La corbata, accesorio de moda ligado al “poder femenino, a la libertad”

Marlene Dietrich se rebeló contra la ropa femenina, apostó por piezas masculinas en favor de la comodidad, creó un estilo andrógino, una manera de reivindicar, con osadía e ironía, que lucir corbata y pantalones era sinónimo de igualdad. Ahora esta moda vive un nuevo apogeo como “tendencia ligada al poder femenino, a la libertad”.

Cara Delevingne, con corbata.
Cara Delevingne, con corbata.

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Cara Delevingne y Bella Hadid son algunas de las mujeres que apuestan por lucir corbata, quizá el accesorio con más impacto y capacidad de transformación en el vestuario de una mujer.

"La corbata resulta femenina e interesante", explica este viernes a Efe la experta en moda Pepa Fernández, quien asegura "que lucir prendas masculinas es una tendencia ligada al poder femenino, a la libertad".

Del esmoquin a los pantalones vaqueros de corte masculino, conocidos como "boyfriend", de la americana de raya diplomática a los zapatos "Oxford", pasando por gabardinas, sudaderas, camisas de cuadros o trajes de chaqueta "son algunas de las piezas que expresan una feminidad sutil, enmarcada en la etiqueta 'tomboy'", añade.

"'Tomboy' es la tendencia en la que la mujer saca su lado más masculino con americanas extragrandes o pantalones anchos", explican desde la firma Polo Club, que juega en su nueva colección con el minimalismo y el estilo "preppy" para fusionar femenino y masculino.

Pantalones con pinzas, franela de raya diplomática o trajes de chaquetas dan vida a esta nueva estética que, con una elegancia máxima, han llevado Clara Bow -considerada una de las primeras "flapper", que vestía con tirantes, camisa sin mangas y corbata estampada- o Marlene Dietrich que en 1932 posó para Eugene Robert Richee con un atuendo de aire masculino y corbata desabrochada.

Katharine Hepburn, Greta Garbo o Lauren Bacall se sumaron al carro de la ropa masculina, revolucionaron la moda con prendas y calzado que hablaban de igualdad, como los zapatos de cordones y las camisas blancas de algodón.

Decidida y transgresora, Coco Chanel adaptó prendas de hombre a la mujer; Yves Saint Laurent dio un paso más, robó prendas del armario masculino para liberar a la mujer de su visión como objetos sexuales.

Las prendas masculinas abrieron todo un mundo de posibilidades en el vestir de las mujeres ofreciendo un estilo cómodo y moderno, como el traje de chaqueta que, con tanta maestría, lucía Bianca Jagger en la década de los 70, una época en la que Jane Birkin incorporó a su armario corbatas con un tamaño XL.

Madonna, en 1978 , instalada en Nueva York, lucia camisa blanca y una corbata negra, un estilo que no ha pasado de moda, "siempre ha estado marcando el carácter de la mujer, defendiendo la igualdad", añade Fernández.

Catherine Deneuve adoraba los conjuntos masculinos de Yves Saint Laurent, Sinéad O'Connor marcó toda una época con los vaqueros de cintura alta con una camiseta y Patti Smith, que además del icónico traje de chaqueta, convirtió la camisa del ejército del aire de Estados Unidos en una de sus prendas fetiche, bañándola con una pátina sexy.

Pero más allá de americanas, pantalones y zapatos de cordones, la corbata y la pajarita fueron los accesorios masculinos que más impactaron en empoderamiento de la mujer, subrayando el halo varonil, una tendencia que esta temporada ofrece Dior, junto con trajes sastre, o Dolce&Gabbana, con camisa "oversize" con una potente carga erótica.

Precursora de tendencias, la princesa Diana de Gales sorprendió en el concierto de Genesis, en 1984, cuando apareció con un esmoquin de chaqueta blanca, pantalones negros y pajarita incluida, toda una declaración de intenciones, más en la monarquía británica.

Gucci, Max Mara, Ralph Lauren, Emporio Armani o Prada son algunas de las firmas que echan mano esta temporada de la corbata para conseguir estilismos coquetos y magnéticos a imagen y semejanza de Diane Keaton en "Annie Hall" (1977).

Ahora las corbatas se incorporan al armario de todas formas posibles: desde la básica negra hasta la que está repleta de logos, pasando por la aterciopelada, con flores o estampado de cuadros, un accesorio que sobre el pecho de la mujer es toda una declaración de intenciones.

“Representan la fortaleza de las mujeres”, ha dicho en varias ocasiones la diseñadora italiana Miuccia Prada.

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