La actividad de capacitación reunió a referentes de la Policía Nacional, Ministerio Público, médicos forenses, bomberos voluntarios, casas funerarias y los encargados de cementerios.
Hicieron demostración de la forma de utilizar los equipos de bioseguridad para el personal involucrado en el caso de tener un paciente sospechoso o positivo en el futuro.
Si se presenta un caso, el proceso se iniciaría con la preparación del cadáver por el personal de salud, colocándolo en la bolsa mortuoria, el servicio funerario traslada ese cuerpo en un ataúd al camposanto designado por el municipio para el entierro, contemplando el menor tiempo posible de exposición del cuerpo para evitar la diseminación del virus.
El protocolo del Ministerio de Salud con respecto al entierro establece la inhumación, con entierro o cremación; en Alto Paraná no se cuenta con horno crematorio pero en el municipio de Ciudad del Este se destinó un lugar exclusivo para enterrar el cuerpo, mencionó Romina Benítez, de la Décima Región Sanitaria.
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