En diciembre juzgarán a acusado por el asesinato de jueza en Hernandarias

HERNANDARIAS. Para el próximo 6 de diciembre se prevé el inicio del juzgamiento del exguardia del Poder Judicial Wilson Miguel Scappini Villalba, acusado por el asesinato de la jueza Diana Eveline Mereles Duarte. El crimen se produjo la tarde del 27 de junio de 2020, en el barrio San Antonio.

Wilson Miguel Scappini Villalba, guardia de seguridad del Juzgado detenido por el  crimen.
Wilson Miguel Scappini Villalba, guardia de seguridad del Juzgado detenido por el crimen.Archivo, ABC Color

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El Tribunal de Sentencia, presidido por Flavia Recalde e integrado por Milciades Ovelar y Emilia Santos, juzgará a Scappini Villalba en el Palacio de Justicia de Ciudad del Este.

El exguardia está acusado de supuestamente matar a la magistrada con alevosía.

Según la investigación de la fiscala Natalia Montanía, Scappini Villalba estaba de guardia en el Poder Judicial de Hernandarias y atacó a la jueza civil Mereles Duarte, quien se retiraba de su despacho. El acusado agredió con un extintor a la víctima en su cara. Ambos forcejearon hasta la planta baja.

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Al descender a la planta baja, la magistrada pidió auxilio, pero fue silenciada con un cable por el cuello. Seguidamente, el presunto agresor se apoderó de una piedra y propinó los golpes mortales a la víctima en la cabeza.

Tras el crimen, el guardia dejó su uniforme manchado de sangre en un sector del edificio judicial, sustrajo US$ 300 de la cartera de la jueza y escapó del lugar antes de terminar su guardia.

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El crimen fue descubierto por el guardia nocturno, quien al llegar a su puesto no encontró a su compañero del turno diurno y no pudo ingresar al predio por estar cerrado. Llamó al padre de Scappini Villalba -un funcionario jubilado del Poder Judicial- y ambos encontraron el cuerpo tirado en el piso del pasillo, tras una verificación del lugar. El padre llegó a pensar que el cadáver pertenecía a su hijo, pero tras inspeccionarlo confirmaron que se trataba de la magistrada.

El trasfondo del crimen sería el temor del acusado de ser denunciado por la víctima, ya que estaba drogado y ebrio en su puesto de trabajo, según se comprobó en estudios laboratoriales.

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