Netanyahu, en la tarea por seguir en el poder

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El primer ministro en funciones y líder del partido Likud, Benjamin Netanyah.
El primer ministro en funciones y líder del partido Likud, Benjamin Netanyah.ABIR SULTAN

JERUSALÉN. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, comenzó hoy la difícil tarea de formar un gobierno de coalición para sacar al país del callejón sin salida político en el que se encuentra tras unas elecciones que dieron casi los mismos votos a dos partidos aparentemente irreconciliables. Netanyahu está bajo investigación por presunto fraude y corrupción.

El presidente de Israel, Reuven Rivlin, encargó a Netanyahu el pasado miércoles la tarea de formar gobierno tras los comicios legislativos del 17 de septiembre, los segundos en cinco meses.

A primera vista, pareciera que ’Bibi’, como se conoce al primer ministro en Israel, ha ganado de nuevo. Pero cuando se mira la situación al detalle Netanyahu, el más longevo (en el poder) de los jefes de gobierno israelíes, tiene ante sí una tarea ingrata y muy difícil: mover los cimientos de la política israelí.

Los resultados definitivos de las elecciones legislativas otorgan al Likud, el partido de derecha de Netanyahu, 32 escaños sobre los 120 del parlamento israelí, la Knéset. Si se une con otras formaciones de derecha y ultraortodoxas llegaría a 55.

Frente a él, el ex jefe del estado mayor del ejército, el general (R) Benny Gantz, que lidera la coalición de centro-derecha Azul-Blanco, obtuvo 33 escaños, pero sólo lograría 54 haciendo alianzas con formaciones de izquierda y los partidos árabes.

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En este complicado escenario político, la formación Israel Beitenu, de Avigdor Lieberman, laica y antiárabe, se convierte con sus ocho escaños en un actor crucial.

Netanyahu tiene 28 días para intentar lograr una mayoría y dos opciones para conseguir su objetivo: bien aliarse con Gantz, o bien optar por un pequeño partido.

El primer ministro, que lleva diez años consecutivos en el poder, se dijo dispuesto a formar un gobierno “de unión” con Gantz.

Pero, éste se negó argumentando que su partido no entrará a formar parte de un gobierno cuyo líder está a punto de ser procesado, refiriéndose a los problemas con la justicia que tiene Netanyahu, al que salpican varios escándalos de corrupción.

El obstáculo judicial

El fiscal general de Israel, Avichai Mandelblit, va a escuchar la próxima semana a los abogados de Netanyahu, sospechoso de “corrupción”, “fraude” y cohecho en tres casos, uno de los cuales sobre presuntas ventajas fiscales concedidas a un empresario a cambio de una cobertura favorable a Netanyahu en uno de sus medios de comunicación.

Afirmando que no tiene “nada que esconder”, Netanyahu pidió este jueves la retransmisión en directo de esa audiencia, en la que, sin embargo, no está obligado a estar presente.

El fiscal rechazó esa petición, alegando que la audiencia está destinada a convencer a las autoridades judiciales y no al público.

Si el fiscal anunciara que Netanyahu no es imputable en estos casos, éste podría anunciar a Gantz que no le queda otra opción que unirse a su gobierno. Pero esta posiblidad es pequeña.

El presidente de Israel ha sugerido que el futuro primer ministro podría hacer un paréntesis en su trabajo en caso de “incapacidad” . Es decir, Netanyahu podría proponer una retirada temporal de la vida política para ocuparse de su defensa, en caso de que sea acusado formalmente.

“Hemos entendido que si formamos el próximo gobierno, Netanyahu no será primer ministro durante toda la legislatura”, explicó este jueves uno de sus portavoces.

Si este argumento no convence a Gantz, Netanyahu tendrá que intentar convencer a Lieberman, que no quiere formar parte de un gobierno en el que estén los partidos religiosos ultraortodoxos, o en caso extremo, a un pequeño partido de izquierda.