El maestro Juan Bartolomé Ortega Vera, quien dirige la obra, explicó que el proyecto de llevar a escena esta obra llevó más de siete años. El trabajo incluyó una larga búsqueda en busca de actores para encarnar a los personajes, sobre todo a Esopo, que tiene una profundidad psicológica y carisma, entre otros aspectos, que implica un amplio trabajo actoral.
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El director de la obra señaló que eligieron esta obra por las reflexiones a las que invita. “Había visto la obra en los años ‘70. Me había impresionado mucho la obra, que es bellísima. Habla de la libertad, de la opresión del ser humano por parte de otro ser humano, la explotación, la liberación femenina, el sometimiento de la mujer. La obra está tan bien escrita que me impresionó y un día dije que esta obra debe hacerse porque la gente merece que se hagan obras como esta, que habla de cosas profundas, dignas. Para eso debería ser el teatro”, expresó.
Dijo además que el objetivo de esta puesta en escena es que cada persona que entre para ver la obra salga de manera diferente. “Le estamos obligando a pensar y a tener una perspectiva del mundo de una forma diferente, sacarle de esa burbuja complaciente”, refirió.
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La obra fue escrita por el escritor brasileño Guillerme Figueiredo y la historia se remonta a la antigua Grecia, cinco siglos antes de Cristo. “Esta obra tiene algo muy especial porque es para ver en familia. Un niño de cuatro años celebró de forma muy emotiva la libertad de Esopo. No habrá entendido racionalmente toda la obra, pero sentimentalmente comprendió perfectamente lo que es la libertad. Hay una satisfacción muy grande que coronará ese esfuerzo de haber trabajado tanto para lograr que un espectáculo llegue de manera fluida a un público consumidor del teatro que, por más que sea minúsculo ese grupo, lo disfrutó mucho. Nosotros los actores también en escenario hemos disfrutado plenamente”, añadió el director de la obra.
Ortega Vera destacó el reencuentro que se dio con el teatro en las dos funciones, ya que el público respondió y además se movió todo una cadena de arte, pues el teatro necesita de otras artes para que pueda manifestarse como espectáculos. “La escenografía requiere de artistas plásticos, arquitectos, la luminotecnia que encierra el conocimiento de los colores, el vestuario, la música. Es una amalgama de varias artes, visualmente es producto de grandes artistas que han colaborado para que este espectáculo pudiera realizarse”, finalizó.
Las dos últimas funciones
“La zorra y las uvas” se lleva a escena por la compañía teatral altoparanaense, Juan B. Ortega. Las dos primeras fueron el fin de semana pasado y las dos últimas serán mañana y el domingo en el salón Rectorado de la UNE. Los actores que darán vida a los personajes son: Héctor Vera, Yolanda González, Juan Ortega, Ignacio Garcete y Aury Vera. Las entradas son limitadas, por protocolo y el costo es de G. 40.000 adelantadas y G. 50.000 en puerta, que pueden ser adquiridas en Urutaú Publicidad, Academia Guaraní o llamando al (0983) 521-892.