Vencer a la obesidad: ¿qué hacemos con esa ropa?

Después de tanto sacrificio para bajar de peso, sentir que la ropa talle extra grande ya no tiene que ver con nosotras, es, sin lugar a dudas, un triunfo. La asesora de imagen y coach Raquel Sosa nos aconseja sobre esta nueva etapa y qué hacer con la ropa “del pasado”.

Cuando se halla el camino hacia una vida mejor, es decir, se aprende a comer, a romper el sedentarismo, la recompensa no se hace esperar. Uno de los interrogantes que queda es: ¿qué hacemos con la ropa que teníamos?.
Cuando se halla el camino hacia una vida mejor, es decir, se aprende a comer, a romper el sedentarismo, la recompensa no se hace esperar. Uno de los interrogantes que queda es: ¿qué hacemos con la ropa que teníamos?.gentileza

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La obesidad es una de las enfermedades más preocupantes en Latinoamérica, donde se da más en mujeres. Por eso existen variadas ofertas de tratamientos y productos para combatir este mal.

Millones de mujeres sueñan con bajar de peso, algunas actúan y lo logran, manteniendo celosas su peso saludable por el resto de su vida, otras reinciden en la enfermedad, y viven en eternas dietas estériles.

Cuando se halla el camino hacia una vida mejor, es decir, se aprende a comer, a romper el sedentarismo, la recompensa no se hace esperar. Uno de los interrogantes que queda es: ¿qué hacemos con la ropa que teníamos?

Aquellas camisas grandes, los pantalones enormes, las remeras sueltas quedaron en un rincón. Hay casos de famosas que se han transformado por completo su peso, tal como la cantante Adele o la sexóloga Alessandra Rampolla, y, claro, a ambas les sobran los medios económicos para renovar su guardarropa.

No es saludable guardar la “ropa de la obesidad”

“Con o sin dinero, creo que toda mujer quiere deshacerse de esa ropa, porque la obesidad no hace bien. Poder mirarnos al espejo y estar contentas es importante, no solo por lo estético sino por la salud; sentirnos más livianas, poder movernos sin agitarnos son premios muy merecidos tras el esfuerzo.

Llegar a perder peso de manera considerable y cambiar nuestra imagen es una meta posible. No creo que nadie quiera tener prendas que la sigan uniendo a una sufrida etapa de su vida, diría que la donan; no es saludable guardar “por las dudas”, porque lo que uno menos quiere es volver atrás”, dice Raquel Sosa.

-El perder peso considerablemente, ¿nos hace cambiar de estilo, nos volvemos otra mujer?

Definitivamente el estilo no se puede cambiar, todos nacemos con un estilo personal muy marcado, pero sí se puede pulir y trabajar sobre él. Después de un cambio radical, es el momento clave para mostrar lo mejor de la persona a través de su imagen. Esto involucra lo personal (día a día, actividades no laborales, entretenimientos, familia, amigos, etc.) y a lo laboral. El estilo no cambia, sí se mejora, ajusta y renueva.

¿Es válido achicar la misma ropa que ya teníamos?

No me parece una buena idea, por ahí dependiendo del modelo de la prenda. Pero normalmente cuando se bajó muchos kilos, ya no se aplica eso porque sería como hacer de nuevo una prenda.

El negro “salvatore”

-El negro es el color “salvatore” para las personas con sobrepeso, sin embargo, es un tono amado por todos.

El negro sienta bien a todos porque adelgaza, estiliza y es elegante, pero aparte conlleva mucho poder y fuerza, te hace proyectar una imagen segura, sofisticada. Efectivamente, no debe faltar en nuestro guardarropa.

-¿Cómo acompañar una nueva imagen?

Cuando transformamos nuestra imagen física es muy acertado renovarnos y hacer cosas diferentes. Con esa transformación nos sentimos empoderadas, con un alto nivel de autoestima, por eso iniciar nuevas actividades sirve para seguir con el nuevo estilo de vida y no volver atrás. Además de la actividad física y la comida saludable, es buen tiempo para emprender, para tomar decisiones que cambien nuestras vidas en el sentido laboral, financiero. Independizarnos económicamente nos da más confianza en todo.

-Muchas mujeres cambian su personalidad después de adelgazar.

Creo que mantienen su esencia siempre, pero sé, por mi relación con la gente, que después de esa transformación se sienten animadas, muy entusiasmadas.

-Adelgazar permite incluso conseguir mejores trabajos, nos sentimos bellas, atractivas, ¿pero cómo vestirnos para la oficina?

Hay muchas empresas que tienen en cuenta el sobrepeso, por una cuestión de productividad, movilizarse con más facilidad, suena cruel pero es la realidad. Una persona con sobrepeso tiende a cansarse más, rendir menos o tener problemas de salud. Es muy importante cuidarnos y no llegar a esos extremos. Para trabajar siempre hay que tener en cuenta no llamar mucho la atención, usar colores neutros o si hay uniforme, respetarlo. Si es falda, que no sea corta, la ropa jamás se debe usar muy ajustada, ni transparencias, ni escotes muy abiertos, no al maquillaje, joyas o bijou recargados. En el trabajo todo lo que sea clásico y básico es lo ideal.

Cuántos kilos bajar

-¿Cuántos kilos hay que bajar para que la ropa nos quede bien?

Eso tiene que ver con la contextura física de cada persona, a veces algunas se van al extremo y bajan más de lo que deberían, eso es malo, se ven enfermas. La idea es vernos y sentirnos sanas. Así que depende de la contextura física de cada persona, teniendo en cuenta el estilo, la edad y, quizás su profesión y actividades diarias, entonces se va ajustando su nuevo guardarropa.

-¿Es verdad que se puede bajar de talla sin haber bajado de peso?

Estoy trabajando en un nuevo emprendimiento con personas que bajan de peso, y veo que por ahí la balanza no marca menos kilos, lo que suele deprimirlas. Sin embargo, en talla bajaron muchísimo. Creo que mucha gente tiene retención de líquidos, por estreñimiento, abdomen hinchado, estrés. Una vez que empieza el proceso de pérdida de peso, no hay que obsesionarse con la balanza, sino también concentrarnos en las medidas. Se sorprenderán.

Testimonios

“Mi ropa era toda elastizada, y también usaba con faja. Algunas cosas las regalé. Pero ahora me dieron una idea de hacer una feria de garage” (Lourdes, 32 años, bajó 10 kilos)

“Mi ropa de gorda la regalé y tengo todavía; digamos que no era tampoco muy buena ropa, ¡hasta los zapatos me quedan grandes! Pienso dar todo. (Zulma, 40 años, bajó 20 kilos)

“Hay personas que no quieren dar su ropa porque tiene algún significado sentimental, también hay apegos, pero lo mejor es deshacerse para potenciar un nuevo comienzo -refiere la asesora de moda- La mayoría regala o da. En realidad, las que engordan son las que guardan, por ejemplo sus pantalones, como un incentivo a recuperar su antigua figura. Vi mucho eso cuando asesoraba y ordenaba guardarropas. El tema de qué guardar o echar al olvido es apasionante; la ropa dice mucho de nuestros sentimientos y deseos”

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