Se puede aprender a dejar la negatividad

Algunas personas ven siempre el vaso medio vacío en lugar de medio lleno. Son personas que tienden a ver lo malo en muchas cosas. No están contentas cuando el sol reluce porque ya les pesa ver que hay una previsión de lluvia para los próximos días. No escuchan cuando se les elogia en el trabajo, sino que solo oyen cuando se les critica.

No es fácil abandonar los patrones de pensamiento negativo.
No es fácil abandonar los patrones de pensamiento negativo.Christin Klose

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Estos patrones de pensamiento se suelen aprender en la infancia y, por tanto, son difíciles de cambiar, explica el psiquiatra y psicoterapeuta alemán Andreas Hagemann, quien apunta asimismo que hay formas de salir de esa espiral negativa.

El papel de la educación

El experto cree que la educación desempeña un papel importante en el desarrollo de ese pensamiento negativo. Es probable que la mayoría de las madres y padres estén familiarizados con la siguiente situación: cuando uno está ocupado y el niño se acerca porque quiere algo, a  veces se reacciona con brusquedad y se le espeta: “¡Vete ya, por favor! ¿no ves que molestas?”.

Los pequeños guardan estas situaciones de forma inconsciente. Si ocurre de forma continua, puede llevar a que niño fije en su mente la convicción de que es molesto y no es digno de la atención de su padre o de su madre. “Si el niño se habitúa a pensar de este modo en la infancia y luego esto se afianza más, se convierte en un problema”, comenta el experto.

Por eso es importante escuchar al hijo y ser cariñoso en la crianza, señala Hagemann. De este modo, los padres transmiten patrones de pensamiento positivo y ayudan a sus hijos a aprender a tener una imagen positiva de sí mismos.

Cuando los padres están deprimidos

Esta situación es especialmente difícil para los padres que sufren depresión, ya que, según Hagemann, sus hijos tienen un mayor riesgo de desarrollar también este síndrome.

Por un lado, se cree que las tendencias depresivas son hereditarias, pero esta situación también puede tener otro origen. Si los padres les mostraron de pequeños que los patrones de comportamiento depresivo son una “forma” de afrontar los problemas, es posible que los hijos los practiquen de forma inconsciente, señala el experto.

“Además, los padres deprimidos suelen ser incapaces de dar a sus hijos lo que hubieran necesitado en términos de habilidades -como la resiliencia y la autoestima- a nivel emocional debido a las limitaciones causadas por su enfermedad”, agrega.

Sin embargo, “nunca se puede decir que un factor concreto sea el culpable de que se produzca una depresión”, apostilla. En su opinión, hay factores genéticos y ambientales, que solo cuando se juntan dan pie a que surja la enfermedad. “La situación mundial actual, por ejemplo, causa mucho miedo y es un claro factor ambiental”, explica.

Diario de la felicidad para romper patrones de pensamiento

¿Cómo se pueden romper los patrones de pensamiento negativo en la vida cotidiana? “Se pueden hacer pequeñas cosas”, aclara Hagemann, citando como ejemplo un diario de la felicidad. “Para ello, hay que detenerse unos minutos cada noche para reflexionar sobre lo que le ha hecho feliz esa jornada”. Pueden ser detalles como un delicioso capuchino, la sonrisa de un vecino o un pájaro que uno observó en un momento del día.

“El problema es el siguiente: si la persona está muy centrada en lo negativo, apenas se da cuenta de lo positivo en la vida cotidiana”, explica el psiquiatra. Pero si uno lo hace de forma consciente, puede entrenar esta percepción para volver a ver lo positivo en la vida cotidiana. “También puede hacerlo contando a su pareja sus experiencias positivas: la interacción refuerza esta percepción”, añade.

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