Uno de los factores más significativos es la transición de las festividades de fin de año al comienzo de un nuevo ciclo.
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Diciembre suele ser un mes lleno de celebraciones, eventos y reuniones sociales. La llegada de enero significa el final de esta intensidad social y emocional, lo cual provoca una sensación de contraste y vacío.
Esto puede hacer que los días se sientan más largos debido a la falta de actividades emocionantes.
Por qué enero parece nos un mes interminable
Enero es el mes de las resoluciones de Año Nuevo. Muchas personas comienzan el año estableciendo metas y propósitos personales o profesionales.
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Este proceso de planificación y puesta en marcha de nuevas rutinas puede hacer que el tiempo parezca dilatarse.

El esfuerzo adicional que implica adaptarse a nuevos hábitos o implementar cambios significativos puede dar lugar a una percepción de que los días son más largos y exigentes.
Por otro lado, el año arranca con el recordatorio de haber gastado en las festividades, lo cual se suma a la prolongada espera hasta el siguiente pago de salario mensual.
El estrés financiero y las restricciones presupuestarias pueden hacer que las personas perciban que el mes avanza a un ritmo más lento, dado el constante enfoque en monitorizar gastos y planificar finanzas.
Finalmente, la percepción del tiempo es un fenómeno intrínsecamente subjetivo. Estudios psicológicos sugieren que la forma en que percibimos el tiempo está influenciada por nuestra atención y nuestras experiencias emocionales.
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Un mes repleto de tareas rutinarias y sin eventos destacados, como suele ser enero, podría sentirse más extenso en comparación con otros meses más dinámicos.
La combinación de la sensación de vacío post-festivo, el esfuerzo por cumplir nuevos propósitos, y las preocupaciones financieras contribuyen a la percepción común de que enero es un mes interminable.
