacción de una lluvia torrencial con las ruedas de un coche de Fórmula 1, en cámara ultra-lenta y frecuentemente nos lleva al interior de la cabeza de los pilotos y hasta de los propios vehículos.

Visualmente y técnicamente el filme es intachable, y los efectos de sonido terminan de traer a la vida la imagen; el estruendo de los motores arrancando hace más que cualquier marcha orquestal para poner al espectador en ambiente, lo que de ninguna manera significa un desprecio hacia la más que correcta banda sonora original de Hans Zimmer (El Hombre de Acero, El Llanero Solitario), siempre a medio camino entre inspiradora y melancólica.

La pieza final del rompecabezas que convierte a Rush en un triunfo son Chris Hemsworth y Daniel Brühl como Hunt y Lauda. El rubio protagonista de Thor saca a relucir cantidades industriales de carisma como un “rock star” impulsivo y arrojado, pero nunca lo deja convertirse en una caricatura; Hemsworth transmite solo el más mínimo dejo de vulnerabilidad no del todo bien disfrazada en una declaración a la prensa tras un tenso momento personal, y en una escena posterior una dolida disculpa es interpretada con naturalidad y de forma convincente.

Brühl, por su parte, hace un igualmente destacable trabajo como un Lauda calculador y metódico que prefiere lidiar con los riesgos de conducir un bólido de acero lleno de combustible a cientos de kilómetros por hora arrojando estadísticas, pero que no es tan inmune a los impulsos y los actos irracionales como le gustaría pensar.

El único punto negativo de relevancia que observé fue cierta predilección del guionista Peter Morgan (La Reina, Frost/Nixon) por arrojar frases trilladas al estilo de “mientras más cerca estás de la muerte, más vivo te sientes”, y una sub-trama -la relación entre Hunt y la modelo Suzy Miller, interpretada por Olivia Wilde- que queda algo superficialmente expuesta, sin todo el desarrollo que podía habérsele brindado. La relación romántica de Lauda no recibe mucho tiempo más de pantalla, pero está mucho mejor desarrollada e incluso incide directamente en el clímax, de forma bastante satisfactoria.

Ron Howard siempre fue un director con buen ojo para el espectáculo y en igual medida habilidoso a la hora de contar historias humanas extraordinarias, y capaz de hacer emocionantes sus secuencias -es, después de todo, el que convirtió una serie de entrevistas entre un presentador televisivo y un expresidente en un vibrante duelo prolongado de boxeo verbal-, y la combinación de esos talentos sale a relucir en Rush.

No necesita ser un fan de la Fórmula 1 para disfrutar de Rush. Apreciar escenas de acción brillantemente armadas y ejecutadas, y actuaciones de primera, bastará.

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RUSH

Dirigida por Ron Howard

Escrita por Peter Morgan

Producida por Ron Howard, Peter Morgan, Andrew Eaton, Eric Fellner, Brian Grazer y Brian Oliver

Edición por Daniel P. Hanley y Mike Hill

Dirección de fotografía por Anthony Dod Mantle

Banda sonora compuesta por Hans Zimmer

Elenco: Chris Hemsworth, Daniel Brühl, Olivia Wilde, Alexandra Maria Lara, Christian McKay, Pierfrancesco Favino y Natalie Dormer

Enlance copiado
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