Salud mental de niños y adolescentes, un tema para conversar

El Licenciado Fernando Hamuy, psicólogo, recordó en el programa Ensiestados, que hablar con los niños y adolescentes, escucharlos y captar sus angustias pueden ayudar a prevenir depresión, estrés y ansiedad. Conocerlos a través de sus expresiones dan pistas también sobre el suicidio.

La pandemia y la cuarentena potenciaron las condiciones previas de disgustos en las personas, dijo el Dr. Manuel Fresco.
Preguntar a los niños y los adolescentes cómo se sienten y escucharlos puede ayudarles a reconocer el problema y hacer algo para salir de la angustia social.Shutterstock

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Así como a los adultos impacta la pandemia en su salud mental, también los niños y adolescentes experimentan sensaciones de temor, angustia y pocas ganas de continuar teniendo proyectos para el futuro.

Son síntomas que deben llamar la atención y que se descubren conversando, escuchándolos sin restricciones acerca de cómo se sienten.

El licenciado Hamuy destacó entre los síntomas de depresión, estrés y ansiedad a la angustia social.

“Estamos hablando de una realidad de Latinoamérica, un tema que elige Unicef como uno de los más relevantes para el cumplimiento de los derechos”, advirtió.

“Posterior a la pandemia se han gatillado en adolescentes, niños y niñas algún tipo de trastorno mental, y esto se agrava en la franja de 10 a 19 años, donde vemos ansiedad crónica. Depresión es el trastorno con mayor incidencia dentro de la franja, pero también vemos trastornos bipolares, déficit de atención, y la preocupante angustia social”, definió.

Suicidio adolescente

“La angustia creemos es consecuencia de la pandemia, el chico siento temor, está intranquilo, inseguro. El otro dato estadístico es que en los últimos años se calcula 46.000 suicidios de adolescentes por año en el mundo, y 4.200 se dan en Latinoamérica y el Caribe”, aportó.

Y añadió, “en América Latina es la tercera causa de muerte de adolescentes, la cuarta a nivel mundial”.

Es importante que toda la familia y todos los que tenemos contacto con adolescentes nos preguntemos: ¿estamos conversando con nuestros chicos, le estamos dando la libertad para que se expresen, que nos cuenten como están? Tenemos recursos desde el Estado para poder hablar con ellos de salud mental?, se preguntó el psicólogo.

Síntomas que encienden la alarma

“Preguntar cómo se sienten, que no haya secretos, por ejemplo, si estamos económicamente mal contarles a los chicos, hablar de cómo nos sentimos”, puede ayudarlos según el experto.

Padres y maestros estarán receptivos cuando ellos tienen “cambios bruscos, irritación, tristeza”, apuntó.

Mencionó que si dejan de hacer cosas, o tienen explosiones, frustración y se desesperan, no pueden conciliar el sueño, o son adictos a la tecnología, pensemos en cómo tener espacios de conversación. Tenemos que generar estas conversaciones reconociendo que algunos son más inmaduros que otros, especificó.

“El gran problema es que si mi hijo no identifica su situación, no habla, no expresa sus emociones, hay muy poco que yo pueda hacer. Es importante contar lo que siente”, finalizó.

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